Magnus Carlsen: 15 coronas y 2 miedos
El multicampe¨®n noruego ha renunciado a defender su t¨ªtulo mundial de ajedrez cl¨¢sico y afronta una querella multimillonaria de Niemann
¡°A la vida llegamos por casualidad, y es limitada. Quiero disfrutarla cuanto pueda y lograr la mejor versi¨®n de m¨ª mismo¡±. Es la filosof¨ªa de Magnus Carlsen a los 32 a?os; ya acumula 15 t¨ªtulos mundiales tras los 2 (en las modalidades r¨¢pida y rel¨¢mpago) que logr¨® la semana pasada en Almaty (Kazajist¨¢n), y es millonario. Pero dos grandes nubarrones amenazan ese cielo tan azul: ha renunciado a defender el de ajedrez cl¨¢sico por miedo a perderlo y afronta una demanda judicial por cientos de millones de d¨®lares.
El miedo a perder un duelo por el t¨ªtulo requiere una aclaraci¨®n importante. De su reciente conversaci¨®n con el youtuber Lex Fridman y sus entrevistas con EL PA?S desde que ten¨ªa 16 a?os se deduce que no teme a la derrota en s¨ª, sino a sufrirla ante alguien que ¨¦l considera claramente inferior. O sea, a todos sus rivales en los cinco duelos disputados, excepto el estadounidense Fabiano Caruana en Londres, 2018: ¡°Yo no estaba en mi mejor forma y ¨¦l s¨ª. Eso igualaba much¨ªsimo la pelea, lo que se tradujo en doce empates en las partidas lentas y mi victoria en el desempate r¨¢pido. Si hubiera perdido aquel duelo, no habr¨ªa sido el fin del mundo. Pero en los otros cuatro me consideraba claramente superior en ese momento¡±.
El noruego se refiere a los dos contra el indio Viswanathan Anand en Chennai (India, 2013) y Sochi (Rusia, 2014), el de diciembre de 2021 con el ruso Ian Niep¨®mniashi en Dub¨¢i (Emiratos ?rabes Unidos) y, sobre todo, el de 2016 en Nueva York frente al tambi¨¦n ruso Sergu¨¦i Kariakin, donde sufri¨® much¨ªsimo. Despu¨¦s de siete partidas en tablas, el campe¨®n se excedi¨® en su ansia por ganar y perdi¨® la 8?. Esa noche se emborrach¨® con todo su equipo: ¡°Es la ¨²nica vez que lo he hecho como terapia, y funcion¨®. Gan¨¦ una y empat¨¦ tres en las cuatro siguientes, y luego me impuse con claridad en el desempate r¨¢pido¡±.
Tras derrotar a Niep¨®mniashi en Dub¨¢i, Carlsen anunci¨® que solo defender¨ªa el t¨ªtulo en 2023 si el vencedor del Torneo de Candidatos fuese el franc¨¦s de origen iran¨ª Alireza Firouzja, de 19 a?os ahora, a quien ¨¦l considera un fen¨®meno excepcional, a su altura; un reto muy motivador. Pero Firouzja acus¨® su falta de experiencia y no gan¨® el Torneo de Candidatos, que se disput¨® en Madrid hace seis meses. El vencedor fue otra vez Niep¨®mniashi, nada estimulante para Carlsen, quien anunci¨® su renuncia al t¨ªtulo a pesar de que la Federaci¨®n Internacional (FIDE) cedi¨® mucho en la negociaci¨®n y ofreci¨® lo que ¨¦l viene pidiendo desde 2018: acelerar el ritmo de las partidas; que se jueguen, por ejemplo, 24 en dos semanas (con d¨ªas de descanso), a dos por jornada. De modo que el ruso disputar¨¢ el t¨ªtulo contra el chino Liren Ding, a quien el todav¨ªa campe¨®n considera ¡°ligeramente favorito¡±.
Hay otro motivo adicional que espanta a Carlsen: la preparaci¨®n (t¨¦cnica, f¨ªsica y psicol¨®gica) implica varios meses en los que se acuesta y se levanta pensando en una sola persona, a la que debe machacar en un boxeo mental. Eso es totalmente distinto a los Mundiales de R¨¢pidas, que ha ganado cuatro veces: 2014, 2015, 2019 y 2022. O Rel¨¢mpago, de los que tiene seis medallas de oro: 2009, 2014, 2017, 2018, 2019 y 2022. Ambas modalidades son agotadoras en cuanto a la tensi¨®n nerviosa, pero las dos consecutivas solo duran cinco d¨ªas, y para prepararlas basta con pocas semanas. Volviendo al ajedrez cl¨¢sico, Carlsen disfruta mucho m¨¢s de los torneos (ha ganado 31 de los m¨¢s importantes), generalmente por sistema de liga entre diez o doce jugadores: ¡°Si fracaso, pronto habr¨¢ otro para resarcirme. Pero si pierdo el t¨ªtulo mundial, tardar¨ªa a?os en recuperarlo¡±.
Adem¨¢s, la preparaci¨®n de los torneos no requiere de largas concentraciones con su equipo de analistas, como los duelos por el t¨ªtulo. El escandinavo huye como gato escaldado de cualquier sistema de entrenamiento con horarios r¨ªgidos y planificados. Esa es la principal raz¨®n por la que, en 2010, su trabajo con Gari Kasp¨¢rov como entrenador, contratado por el padre de Carlsen, dur¨® menos de un a?o: ¡°Lo que yo buscaba era acceder al cerebro de uno de los mejores ajedrecistas de la historia. Y aprend¨ª mucho de ¨¦l, sobre todo en las partidas amistosas que jugamos. Pero pretend¨ªa imponerme un r¨¦gimen estricto, poco menos que militar, que yo siempre he rechazado¡±, suele explicar el noruego. Aunque matiza: ¡°Yo estoy pensando en ajedrez, y analizando mentalmente una posici¨®n, casi todas las horas de casi todos los d¨ªas, incluso cuando estoy caminando o esquiando o comiendo, pero sin horarios¡±.
Carlsen no ha dicho ni una palabra en las ¨²ltimas semanas sobre otro asunto que sin duda debe preocuparle: la demanda que el estadounidense Hans Niemann ha presentado en un juzgado del estado de Misuri por m¨¢s de 400 millones de d¨®lares por ¡°difamaci¨®n, libelo, violaci¨®n de la ley antimonopolio, conspiraci¨®n civil e interferencia torticera¡±. Es decir, por haberle acusado sin pruebas de hacer trampas en la partida que Niemann gan¨® a Carlsen el 4 de septiembre en la Copa Sinquefield de San Luis (Misuri). La l¨®gica indica que una cent¨¦sima parte de esa cantidad ya ser¨ªa una compensaci¨®n razonable, que Carlsen podr¨ªa afrontar sin grandes problemas porque se estima que gana unos dos millones cada a?o por t¨¦rmino medio, sumados premios, patrocinios y otros contratos. Pero lo que un juez o un jurado de EEUU puedan decidir es imprevisible.
¡°Mi punto m¨¢s d¨¦bil es el control de las emociones¡±, dijo Carlsen a este peri¨®dico el 5 de diciembre de 2016 en Nueva York, tras la victoria sobre Kariakin. Y todo indica que el pasado 4 de septiembre no las control¨®. Por el contrario, parece que s¨ª lo hace cuando quiere evitar los sufrimientos que acarrea un duelo por el t¨ªtulo frente a rivales que, por ahora, no le motivan. Lo que s¨ª le estimula es la perspectiva de batir una marca de Kasp¨¢rov que roza lo imposible: ser el n¨²mero uno durante veinte a?os consecutivos (1985-2005). Para lograrlo, Carlsen debe seguir siendo el mejor ocho a?os m¨¢s, hasta los 40. ?Conservar¨¢ tanto tiempo la energ¨ªa f¨ªsica y la motivaci¨®n necesarias para alcanzar ese Everest? Lograrlo y disfrutar de la vida al mismo tiempo parecen objetivos dif¨ªcilmente compatibles. Sobre todo si a?adimos otro que Carlsen se ha marcado: pasar de los 2.900 puntos en la lista mundial, equiparable a saltar m¨¢s de diez metros en longitud. Quiz¨¢ demasiado para un hedonista, aunque sea genial.
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