El ELN con el que tendr¨¢ que lidiar al pr¨®ximo presidente
La ¨²ltima guerrilla activa en Colombia ha decretado un cese al fuego unilateral para allanar el terreno para un nuevo proceso de negociaci¨®n
Cualquiera sea el candidato que gane las elecciones presidenciales, y releve a Iv¨¢n Duque el pr¨®ximo 7 de agosto, deber¨¢ decidir c¨®mo enfrentar la amenaza que representa el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, conocido simplemente como el ELN. En lo m¨¢s ¨¢lgido de la campa?a, la ¨²ltima guerrilla activa en Colombia ha decretado este lunes un cese al fuego unilateral durante las elecciones, adem¨¢s de mostrarse dispuesta a ¡°reanudar los di¨¢logos¡± de paz con el Gobierno que resulte elegido, congelados durante esta Administraci¨®n.
La respuesta es m¨¢s complicada que un s¨ª o no. Para empezar, el pr¨®ximo presidente tendr¨¢ tanto el mandato como el desaf¨ªo de recuperar la seguridad en un sentido m¨¢s amplio. El clima de deterioro de los ¨²ltimos a?os incluye, entre otros fen¨®menos, el asesinato de l¨ªderes sociales, ambientalistas y excombatientes de la extinta guerrilla de las FARC, as¨ª como el aumento de las masacres, todo en medio de un rosario de denuncias de abusos de la Fuerza P¨²blica. Ni siquiera la captura de Dairo Antonio ?suga, alias Otoniel, el jefe del Clan del Golfo, le signific¨® al Gobierno Duque un respiro duradero, como se evidenci¨® con el ¡°paro armado¡± que impuso la banda despu¨¦s de su extradici¨®n.
En ese contexto, el pr¨®ximo presidente debe definir c¨®mo lidia con el ELN, y si est¨¢ dispuesto a poner en marcha un nuevo intento de di¨¢logo. La posibilidad de negociaciones ha sido una pregunta recurrente para los principales candidatos en la primera vuelta del 29 de mayo, y todos se han mostrado en mayor o menor medida dispuestos, aunque sin entrar en detalles. Desde el izquierdista Gustavo Petro, quien milit¨® en su juventud en la guerrilla del M-19 y encabeza todas las encuestas, hasta el candidato de centro Sergio Fajardo. Incluso el independiente Rodolfo Hern¨¢ndez, cuya hija desapareci¨® luego de estar secuestrada por el ELN. Y tambi¨¦n Federico Fico Guti¨¦rrez, el candidato de la coalici¨®n de derecha, por mucho el menos cr¨ªtico frente al impopular Gobierno de Duque, aunque ha condicionado el di¨¢logo a que la guerrilla deje de perpetrar ataques, incluidos aquellos contra la fuerza p¨²blica, una exigencia similar a la de Duque al comienzo de su mandato.
Nacido bajo el influjo de la revoluci¨®n cubana hace m¨¢s de medio siglo, e inspirado por la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, el ELN ha anunciado en m¨²ltiples ocasiones alto al fuego unilaterales. Los m¨¢s recientes, con ocasi¨®n de la pandemia del coronavirus y las legislativas de marzo. Los analistas la consideran la ¨²ltima guerrilla activa despu¨¦s del acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hoy desarmadas y convertidas en un partido pol¨ªtico con bancada en el Congreso.
De cara a las presidenciales de hace cuatro a?os, los rebeldes tambi¨¦n hab¨ªan declarado una tregua, pero en ese entonces estaba en marcha un proceso de negociaci¨®n. Cuando Duque todav¨ªa no cumpl¨ªa su primer semestre en el poder, el ELN perpetr¨® un ataque con carro bomba contra la Escuela de Cadetes General Santander, en Bogot¨¢, que dej¨® 22 muertos y decenas de heridos. Ese atentado hizo volar por los aires el di¨¢logo que Santos hab¨ªa echado a andar al final de su mandato, y que ya languidec¨ªa desde que Duque, un cr¨ªtico del acuerdo con las FARC, lleg¨® a la Casa de Nari?o en agosto del 2018.
La repercusi¨®n diplom¨¢tica ha sido considerable. Luego del atentado, Duque desconoci¨® los protocolos firmados por las partes ¨Cincluidos los pa¨ªses garantes¨C, con lo que dej¨® en el limbo a la delegaci¨®n del ELN que se encontraba en Cuba. La hostilidad de Bogot¨¢ hacia La Habana ha sido la regla desde entonces. La isla alberg¨® el proceso, como ya lo hab¨ªa hecho con las FARC, y amparada por los protocolos de ruptura se neg¨® a extraditar a la c¨²pula negociadora del ELN. Cuando Estados Unidos decidi¨® designar a Cuba como un ¡°Estado patrocinador del terrorismo¡±, en enero de 2021, en la recta final de la Administraci¨®n Trump, justific¨® su decisi¨®n en los reiterativos reclamos del Gobierno de Duque. Bogot¨¢ tambi¨¦n ha denunciado con insistencia, incluso ante la ONU, que los rebeldes encuentran refugio del otro lado de frontera con Venezuela.
El balance de la pol¨ªtica con respecto al ELN no es bueno, valoraban en febrero Mar¨ªa Victoria Llorente y Jorge Mantilla, de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz, en una tribuna en este peri¨®dico. ¡°El ELN es una guerrilla m¨¢s robusta y con mayor capacidad militar de lo que lo era en 2018 cuando Duque fue envestido como comandante en jefe¡±, se?alaba su an¨¢lisis. ¡°Se expandi¨® en el nororiente del pa¨ªs sobre el eje de la frontera colombo-venezolana y transit¨® hacia un formato de guerrilla binacional, en parte como consecuencia de los desaciertos estrat¨¦gicos del Gobierno en el manejo de las relaciones bilaterales y la ausencia hist¨®rica de una pol¨ªtica de control fronterizo¡±. Hasta el anuncio de este lunes, el ELN hab¨ªa arreciado en varios momentos sus ataques a la fuerza p¨²blica.
La viabilidad de cualquier negociaci¨®n pasa tambi¨¦n por el escenario internacional, en el que se juega a varias bandas. Este periodo deja una insurgencia federada y binacional que ha buscado expandirse y consolidarse en nuevas zonas, apunta Mantilla, director de Din¨¢micas del Conflicto de la FIP, de manera que ¡°Venezuela va a tener que jugar un rol fundamental¡±. La ecuaci¨®n tambi¨¦n implica mejorar las relaciones con Cuba, tan deterioradas durante la Administraci¨®n Duque, e involucrar a Estados Unidos, por los asuntos relacionados con los pedidos de extradici¨®n de cabecillas y la inclusi¨®n del ELN en los listados de organizaciones terroristas.
Para Mantilla, las propuestas de los candidatos con respecto al ELN se han caracterizado por ser ¡°panditas¡±. La guerrilla va a sentarse en la mesa con cualquiera que sea el pr¨®ximo presidente, se?ala, aunque es incierto qu¨¦ tan estructurada sea esa conversaci¨®n. Desde la perspectiva del ELN, su negociaci¨®n es con el Estado, de manera que el siguiente Gobierno probablemente va a tener que partir de la congelada agenda que se plante¨® en el 2016. En ese tipo de procesos, apunta, tan importante como lo que se habla frente a los micr¨®fonos son los acercamientos que se hacen por debajo de la mesa.
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