Luis Carlos Reyes: ¡°El manejo de pol¨ªtica econ¨®mica de Colombia tiene que salir de la mediocridad¡±
El nuevo director de la Direcci¨®n de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), doctorado en econom¨ªa de la Universidad Estatal de Michigan, habla de la reforma tributaria. Asegura que buscan llevar la tributaci¨®n del capital en Colombia ¡°m¨¢s o menos al mismo nivel de Estados Unidos¡±
Luis Carlos Reyes (Bogot¨¢, 38 a?os) est¨¢ en el centro de uno de los proyectos m¨¢s importantes para el gobierno de Gustavo Petro, la ambiciosa reforma fiscal. Este doctor en econom¨ªa de la Universidad Estatal de Michigan, es el nuevo director de la Direcci¨®n de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Hijo orgulloso de migrantes que tuvieron que salir del pa¨ªs despu¨¦s de la debacle econ¨®mica de 1999, como acad¨¦mico hizo an¨¢lisis de las sucesivas propuestas de reforma fiscal que ha enfrentado el pa¨ªs. Se describe como un economista ¡°de formaci¨®n neocl¨¢sica, pero con una preocupaci¨®n por la equidad y por la reducci¨®n de la pobreza¡± por su historia personal y recibe a EL PA?S en su despacho donde destacan un escudo de Colombia hecho por su abuelo, que fue artesano, y un tablero que recuerda su paso por la academia, como docente.
Pregunta. ?C¨®mo ha sido ese paso de la academia al Gobierno? ?Con qu¨¦ se ha topado?
Respuesta. Tengo el privilegio de haber estado en la academia, pero en el lugar estrat¨¦gico que es el Observatorio Fiscal de la Javeriana, del que soy cofundador y fui su primer director. Desde ah¨ª trat¨¢bamos de suplir una necesidad que ve¨ªamos en el pa¨ªs y era la falta de entidades por fuera del Gobierno que analizaran los c¨¢lculos oficiales del Ejecutivo en lo que tiene que ver con reformas tributarias y gasto p¨²blico. En Espa?a, por ejemplo, est¨¢ el Instituto de Estudios Fiscales; en Estados Unidos est¨¢ el Tax Policy Center. As¨ª que ya llev¨¢bamos m¨¢s de m¨¢s de cuatro a?os mirando al sector p¨²blico desde la academia.
P. Entonces no fue un salto dr¨¢stico.
R. Habr¨ªa sido pavoroso un salto del sal¨®n de clases a las realidades de la pol¨ªtica p¨²blica. Aunque s¨ª es un salto interesante a lo que ven¨ªamos observando de manera muy atenta desde la sociedad civil. Lo que nos propon¨ªamos inicialmente en el Observatorio era que los medios de comunicaci¨®n y el ciudadano de a pie tuvieran acceso a la misma calidad de informaci¨®n que tiene el Gobierno para sus decisiones. R¨¢pidamente nos dimos cuenta de que el mismo Congreso de la Rep¨²blica no ten¨ªa informaci¨®n satisfactoria para plantear alternativas a las pol¨ªticas que ven¨ªan desde el Ejecutivo. Desarrollamos entonces una relaci¨®n de trabajo con congresistas de todos los partidos pol¨ªticos, desde el Centro Democr¨¢tico hasta el Polo Democr¨¢tico, que se nos han acercaron a pedirnos informaci¨®n. Ahora, como dice el dicho, el riesgo m¨¢s grande de hacer buenas sugerencias es que de pronto lo ponen a uno en un cargo implementarlas. Esa es mi situaci¨®n hoy.
P. ?Bajo qu¨¦ corriente econ¨®mica se inscribe?
R. Mi familia se fue de Colombia cuando yo ten¨ªa 15 a?os y regres¨¦ a los 30. Eso me permiti¨® formarme en Estados Unidos desde mis estudios de pregrado, de maestr¨ªa y doctorado, adem¨¢s de trabajar en el Gobierno de ese pa¨ªs. Pero lo formador para m¨ª, como economista, fue la crisis econ¨®mica de 1999 en la que millones de colombianos perdieron todo lo que ten¨ªan y tuvieron emigrar, a Estados Unidos unos y muchos otros a Espa?a. La m¨ªa es una familia de inmigrantes a la que, afortunadamente, le fue muy bien. Entonces, mi formaci¨®n es la de un economista neocl¨¢sico y mainstream, ortodoxo. Pero creo que tengo un enfoque distinto que viene de que la realidad personal y me permite ver las fallas estructurales en la econom¨ªa colombiana. Nunca he visto con lentes color de rosa la estabilidad econ¨®mica relativa que ha tenido el pa¨ªs, el crecimiento m¨¢s o menos sostenido. Incluso dentro de esa estabilidad hay una profunda mediocridad en los temas econ¨®micos de los que se enorgullece una tecnocracia que ha sido muy influyente. Desde mi experiencia personal esa ¡°estabilidad¡± me fall¨®, le fall¨® a mi familia, como a millones de colombianos a finales del siglo pasado.
P. ?Y eso lo mueve ahora que est¨¢ en el Gobierno?
R. Esa inquietud fue suficiente para que, incluso 15 a?os despu¨¦s, est¨¦ aqu¨ª pensando qu¨¦ es lo que hace falta ?Por qu¨¦ Colombia a principios de los a?os 50 ten¨ªa un PIB del doble del Corea del Sur, y hoy tiene menos de la tercera parte del PIB de ese pa¨ªs? No quiero desconocer los logros, pero es necesario un escepticismo. No todo puede estar tan bien como lo presume cierto grupo de tecn¨®cratas. Hay mucho por mejorar en la econom¨ªa del pa¨ªs, que ha tenido un crecimiento francamente mediocre si se le compara con los casos de ¨¦xito. Es un debate eterno que he tenido con amigos y colegas que dicen ?por qu¨¦ vamos a compararnos con los m¨¢s exitosos? Contentarse con el promedio es literalmente la definici¨®n de mediocridad y la mediocridad me parece una aspiraci¨®n muy pobre para lo que necesita este pa¨ªs. No hay que ser heterodoxo para darse cuenta de que el manejo de pol¨ªtica econ¨®mica de Colombia tiene que cambiar radicalmente, si es que vamos a salir de la mediocridad.
P. Parece que todo est¨¢ circunscrito a la reforma, el presupuesto para proteger a los l¨ªderes sociales, la pol¨ªtica de seguridad¡
R. La reforma tributaria es una manera de encontrar el sustento material de la garant¨ªa de los derechos que est¨¢n en la Constituci¨®n del 91. Desde ese punto de vista es simult¨¢neamente la propuesta m¨¢s conservadora y m¨¢s radical de este Gobierno. Se suele decir que la Constituci¨®n nuestra es bell¨ªsima, pero que este pa¨ªs no da para tanta belleza, que es muy idealista, demasiado poco pr¨¢ctica, hasta que podr¨ªamos habernos quedado con la de 1886. Entonces, la garant¨ªa de esos derechos fundamentales es el eje del gobierno y la reforma tributaria es la herramienta para financiarlo. Todo lo dem¨¢s son detalles. El esp¨ªritu central de reforma es la progresividad, entre otras, porque eso no es un capricho de ning¨²n gobierno, ni una pol¨ªtica de izquierda, sino que est¨¢ en la Constituci¨®n.
R. Pero ya se conocen enormes cr¨ªticas de distintos sectores. ?C¨®mo las recibe?
P. Percibo que se espera que ante las cr¨ªticas la reacci¨®n sea, como ha ocurrido en otras reformas, ¡®?c¨®mo se atreven a cuestionar esta cosa tan t¨¦cnica?¡¯ Pero la verdad es que ese es el tipo de debate que debe tener una democracia madura. Hicimos una propuesta sustentada del programa de gobierno por el que votaron m¨¢s de 11 millones de personas y, como se prometi¨®, se present¨® el primer d¨ªa para debatir, a trav¨¦s de mecanismos democr¨¢ticos que incluyen el debate del Congreso, una prensa libre y una opini¨®n p¨²blica vigorosa. La aspiraci¨®n no es que la tributaria salga exactamente como se plante¨®, sino que se enriquezca y nutra.
R. Pero hay preocupaciones concretas, por ejemplo, de los empresarios
P. Se necesita que nos sinceremos en el debate con respecto a la tributaci¨®n del capital. No estamos proponiendo nada que no est¨¦ dentro de los ¨®rdenes de magnitud de tributaci¨®n que hay, por ejemplo, en Nueva York o en California, centros del capitalismo mundial. No estamos hablando ni de Suecia o Noruega.
P. Una de las principales es la doble tributaci¨®n
R. Se ha dicho mucho que es un peligro que haya doble tributaci¨®n con los impuestos a la renta de las empresas y adem¨¢s con unos impuestos progresivos a los dividendos. Hombre, pues en Estados Unidos no solo hay doble, sino cu¨¢druple tributaci¨®n, se tributa seis veces incluso porque pagan impuestos tanto las empresas como los dividendos a nivel federal, estatal y en algunos casos, tambi¨¦n municipal. Si uno suma todas esas cosas, lo que nosotros estamos proponiendo no es nada salido del ¨¢mbito de lo razonable. Lo que estamos proponiendo es llevar la tributaci¨®n del capital en Colombia m¨¢s o menos el mismo nivel de Estados Unidos, enti¨¦ndase grosso modo de las empresas m¨¢s lo que tributan los dividendos o las distintas maneras en las cuales las empresas reparten utilidades a sus socios.
P. Al nivel de Estados Unidos
R. S¨ª. Uno puede decir que si est¨¢ en Nueva York o California, de pronto paga todos esos impuestos porque cuenta con la infraestructura de esas ciudades, porque tiene un mercado laboral en el que puede contratar a los egresados de Nueva York y California y Colombia no es ninguno de esos dos sitios. Entonces aparece el problema del huevo o la gallina, porque esas sociedades precisamente tienen esos niveles de infraestructura, de educaci¨®n, de capital humano, porque tienen unos sistemas tributarios que recaudan un porcentaje del PIB much¨ªsimo m¨¢s alto y que recaudan m¨¢s impuestos del capital. Entonces esa es una cr¨ªtica que, como todas, vale la pena tener en cuenta, pero no pienso que deba darse en t¨¦rminos alarmistas.
P. Tambi¨¦n hay cr¨ªticas a la reversibilidad de los llamados impuestos saludables
R. Es una preocupaci¨®n perfectamente entendible y la raz¨®n por la que se pusieron en la reforma tributaria es porque es algo que estaba en el programa de campa?a y se quiere discutir en el Congreso. Pero, a diferencia de reformas tributarias del pasado en las que aumentar los impuestos a los bienes de consumo diario era una parte muy importante del recaudo, esta no es una medida de recaudo, sino de salud p¨²blica que entra en el contexto de lo tributario. Quiz¨¢s lo pol¨ªticamente m¨¢s conveniente habr¨ªa sido no discutirlo ahora para que no hubiera ruidos, pero se est¨¢ cumpliendo una promesa de campa?a.
P. Otro de los ruidos y dudas se refiere a las rentas de personas naturales¡
R. La claridad principal es que nadie que tenga ingresos de menos de 10 millones de pesos mensuales va a pagar un peso m¨¢s en impuestos. Eso quiere decir que el 99% de los colombianos no cabe en el grupo para el cual se van a hacer modificaciones. Obviamente ese otro 1% y, con justa raz¨®n, est¨¢ muy interesado en cu¨¢les van a ser esos cambios exactamente.
P. Para mucha gente es sorprendente el dato de que solo el 1% de los colombianos gane m¨¢s de 10 millones.
R. Algo que dicen los que tienen- tenemos- ingresos de m¨¢s de 10 millones de pesos es que no son ricos simplemente por ganarse 10.000.001 pesos. Eso ya es una pregunta filos¨®fica de ?qu¨¦ es exactamente ser rico? Pero si uno se pone a pensar en el nivel de vida material que esto representa, y acabo de hacer la conversi¨®n en euros, estamos hablando de ingresos de m¨¢s o menos 2 mil euros al mes. Pero al hacer esa conversi¨®n no a una tarifa nominal, sino en t¨¦rminos de poder adquisitivo, esos ingresos en la pr¨¢ctica ser¨ªan unos 7.300 d¨®lares al mes o m¨¢s de 6.000 euros al mes, en t¨¦rminos de lo que se puede comprar con ellos. En Espa?a esto ser¨ªa un grupo mucho m¨¢s amplio que el 1% porque es un pa¨ªs m¨¢s pr¨®spero.
P. Muchos no se sienten ricos¡
R. La sorpresa de este 1% de verse caracterizado como el m¨¢s rico de los colombianos, cuando ellos al viajar a Estados Unidos o Europa, o a Australia se sienten muy de clase media, es grande. Es cierto que son lo que se denomina clase media global, gente que alcanza a cubrir sus necesidades b¨¢sicas y un poco m¨¢s, que tiene para ir de vacaciones, alcanza a ser due?o de parte de su casa. Claramente no estamos hablando de gente que anda en yates privados. Sin embargo, creo que ha sido valioso que la gente se d¨¦ cuenta d¨®nde est¨¢ en este 1%. Es decir, d¨®nde est¨¢ en la distribuci¨®n de ingresos del pa¨ªs, porque la segregaci¨®n econ¨®mica que hay en Colombia es monstruosa. Es importante abrir los ojos a esta realidad. No estamos diciendo que el 1% ellos sean ricos, simplemente que son personas que tienen una capacidad contributiva mayor a lo que est¨¢n contribuyendo actualmente.
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