Gustavo Petro y los empresarios se dan una oportunidad
Las reuniones y los gestos entre el presidente y los propietarios de las sociedades se han multiplicado, pero persiste la desconfianza y la tensi¨®n
Hace apenas tres meses, la enemistad entre el candidato Gustavo Petro y el empresariado colombiano era solo comparable al odio entre petristas y uribistas. Del lado del capital se o¨ªan frases como ¡°no saltemos al vac¨ªo¡± o ¡°la democracia est¨¢ en juego¡±, y hubo presiones a trabajadores para no votar por el l¨ªder de la izquierda bajo amenaza de despido. El candidato los ignor¨®, con un mensaje dirigido a las clases populares, los j¨®venes y los desencantados, con quienes construy¨® su ¨¦xito electoral. La inercia colombiana de no elegir gobiernos de izquierda se rompi¨® el 19 de junio. Y hoy el presidente Petro y los empresarios se ven obligados a practicar una reconciliaci¨®n cargada de tensiones que en apenas tres semanas de mandato ha dejado varias im¨¢genes dif¨ªciles de imaginar hasta hace muy poco.
El Petro conciliador, que ya ensay¨® la docilidad en la campa?a hacia la segunda vuelta empujado por algunos de sus colaboradores m¨¢s cercanos, empez¨® a firmar la paz con los empresarios con la formaci¨®n de su equipo econ¨®mico. La figura de Jos¨¦ Antonio Ocampo, un viejo conocido de la pol¨ªtica tradicional que concita un enorme respeto en todas partes, fue el primer paso. Ocampo devolvi¨® el ox¨ªgeno a un empresariado desconcertado despu¨¦s de d¨¦cadas acostumbrado a operar siempre bajo las mismas reglas, a tratar con personas del mismo corte en el poder, ahora en manos de la izquierda por primera vez en la historia moderna del pa¨ªs.
Desde el pasado 7 de agosto, en el que Petro tom¨® posesi¨®n, el presidente ha participado en el Congreso Empresarial de la Andi (Asociaci¨®n nacional de empresarios de Colombia), en el Congreso Bancario y ha recibido a varias asociaciones gremiales en la Casa de Nari?o. La mayor¨ªa aplaude esta exposici¨®n, aunque persisten las reservas. ¡°Podr¨ªa haber ignorado al sector privado. S¨ª es loable que al menos quiera realizar una interacci¨®n¡±, concede el analista Luis Guillermo V¨¦lez, fuerte cr¨ªtico del presidente. De parte del Gobierno, van con todo. El comunicado de Presidencia que resumi¨® su intervenci¨®n en el foro empresarial de Cartagena titul¨® con un elocuente ¡°Tengan en este Gobierno a un aliado¡±.
Petro ha lanzado desde su llegada al poder una especie de programa total. Lo quiere todo. Una reforma tributaria, laboral, de salud, de pensiones, de la Polic¨ªa, del Ej¨¦rcito. Quiere pacificar el pa¨ªs, desde la guerrilla del ELN, a los narcos y las disidencias de las FARC. Quiere iniciar la transici¨®n energ¨¦tica, en un pa¨ªs que hoy depende de los hidrocarburos. Y todo eso, ha dicho, debe sembrarse en el primer a?o de Gobierno o no llegar¨¢ a hacerse. A los empresarios les parece un suicidio. ¡°Est¨¢n sobreextendiendo la agenda gubernamental, quieren hacer todo y eso va a generar caos¡±, sostiene V¨¦lez. Sergio Guzm¨¢n, de la consultora Control Risks, cree, sin embargo, que el empresariado ¡°tiene que entender el ajuste pol¨ªtico y ajustarse a ¨¦l, porque el pa¨ªs no vot¨® por mantener el status quo¡±.
Los mensajes desde el Ejecutivo, a pesar de la prisa, ya se han suavizado. El Gobierno present¨® el primer d¨ªa de mandato la reforma tributaria, la madre de todas las reformas, con las que busca recaudar al menos 25 billones de pesos. Daniel Rivera, asesor en comunicaciones estrat¨¦gicas de varios gremios y empresas, destaca la responsabilidad de Ocampo abriendo una negociaci¨®n que parece sincera. ¡°Les ha dicho ¡®estoy dispuesto a escuchar, pero necesito recoger esta plata para hacer las reformas, si usted tiene alternativas, mu¨¦streme¡±. Esta semana, ya se han matizado varios puntos que generaban rechazo entre los empresarios. Se mantendr¨¢ el subsidio a la gasolina en las zonas de frontera y no habr¨¢ impuesto a las exportaciones de oro.
Se trata de un equilibrio dif¨ªcil. Petro lleva meses obstinado en ese deseo de apadrinar un abrazo colectivo entre todos los colombianos que comenz¨® con una reuni¨®n entre ¨¦l y el expresidente ?lvaro Uribe, el mayor de sus enemigos pol¨ªticos. El d¨ªa de la investidura incidi¨® en esa intenci¨®n de gobernar para todos. Pero en un pa¨ªs tan marcado por las desigualdades, eso no es f¨¢cil. La propia formaci¨®n del gabinete, que a tres semanas de mandato a¨²n no est¨¢ completo, es muestra de esa dif¨ªcil amalgama que busca representar a todos.
Los mensajes del Gobierno, adem¨¢s, no siempre van en la misma direcci¨®n. Desde los primeros nombramientos, muchos ministros expusieron en decenas de entrevistas su visi¨®n y sus ideas, lo que ha obligado a hacer rectificaciones sobre la marcha. Para unos, como V¨¦lez, ¡°la mano se borra con el codo. Se invita al agro a cultivar y expandir su producci¨®n, pero al mismo tiempo se cuestiona la propiedad sobre la tierra. Esas intervenciones un poco improvisadas de muchos ministros dan mucha incertidumbre¡±. Otros, como Guzm¨¢n, defienden que se trata de un proceso de aprendizaje y escucha positivo, como en el caso de la ministra de Minas, que primero habl¨® de la posibilidad de importar gas de Venezuela generando una enorme pol¨¦mica, pero tras una reuni¨®n con el gremio matiz¨® su postura.
El Gobierno tambi¨¦n anunci¨® esta semana que la reforma laboral no arrancar¨¢ este a?o, lo que ha supuesto un alivio para parte del empresariado, que considera a la ministra de Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, del izquierdista Polo Democr¨¢tico, una comunista irredenta. En la decisi¨®n est¨¢ la necesidad de priorizar la reforma tributaria, que Petro quiere aprobar antes de que acabe el a?o, pero tambi¨¦n aliviar a los empresarios, que contienen la respiraci¨®n ante un ajuste que grava con mayor dureza a las sociedades y que ve con preocupaci¨®n un cambio en materia laboral.
El avance entre los dos polos opuestos est¨¢ dado. Los empresarios que llegaron a alentar el ¡°cualquiera menos Petro¡± dan ahora muestras de buscar el entendimiento con quien nunca pensaron ver presidente. El mandatario sigue busc¨¢ndolos, aunque a veces en la improvisaci¨®n de sus discursos -Petro no lee en sus intervenciones, sino que habla y es dado a divagar- vuelve a encender ciertas alarmas. Se trata de una intento de reconciliaci¨®n cargado de tensi¨®n y nerviosismo, aunque por ahora a¨²n priman los buenos modos. ¡°Ha sido muy positivo ver que se han dado crecientemente espacios de di¨¢logo entre el Gobierno y el empresariado. Esperemos que contin¨²e¡±, destaca la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Ana Fernanda Maiguashca.
Pero todas las lunas de miel pol¨ªticas tienen fecha de caducidad. Petro vive la suya particular a varias bandas. Con gran parte de la sociedad, que ve en este quehacer fren¨¦tico del presidente los primeros pasos para un cambio necesario en el pa¨ªs, o con el Congreso, en el que ya ha sumado alguna mayor¨ªa. De ah¨ª la prisa por poner todo en marcha antes de que se pueda romper la fr¨¢gil coalici¨®n de Gobierno, antes de que se diluya la ilusi¨®n de los colombianos. Esas prisas alteran la paz de una clase empresarial poco acostumbrada a los cambios.
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