¡°Es como volver a nacer¡±: la iniciativa que est¨¢ transformando la vida de mujeres cuidadoras en Bogot¨¢
Nueve de cada diez mujeres que viven en la ciudad realizan trabajo dom¨¦stico y de cuidado no remunerado
Si estuviera reconocida como actividad productiva, el trabajo dom¨¦stico y de cuidado no remunerado - limpiar la casa, atender a los hijos, cocinar, lavar y planchar, hacer las compras del hogar, entre otras - ser¨ªa el principal motor de la econom¨ªa colombiana. Generar¨ªa m¨¢s recursos que el comercio, la agricultura, el sector financiero o los negocios inmobiliarios. M¨¢s de 41.000 millones de horas se destinaron a labores de este tipo el a?o pasado, seg¨²n el Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas (DANE). Es un n¨²mero dif¨ªcil de dimensionar. La mayor carga recae sobre las mujeres, que en promedio le dedican 8 horas diarias, frente a 3 de los hombres. El Sistema Distrital de Cuidado en Bogot¨¢, que se ha consolidado como referente en Am¨¦rica Latina, les est¨¢ dando un respiro a miles de cuidadoras.
El d¨ªa inicia con una clase de aer¨®bicos en el popular sector de Patio Bonito de la localidad de Kennedy, en el sur de la capital. Un grupo de mujeres cambia la rutina de las obligaciones de la casa por la del ejercicio. Visten ropa c¨®moda y se unen al entrenamiento en una de las ¡®Manzanas del Cuidado¡¯, lugares a cargo del Distrito donde les prestan servicios gratuitos para que puedan hacer lo que pocas veces consiguen en su cotidianidad: gozar de tiempo para s¨ª mismas. ¡°Ac¨¢ viene uno y saca toda la energ¨ªa negativa. En la casa solo es cuidar a los ni?os, cocinar y hacer oficio¡±, comenta ?ngela Celi, madre de tres hijos. ¡°Venir es lo m¨¢ximo porque uno se rejuvenece¡ cuida la salud y hace amigas¡±, afirma.
Realizan sesiones de yoga, pilates y hasta nataci¨®n en algunos de los 11 centros ubicados en diferentes zonas de la ciudad, principalmente habitadas con poblaci¨®n vulnerable. Tambi¨¦n ofrecen programas especiales para terminar la primaria o el bachillerato y ense?an habilidades que generen ingresos, como la operaci¨®n de m¨¢quina plana, electr¨®nica y artes. De esta forma, las mujeres pueden retomar sus proyectos de vida. Mientras se capacitan, profesionales las sustituyen en las labores de cuidado, atendiendo a menores de 5 a?os, personas con discapacidad o adultos mayores.
En algunas manzanas prestan el servicio de lavander¨ªa comunitaria. ¡°Puedo venir a dejar lavando la ropa y, mientras tanto, tomar un curso como el de macram¨¦ (tejidos con nudos decorativos). Cuando salgo la ropa est¨¢ limpia, seca y doblada¡±, cuenta Esperanza Cruz. Antes pasaba horas enteras esforz¨¢ndose por lavar las prendas a mano.
En Bogot¨¢, nueve de cada 10 mujeres realizan trabajos dom¨¦sticos y de cuidado no remunerado. Para una tercera parte, esa es su actividad principal, lo que aumenta las brechas de g¨¦nero en el acceso a educaci¨®n y las oportunidades de empleo. Son mujeres que dedican pr¨¢cticamente todo el d¨ªa al hogar y no reciben remuneraci¨®n econ¨®mica alguna. Como consecuencia, la mayor¨ªa vive en condiciones de bajos recursos y su m¨¢ximo nivel educativo es la secundaria. El gobierno distrital estima que al 33% no le queda tiempo ni siquiera para establecer h¨¢bitos de autocuidado que ayuden a proteger su salud f¨ªsica y emocional.
Matilde Reyes es esposa, madre y abuela. Se pension¨® despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os de trabajo como ensambladora de muebles de madera y ahora ayuda en la crianza de dos nietos, sin dejar de frecuentar la ¡®Manzana del Cuidado¡¯. ¡°Pr¨¢cticamente toda mi juventud se la dediqu¨¦ al empleo y a la casa. Nunca ten¨ªa espacio para mi. Era como una m¨¢quina¡±, recuerda. ¡°Ahora estoy haciendo lo que no hice en ese tiempo, nunca es tarde para empezar¡±, se enorgullece. Asiste con disciplina, como otras mujeres, a las pr¨¢cticas para aprender a montar en bicicleta. ¡°Con estos programas sentimos que volvemos a nacer, que estamos vivas¡±, expresa con voz alegre.
El esposo de Reyes participa en las tareas dom¨¦sticas. No obstante, no es as¨ª en todos los casos. La ¨²nica de todas las tareas de cuidado dom¨¦stico no remunerado que presenta una carga equilibrada entre hombres y mujeres en Colombia es la de compras y administraci¨®n del hogar. La brecha es mayor, y los estereotipos de g¨¦nero predominan m¨¢s, en hogares donde las mujeres tienen un bajo nivel de educaci¨®n. A los sesgos se suman la falta de reconocimiento y dignificaci¨®n del cuidado. ¡°Cuando les preguntas a las cuidadoras qu¨¦ hacen, a veces te responden: ¡®no hago nada¡¯, pero la realidad es que se levantan a las 5 de la ma?ana a atender a la familia, a llevar a los ni?os al colegio, a alistar uniformes. La carga es muy fuerte. Sin embargo, nos han ense?ado que las labores de la casa no son un trabajo. Lo es, aunque no sea remunerado¡±, sostiene la polit¨®loga Alejandra Agudelo, coordinadora de la manzana de Kennedy.
La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL) y ONU Mujeres han advertido que, desde antes de la pandemia, las mujeres de la regi¨®n dedicaban el triple de tiempo que los hombres al trabajo de cuidado no remunerado. La emergencia hizo m¨¢s visible el desbalance que las pol¨ªticas p¨²blicas pueden ayudar a solucionar. ¡°El Sistema Distrital de Cuidado es la apuesta de innovaci¨®n social m¨¢s importante en Bogot¨¢ en los ¨²ltimos tiempos. Pusimos en marcha servicios para que las familias aprendan c¨®mo reducir y redistribuir los trabajos de cuidado, que las mujeres vean que est¨¢ bien compartirlos, que los hombres asuman responsabilidades, y los ni?os y ni?as no reproduzcan estereotipos¡±, destaca Diana Rodr¨ªguez, secretaria de la mujer.
Como complemento a las ¡®Manzanas del Cuidado¡¯, que aprovechan la infraestructura existente de otras entidades para reunir y articular la oferta institucional, dos buses equipados circulan por los barrios de la ciudad acercando a los habitantes una oferta de similar de servicios. Adicionalmente, algunos incluyen la escuela de ¡®Hombres al Cuidado¡¯, espacios donde les ense?an a realizar oficios del hogar y del cuidado de los hijos para una distribuci¨®n m¨¢s igualitaria.
En la regi¨®n, Uruguay es el pa¨ªs pionero en la implementaci¨®n de un Sistema Nacional de Cuidados. La capital colombiana ha compartido la experiencia del orden distrital con los gobiernos de Monterrey (M¨¦xico), Rep¨²blica Dominicana, Chile y Argentina, entre otros. Agudelo, la coordinadora de la ¡®Manzana del Cuidado¡¯ de Kennedy, recuerda que toda persona ha recibido cuidado al crecer y lo necesitar¨¢ al envejecer. ¡°Es hora de comenzar a decirles a quienes realizan labores de cuidado: usted s¨ª hace y hace mucho¡±, enfatiza.
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