Maduro quiere mantener a Espa?a al margen de la negociaci¨®n con el ELN
La entrada del presidente de Venezuela como mediador dificulta la presencia de Pedro S¨¢nchez
Pedro S¨¢nchez realiz¨® en agosto una gira por Latinoam¨¦rica para expandir su influencia en la regi¨®n. El presidente espa?ol le ofreci¨® Madrid a Gustavo Petro como una de las sedes para las conversaciones de paz con el ELN. El anfitri¨®n agradeci¨® el gesto, pero lo supedit¨® a la opini¨®n de los dirigentes de la ¨²ltima guerrilla levantada en armas en Colombia. En las siguientes semanas, Petro busc¨® nuevos apoyos y le solicit¨® por carta a Nicol¨¢s Maduro que ejerciera tambi¨¦n ese rol de mediador, el mismo al que aspiraba S¨¢nchez. El asunto se complic¨® entonces.
La entrada de Maduro, que ve en esto una oportunidad de recuperar legitimidad internacional, puede sacar de la ecuaci¨®n a S¨¢nchez. El presidente de Venezuela sostiene que lo m¨¢s conveniente para todas las partes es que Espa?a se mantenga al margen, seg¨²n fuentes conocedoras de las negociaciones. El plan de S¨¢nchez, que el a?o que viene enfrenta unas elecciones generales y necesita mejorar su popularidad, puede descarrilar por estos intereses cruzados. Su ofrecimiento quedar¨ªa en nada. Maduro y S¨¢nchez arrastran una historia de a?os atr¨¢s.
El presidente espa?ol fue de los primeros mandatarios internacionales en reconocer a Juan Guaid¨® como presidente alternativo de Venezuela, en 2019. El intento de aislar a Maduro con la figura de Guaid¨® al final no cuaj¨®, y Espa?a acab¨® distanci¨¢ndose de ¨¦l. Adem¨¢s, el opositor Leopoldo L¨®pez estuvo refugiado en la embajada de Espa?a en Caracas hasta que huy¨® en 2020 hacia Colombia, para instalarse m¨¢s tarde en Madrid. Maduro tiene la obsesi¨®n de ver a L¨®pez en prisi¨®n. Estos episodios han abierto una grieta entre S¨¢nchez y Maduro que no parece que la negociaci¨®n con el ELN vaya a cerrar.
Petro persigue la desmovilizaci¨®n del ELN, algo que han intentado casi todos los presidentes colombianos de los ¨²ltimos 50 a?os. A diferencia de las FARC, esta guerrilla que naci¨® cuando un grupo de estudiantes fueron a conocer de cerca la revoluci¨®n cubana en La Habana, en los a?os sesenta, no tiene como fin ¨²ltimo asaltar el poder mediante las armas. Sus intereses son difusos y nada f¨¢ciles de concretar. Tampoco cuenta con la jerarquizaci¨®n militar de la guerrilla que comandaba Timochenko, lo que facilitaba llegar a acuerdos puntuales.
Las conversaciones ser¨¢n arduas, aunque el Gobierno conf¨ªa en sortear algunos obst¨¢culos del proceso de paz con las FARC, que se prolong¨® seis a?os. Dos a?os m¨¢s de lo que dura un mandato presidencial. Aunque de ah¨ª surgi¨® una hoja de ruta y unos mecanismos legales que se pueden aprovechar ahora. Esa misma literatura jur¨ªdica es la que desea utilizar Petro para lograr la desmovilizaci¨®n de los diferentes actores armados distribuidos por toda la geograf¨ªa colombiana. La mayor¨ªa de ellos se dedican al negocio de la coca¨ªna. Ese plan de acabar con casi toda la violencia a la vez se conoce como la paz total, un objetivo del tama?o de su ambici¨®n como presidente.
S¨¢nchez dej¨® claro en la Casa de Nari?o, la residencia presidencial colombiana, que deseaba echar una mano. ¡°Nosotros nos ofrecemos para ayudar en alcanzar la paz y, por tanto, si en Espa?a se pueden albergar esas conversaciones de paz, estar¨ªamos dispuestos¡±, dijo entonces. Petro reconoci¨® en p¨²blico las buenas intenciones de su colega, que meses atr¨¢s lo hab¨ªa recibido en Madrid cuando solo era candidato y lo present¨® al mundo como un pol¨ªtico respetable, y no como el peligro para la democracia que mucha gente cre¨ªa que era. Con anterioridad, otros gobernantes socialistas espa?oles, que cre¨ªan tener enfrente a un aliado de Hugo Ch¨¢vez, se hab¨ªan mostrado displicentes con ¨¦l. Pero aun as¨ª, Petro no se mostr¨® entusiasmado ni acept¨® el ofrecimiento de primeras. En su fuero interno deb¨ªa estar evaluando los problemas que le acarrear¨ªa una decisi¨®n as¨ª.
Los di¨¢logos empezar¨¢n en breve. Una delegaci¨®n del ELN viaj¨® el domingo de Cuba a Venezuela para iniciar su propia discusi¨®n interna. El proceso arrancar¨¢ en el mismo punto en el que se detuvo en 2019, cuando el anterior presidente, Iv¨¢n Duque, lo suspendi¨® tras un atentado perpetrado por el grupo en el que murieron 24 j¨®venes militares. Cuba, Noruega y Venezuela, los pa¨ªses garantes desde entonces, permitieron el traslado de la delegaci¨®n. A esas naciones querr¨ªan sumarse Espa?a y Chile, que tambi¨¦n ha mostrado inter¨¦s en participar. Aunque las cr¨ªticas del presidente Boric al chavismo podr¨ªan suponer otro obst¨¢culo a?adido. Petro tendr¨¢ que hacer malabarismos para contentar a todas las partes.
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