Gaviria el invisible
A¨²n no conocemos la hoja de ruta del muy admirado ministro de Educaci¨®n para sacar del inmovilismo a un sector que lleva d¨¦cadas exigiendo una poderosa revoluci¨®n
Cien d¨ªas de gobierno. Cien d¨ªas de Gustavo Petro en la presidencia han dado mucho de qu¨¦ hablar en distintos aspectos. La econom¨ªa se ha sacudido por cuenta de una reforma tributaria, para muchos inconveniente, y los anuncios que van y vienen sobre el futuro de las exploraciones y explotaciones mineras en el pa¨ªs.
En cien d¨ªas se ha hablado de paz total, de entrega de tierras a los despojados, de reforma agraria, de Venezuela y Nicaragua, de importaciones y exportaciones, de emergencia por lluvias, del futuro de la salud, de las EPS y los medicamentos. Tambi¨¦n se ha hablado del metro de Bogot¨¢, de la represa de Hidroituango, de medio ambiente, emergencia clim¨¢tica y del cambio en la estrategia para la lucha contra los cultivos il¨ªcitos.
En fin, en cien d¨ªas se ha hablado mucho de muchas cosas, se ha anticipado algo de otras, pero poco he o¨ªdo (tal vez sea un problema m¨ªo) del urgente cambio que se debe hacer en el mundo de la educaci¨®n, pilar fundamental de la sociedad desigual en que vivimos los colombianos.
S¨ª, es cierto que el ministro de Educaci¨®n, Alejandro Gaviria, ha estado en algunos foros y en algunos medios de comunicaci¨®n haciendo el diagn¨®stico de lo que pasa en Colombia con el sistema educativo. Puso el dedo en la llaga al se?alar que la educaci¨®n privada en los colegios est¨¢ lejos, muy lejos, en t¨¦rminos de calidad si se compara con la educaci¨®n p¨²blica, pero m¨¢s all¨¢ del diagn¨®stico lo que se requiere de manera urgente es empezar a escuchar las estrategias que permitir¨¢n avanzar en la necesaria reforma que acabe con ese problema que hoy es un multiplicador de pobreza.
El ministro de Educaci¨®n es un hombre prudente. Por ello uno entiende ese silencio o esa discreci¨®n que contrasta con el constante activismo pol¨ªtico que otros compa?eros suyos del gabinete ministerial han asumido. Uno ve a una ministra de Salud que habla aqu¨ª y all¨¢. Que lanza ideas ¨C pol¨¦micas eso s¨ª ¨C y deja propuestas de lo que en un futuro podr¨ªa ser el sistema de aseguramiento en salud para Colombia. Uno ve a la ministra de Minas de arriba abajo con su inquietante idea de acabar con la exploraci¨®n minera de hidrocarburos, pero tambi¨¦n hablando de promover la exploraci¨®n de nuevos minerales que no est¨¢n en el radar de los colombianos. La ministra de Vivienda habla de subsidios, el canciller de su tema que es la paz. ?Y la educaci¨®n?
Cien d¨ªas han pasado y a¨²n no conocemos la hoja de ruta del muy admirado ministro de Educaci¨®n para sacar del inmovilismo a un sector que lleva d¨¦cadas exigiendo una poderosa revoluci¨®n. Y no hablo de acabar con el sindicato de maestros, como algunos piensan, sino de empezar a exigir a todo un sector que asuma su responsabilidad hist¨®rica con el pa¨ªs y la sociedad.
?Qu¨¦ va a pasar con la Universidad Pedag¨®gica? ?Subir¨¢ sus est¨¢ndares para graduar a verdaderos pedagogos con GANAS de educar? ?Qu¨¦ va a pasar con el curr¨ªculo en los colegios? ?Va a cambiar para ofrecer una formaci¨®n adaptada a la realidad de un mundo digital que cambia a la velocidad de la tecnolog¨ªa? ?Qu¨¦ va a pasar con la evaluaci¨®n de los profesores? ?Seguiremos viendo unos ex¨¢menes que no miden la calidad pedag¨®gica del profesor y sus conocimientos, sino un mero tr¨¢mite para dizque medir la calidad docente? Ministro Gaviria: confiamos en usted para que esto cambie, pero el silencio nos llena de angustia.
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