Un coronel que cometi¨® falsos positivos tuvo un contrato con las Fuerzas Militares para ense?ar derechos humanos
El coronel retirado Santiago Herrera, que admiti¨® responsabilidad en ejecuciones extrajudiciales, obtuvo durante el 2021 un contrato por 220 millones de pesos con el Ej¨¦rcito para dar c¨¢tedra de DIH
En agosto de 2021, el coronel retirado Santiago Herrera Fajardo manifestaba por escrito ante la justicia transicional de Colombia la decisi¨®n de reconocer su responsabilidad en ejecuciones extrajudiciales. Al mismo tiempo daba clases de derechos humanos a militares.
Herrera, que hab¨ªa sido comandante de la Brigada M¨®vil No. 15, una de las dependencias militares que m¨¢s asesin¨® civiles para presentarlos falsamente como bajas en combate, obtuvo en julio de ese mismo a?o un jugoso contrato de consultor¨ªa por $220.840.200. As¨ª se desprende de una filtraci¨®n que obtuvo Guacamaya Leaks, a la que tuvo acceso EL P?IS gracias a la organizaci¨®n francesa Forbidden Stories, que demuestra c¨®mo a pesar de la gravedad de los llamados falsos positivos, como se han conocido estos cr¨ªmenes en el pa¨ªs, los militares continuaron con beneficios como ese.
El contrato firmado por el Comando General de las Fuerzas Militares ten¨ªa como objeto ¡°prestar sus servicios a trav¨¦s de una consultor¨ªa¡± para fortalecer los procesos de planeaci¨®n del Entrenamiento Militar Conjunto, el impacto de la cooperaci¨®n internacional en la educaci¨®n militar, as¨ª como hacer an¨¢lisis de la Doctrina, la alineaci¨®n de la educaci¨®n superior con las pol¨ªticas del Ministerio de Educaci¨®n Nacional y ¡°la transversalizaci¨®n de la capacitaci¨®n en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en las Fuerzas Militares¡±.
Se trata de una consultor¨ªa por seis meses, entre el 27 de julio y el 30 de diciembre de 2021 en la que figuran Herrera y otras cuatro personas como contratistas. En otro de los documentos conocidos por EL PA?S los cinco acordaban no proporcionar ninguna informaci¨®n o detalle a ning¨²n tercero, y considerar como documentos clasificados todo lo relacionado con las fuerzas militares que encuentren en el curso del contrato. Los otros contratistas son Elsa Bonilla Piratova, una acad¨¦mica de la Universidad Santo Tom¨¢s; Diego Omar Gordillo Rojas; Jaime Alberto Duque Casas; y Ra¨²l Alejandro Fl¨®rez Mateus.
Los entrenamientos, seg¨²n se desprende de los documentos, alcanzaron hasta 300 alumnos e incluyeron cursos sobre operaciones militares y violencia sexual contra comunidades ¨¦tnicas, entre otros.
En paralelo, el coronel continuaba su proceso en la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) donde era investigado como coautor de cr¨ªmenes de guerra de homicidio en persona protegida en al menos 13 casos.
Herrera no hab¨ªa sido condenado por lo que no ten¨ªa ninguna inhabilidad para contratar con el Estado, como se observa en el certificado de antecedentes que expide la Procuradur¨ªa. Una alianza de varios medios, de la que hace parte EL PA?S, le envi¨® una serie de preguntas al coronel Herrera sobre el contrato, pero al cierre de esta edici¨®n no hab¨ªa respondido.
Unos meses despues de firmar el contrato, el coronel se convirti¨® en uno de los m¨¢s altos oficiales en reconocer su participaci¨®n en los llamados falsos positivos. Es uno de los que mencion¨® al excomandante del Ej¨¦rcito, Mario Montoya, como parte de un aparato criminal que dej¨® al menos 6.402 muertos por todo el territorio nacional.
¡°Usamos las armas de la Rep¨²blica para matar inocentes¡±, dijo Herrera en 2022 en una audiencia p¨²blica ante los familiares de las v¨ªctimas. El insitig¨® asesinatos. En el caso de Norte de Santander, donde comandada una unidad ¨¦l, hubo dos modalidades de esos cr¨ªmenes. En la primera asesinaron a campesinos de la regi¨®n del Catatumbo; en la segunda reclutaron a j¨®venes de otras zonas del pa¨ªs, como Soacha, los llevaron enga?ados a la zona y los asesinaron.
?Qui¨¦n es?
Santiago Herrera se crio en el Ej¨¦rcito. Proviene de una familia de oficiales y a sus 14 a?os ingres¨® a la Escuela Militar de Cadetes, esperando ser comandante de esa instituci¨®n. Se convirti¨® en coronel y lleg¨® a ser ayudante general del comandante del Ej¨¦rcito en 2008. Pero su historia ya estaba cargada de sangre.
En 2008, un grupo de mujeres de Soacha, en cercan¨ªas a Bogot¨¢ empez¨® a denunciar la desaparici¨®n de sus hijos y hermanos. Eran todos j¨®venes de escasos recursos que fueron cooptados por militares con ofertas falsas de trabajo. All¨¢ los asesinaban, los vest¨ªan con uniformes de guerrilleros y les pon¨ªan armas para hacerlos parecer delincuentes. Herrera era el comandante de la Brigada M¨®vil 15, que cometi¨® estos cr¨ªmenes. Despu¨¦s admitir¨ªa que ¨¦l presion¨® a sus subalternos para obtener resultados y muertes de supuestos guerrilleros a como diera lugar. Esa, cre¨ªa era su forma de ascender en la carrera militar: escalando sobre la vida de inocentes.
Esos resultados y su silencio lo llevaron a ser el Jefe de Estado Mayor de la Quinta Divisi¨®n. Sin embargo, en 2008, la tenacidad de las madres de Soacha concluy¨® en el hallazgo de estas muertes. Fue el primer aviso para Colombia de ese patr¨®n de muertes que se reg¨® por todo el pa¨ªs. Herrera fue investigado por la justicia ordinaria y aunque no hab¨ªa sido condenado estuvo privado de la libertad durante 6 a?os y 10 meses en un centro de detenci¨®n militar.
Con el acuerdo de paz y la creaci¨®n de la JEP, Herrera se acogi¨® a esta justicia, buscando beneficios jur¨ªdicos a cambio de decir la verdad. Se convirti¨® tambi¨¦n en el l¨ªder de una ONG que agrupa a m¨¢s de dos mil miembros de las Fuerzas Militares en retiro que se han sometido a la JEP. En total van 3.734 militares bajo esta justicia transicional.
El coronel qued¨® vinculado a la serie de asesinatos que se investigan en el Caso 003, llamado ¡°Asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes de Estado¡± En concreto, fue vinculado a 12 procesos penales en los que se identificaron 13 v¨ªctimas de ejecuciones extrajudiciales ocurridas en 2007 en Norte de Santander.
Para la justicia, Herrera ejerci¨® presi¨®n constante sobre sus subalternos para que presentaran bajas e hizo cambios en la l¨ªnea de mando de la Brigada para encubrir los cr¨ªmenes. ¡°Asesinatos, cuya relaci¨®n el compareciente conoc¨ªa de antemano; encubriendo homicidios de los que se enter¨® con posterioridad a su perpetraci¨®n; firmando ¨®rdenes de operaciones de manera irregular e incluso omitiendo los controles que le correspond¨ªa implementar para evitar estos cr¨ªmenes¡±, se lee en el documento de conclusiones de la JEP en el caso.
Aunque se someti¨® a la JEP en 2017, solo hasta agosto de 2021 manifest¨® por escrito su voluntad de reconocer la responsabilidad; y en abril de 2022 se enfrent¨® a las v¨ªctimas en una audiencia p¨²blica donde sus palabras quedaron para la historia. ¡°Me generan verg¨¹enza los cr¨ªmenes cometidos por mi brigada. Hombres que port¨¢bamos el uniforme militar con la misionalidad de proteger la vida y honra de nuestros conciudadanos terminamos usando las armas de la rep¨²blica para vulnerarles las vidas (...) Contribu¨ª de forma aberrante a la estructura criminal en aras de mejorar la estad¨ªstica de bajas y competir con otras brigadas del Ej¨¦rcito dentro del famoso ranking fijado por el comandante del Ej¨¦rcito¡±, dijo.
Para llegar a esas palabras hubo un trecho largo. Antes de esa audiencia p¨²blica, las v¨ªctimas y sus representantes hab¨ªan criticado el reconocimiento de responsabilidad que Herrera hizo en versiones privadas. Se?alaron que solo hablaba de omisi¨®n mientras que otros militares de su Brigada hab¨ªan dicho que ¨¦l tambi¨¦n tuvo ¡°responsabilidad por acci¨®n¡±, como se lee en el documento de resoluci¨®n de conclusiones, publicado por la JEP.
Luego en la audiencia de reconocimiento en Oca?a, Herrera admiti¨® que us¨® 10 mecanismos para presionar que se cometieran esos cr¨ªmenes. Dijo que ante la falta de resultados operacionales presionaba a sus subalternos en general con programas radiales diarios, de forma individual a los comandantes de batall¨®n y que generaba competencia entre ellos. Tambi¨¦n que a algunos de ellos los presion¨® con amenazas de escribir anotaciones negativas en sus hojas de vida. Reconoce que los motiv¨® con ofrecimientos de permisos y viajes a aquellos que reportaran ¡°bajas¡±, o que premi¨® con viajes al exterior o cursos de pilotos a los que m¨¢s resultados presentaban.
La JEP, en su escrito de conclusiones, ha destacado que Herrera dio informaci¨®n sobre la cadena de mando y sobre c¨®mo se presion¨® a varios niveles. Se refiri¨® al entonces comandante del Ej¨¦rcito, general Mario Montoya. ¡°Yo necesito ¡®muertes en combate¡¯ (¡) ¡®a m¨ª no me sirven las capturas¡¯, eso es algo que siempre dec¨ªa ¨¦l, ya despu¨¦s empez¨® a hablar de litros de sangre¡±, dijo Herrera ante la JEP. Asegur¨® tambi¨¦n que hab¨ªa un ¡°top 10 de body count¡± motivado por Montoya en el que se destacaban las unidades militares que presentaran el mayor n¨²mero de bajas en combate.
El coronel se reconoci¨® como instigador de estos cr¨ªmenes. ¡°Con toda la verg¨¹enza y encogimiento que un soldado puede sentir, pero con el mayor respeto para el dolor de las v¨ªctimas, reconozco que mientras ejerc¨ª ese cargo oper¨® al interior de la brigada m¨®vil una estructura criminal de facto¡±, dijo en abril.
En versiones voluntarias dio m¨¢s detalles sobre c¨®mo eleg¨ªan a las v¨ªctimas y la destinaci¨®n de dineros de inteligencia.
¡°(¡) Mis subalternos desde los comandantes de batall¨®n de contraguerrillas hasta los comandantes de escuadra seleccionaran las v¨ªctimas y con armas que consegu¨ªan por s¨ª mismos o entregadas en algunos casos por la CIOCA, se las plantaron a los cad¨¢veres de las victimas que ellos ultimaron. Esos homicidios de civiles inocentes en situaci¨®n de indefensi¨®n fueron falsas bajas en combate y tuvieron como otra de sus caracter¨ªsticas la sistematicidad constituyendo as¨ª un patr¨®n macro-criminal atribuible a la estructura y organizaci¨®n criminal al interior de la brigada m¨®vil (¡) Yo no me puse de acuerdo para crear esta organizaci¨®n, pero a partir de mi mando y el ejercicio del mismo, t¨¢citamente la implement¨¦¡±, dijo.
A pesar de esa informaci¨®n que entreg¨®, tanto las v¨ªctimas como la justicia destacaron que Herrera, incluso despu¨¦s de su declaraci¨®n p¨²blica, hablaba como si su rol fuera meramente de omisi¨®n y no de participaci¨®n directa. En una versi¨®n posterior, la magistrada que lleva el caso le pregunt¨® directamente si ¨¦l, como comandante de la Brigada M¨®vil 15, dio ¨®rdenes para la perpetraci¨®n de conductas criminales, ¡°a lo que respondi¨® afirmativamente¡±. Adem¨¢s, admiti¨® haber falsificado ¡°una cuenta de gastos reservados que facilit¨® el encubrimiento de operaciones militares previas en las que se hab¨ªan presentado falsas bajas en combate¡±.
La JEP, finalmente, reconoci¨® que Herrera aport¨® a la verdad y anunci¨® las posibles formas en que deber¨¢ reparar a las v¨ªctimas. Entre ellas est¨¢ la realizaci¨®n de c¨¢tedras para fortalecer la no repetici¨®n de los hechos, una propuesta presentada por Herrera y cuatro coroneles m¨¢s. Los cinco imputados propon¨ªan hacerlas en el Ej¨¦rcito, algo como una continuaci¨®n de las clases que ya daba el coronel.
Sin embargo, las organizaciones de v¨ªctimas hicieron cr¨ªticas al proyecto porque consideraron que ¡°existe un riesgo de que lo que se comparta a trav¨¦s de los escenarios de ense?anza sea incompleto y parcializado¡± y propusieron ajustes.
Ahora los militares tendr¨ªan que dar las c¨¢tedras en compa?¨ªa de las v¨ªctimas, no podr¨¢n enfocarse en hablar de generalidades del conflicto, sino que tendr¨¢n que usarlas para admitir que cometieron graves delitos y en ning¨²n caso podr¨¢n ser llamados profesores, como alguna vez lo fue Herrera pagado por el Ej¨¦rcito, sino que tendr¨¢n que identificarse como agentes del estado responsables de violaciones de los derechos humanos.
* Con aportes de Sandra Cuffe
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