La tala de ¨¢rboles en un parque p¨²blico para construir un colegio enfrenta a la comunidad y la Polic¨ªa
Decenas de personas llevan d¨ªas protestando para impedir las obras en el suroccidente de Bogot¨¢
El obrero tala el tronco de uno de los ¨¢rboles con la motosierra. En segundos hace dos cortes para orientar la ca¨ªda del ejemplar que creci¨® all¨ª durante d¨¦cadas. Los habitantes observan la escena en silencio desde sus ventanas y cuando el pino se desploma lanzan gritos de pesar. Cada uno de los 14 ¨¢rboles derribados esta semana pertenec¨ªa a un parque p¨²blico en el suroccidente de Bogot¨¢, donde ahora se construir¨¢ un colegio. Los habitantes llevan d¨ªas protestando y tratando de impedir lo que han llamado arboricidio. Ser¨¢n 35 los ¨¢rboles talados.
Catalina Dimian naci¨® y creci¨® a la sombra de esos ¨¢rboles del barrio Marsella, que hoy ya no est¨¢n. Desde hace d¨ªas la zona ha sido acordonada con vallas, y decenas de polic¨ªas antidisturbios la rodean para evitar el paso de la gente. Catalina corri¨® y logr¨® entrar por la fuerza al parque. Lleva cuatro d¨ªas con sus noches encadenada a un ¨¢rbol y en huelga de hambre. Desde ah¨ª ha visto caer uno a uno los ¨¢rboles que tambi¨¦n vio crecer.
La alcald¨ªa ha destinado ese espacio para la construcci¨®n de un colegio que beneficiar¨¢ a 1.060 alumnos. La secretar¨ªa de Ambiente le explic¨® a este diario que la zona no est¨¢ legalmente destinada a ser un parque, pues en septiembre de 2015 ¡°el Departamento Administrativo de la Defensor¨ªa del Espacio P¨²blico (Dadep), de la Administraci¨®n del entonces alcalde Gustavo Petro, le entreg¨® a la Secretar¨ªa de Educaci¨®n el predio¡±. En la zona hay una vieja valla verde con el logo de la alcald¨ªa y la leyenda ¡°Este parque es de todos. ?Cu¨ªdelo!¡±.
Los habitantes no se oponen a que se construya, sino a que se haga en ese lugar. La alcaldesa Claudia L¨®pez los ha llamado ¡°clasistas¡± y ¡°oportunistas¡±.
Para efectos de cobrar m¨¢s o menos en los servicios p¨²blicos, las viviendas de las ciudades colombianas est¨¢n clasificadas en estratos del 1 al 6. Esas categor¨ªas se han convertido, en el imaginario, en clases sociales; los m¨¢s pudientes viven en los estratos 5 y 6. La localidad de Kennedy, donde est¨¢ ubicado el parque, alberga estratos bajos y medios. El sector del parque es estrato 3.
La secretaria de Educaci¨®n, Edna Bonilla, dijo a EL PA?S que la localidad tiene un d¨¦ficit de ocho mil cupos estudiantiles y que la obra ha sido socializada con la comunidad, tiene los permisos ambientales y no se va a detener. La secretaria tambi¨¦n acusa a los protestantes de ¡°clasistas¡±, pues los principales beneficiarios ser¨¢n ni?os pobres. ¡°Ellos protestan porque dicen que va a generar inseguridad y se van a desvalorizar sus predios¡±, comenta.
Al preguntarles el porqu¨¦ de las protestas, los habitantes no mencionan esas razones. Hugo Hern¨¢ndez, vecino del sector, lamenta lo que est¨¢ pasando y le preocupa no tener ese lugar para refugiarse en caso de un terremoto. ¡°Este era nuestro punto de encuentro, nuestro espacio seguro¡±, dice.
El dise?o del colegio de seis plantas fue contratado desde la administraci¨®n anterior, la de Enrique Pe?alosa. El costo total del proyecto es de $ 39.549.550.461 (8.326.221 d¨®lares al valor de hoy) y deber¨¢ estar listo en a?o y medio. La obra est¨¢ retrasada, porque debi¨® comenzar en diciembre. La secretaria de Educaci¨®n dice que beneficiar¨¢ a estudiantes de otras localidades de la ciudad. Tambi¨¦n deber¨¢ pagar 22 millones de pesos por los 35 ¨¢rboles que talar¨¢, as¨ª como trasladar otros seis, conservar uno y hacer podas significativas a 53m¨¢s.
A pesar de la mesa de di¨¢logo que tuvieron los vecinos con la Secretar¨ªa de gobierno, la alcald¨ªa ratific¨® su decisi¨®n. ¡°No nos escucharon, nunca hubo concertaci¨®n con la comunidad. Yo estoy en defensa de nuestro bosque, de no llamar progreso a una destrucci¨®n¡±, se queja Catalina Dimian.
***
Los vecinos no se resignan a la destrucci¨®n del parque. Cuando tumban otro ¨¢rbol, se escuchan gritos desde las ventanas: ¡°Asesinos, asesinos¡±. Ya no pueden entrar al lugar al que antes iban a caminar, jugar, pasear sus perros y hacer ejercicio. Han sido d¨ªas de llanto, angustia y el clamor de una consigna: ¡°Resistencia, resistencia¡±. Uno de los ¨¢rboles se ha salvado porque alcanzaron a ver que albergaba el nido de una lechuza a la que no han podido sacar.
El concejal Diego Cancino, del mismo partido de la alcaldesa pero constante cr¨ªtico de ella, cree que los intereses de la comunidad y de la alcald¨ªa son leg¨ªtimos, pero que no debe afectarse el espacio verde. Cancino advierte que el Distrito ha podido construir el colegio en un lote que hay en el mismo sector y cuyas dimensiones son dos veces m¨¢s grandes que las del parque.
Lo que m¨¢s le preocupa a Cancino, lo que considera absolutamente intolerable, es la violencia que ha ejercido la polic¨ªa antidisturbios en contra de los manifestantes. ¡°A una chica menor de edad la arrastraron y tuvo que ir a la cl¨ªnica; a una se?ora mayor la golpearon y no pod¨ªa caminar. Aqu¨ª hay una reacci¨®n absolutamente desproporcionada del uso de la fuerza por parte de la polic¨ªa¡±, explica Cancino.
Alrededor de 50 hombres de la polic¨ªa, entre antidisturbios y la polic¨ªa c¨ªvica, mantienen acordonado el lugar. Esa presencia masiva para que se realice la tala de ¨¢rboles contrasta con su ausencia en las calles de ese sector que, seg¨²n los ciudadanos, est¨¢ siendo duramente azotado por la delincuencia.
Hay videos de la manera c¨®mo la polic¨ªa ha reprimido y utilizado fuerza contra los manifestantes que protestaban pac¨ªficamente. A Luan Gonz¨¢lez la arrojaron al piso y la golpearon. ¡°Tengo un trauma en un costado, rasgu?os y moretones en los brazos¡±, explica mientras muestra los golpes. Los vecinos han contabilizado agresiones contra 13 mujeres. Gonz¨¢lez ha denunciado a los polic¨ªas ante la Procuradur¨ªa. Al barrio han llegado integrantes de la primera l¨ªnea, un grupo de j¨®venes activistas de reclamos sociales que en pasadas protestas se enfrent¨® a la polic¨ªa antidisturbios.
Seg¨²n Greenpeace, Bogot¨¢ es la sexta ciudad de Am¨¦rica Latina con el mayor nivel de contaminaci¨®n de aire, una de las razones por las que se debe aumentar la siembra de ¨¢rboles y proteger los que existen. La concentraci¨®n media anual de materia particulada (PM2.5) en 2021 fue de 13,7 ?g/m3, m¨¢s del doble del m¨¢ximo recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). El mismo estudio consider¨® que hubo 3.400 fallecimientos prematuros durante ese a?o.
El Distrito dice tener un plan para plantar 802.000 ¨¢rboles en el cuatrienio, que se acaba este a?o. Seg¨²n la Secretar¨ªa de Ambiente, van 350.000, lo que significa que falta m¨¢s de la mitad. Adem¨¢s, aumentaron los requisitos para que desde enero de 2022 sea requisito plantar cinco ¨¢rboles para cada uno que se derribe, una cifra que aumenta si se da en las localidades con menos ¨¢rboles.
Recostado en el balc¨®n, un ni?o llora en el d¨¦cimo piso de un edificio frente al parque. Cuando cae un ¨¢rbol, el ni?o se pone las manos en el rostro y grita un enfurecido ¡°Noooo¡±, como si no pudiera creer lo que ve. En breve el verde que ve¨ªa desde su ventana se convertir¨¢ en polvo y cemento si no detienen la construcci¨®n de la obra.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.