Troncos retorcidos y ramas deformes: los ¨¢rboles centenarios revelan el secreto de su longevidad
Doce pinos antiguos de m¨¢s de 600 a?os de las cordilleras del norte de Espa?a comparten virtudes para soportar agresiones como incendios o el estr¨¦s clim¨¢tico
Los ¨¢rboles centenarios han sido capaces de adaptarse durante d¨¦cadas a todo tipo de calamidades clim¨¢ticas o agresiones humanas y su supervivencia queda reflejada en las cicatrices de su corteza. Tienen troncos torcidos y en forma de espiral; un crecimiento lento, pero constante; y cuentan con ramificaciones duras y brotes gordos laterales, con menos hojas. E incluso destacan por sobrevivir al mantener partes de su organismo muertas. Son los achaques de la edad que se repiten en todos los ejemplares centenarios estudiados en un reciente trabajo de campo en el Pirineo. Las caracter¨ªsticas comunes de doce ¨¢rboles de m¨¢s de 600 a?os hallados en ese estudio, que hab¨ªan resistido el paso del tiempo y las condiciones clim¨¢ticas de un entorno hostil, revelan el secreto de su longevidad.
El cient¨ªfico Ot Pasques Vila pein¨® un ¨¢rea del Parque Natural del Alto Pirineo en Catalu?a de aproximadamente 1.300 ¨¢rboles, donde crec¨ªan los pinos negros de monta?a (Pinus uncinata), la mayor¨ªa de unos 200 a?os. Pero con atenta observaci¨®n consigui¨® localizar esa docena que hab¨ªan vivido m¨¢s de seis siglos. El estudio de los ¨¢rboles ancianos que realiz¨® junto con Sergi Munn¨¦-Bosch, tambi¨¦n de la Universidad de Barcelona, muestra c¨®mo el cambio del clima queda grabado en sus arcos y sirve para ahondar en los posibles mecanismos que subyacen en el envejecimiento de los ¨¢rboles centenarios.
Munn¨¦-Bosch, que dirige el equipo de investigaci¨®n Antiox, detalla una caracter¨ªstica com¨²n que comparten los sujetos analizados: en los ¨¢rboles a?ejos las ramas laterales son similares al tronco principal, mientras en la mayor¨ªa de pinos el le?o central es m¨¢s robusto que sus ramas. Pasques considera que ¡°su aspecto reconocible es el precio a pagar por sobrevivir al tiempo; envejecer no les causa la muerte, pero s¨ª que pagan los efectos¡±.
?Un ¨¢rbol sobrevive a un rayo! Como si fuera simple o lo m¨¢s normal del mundo; esa es su grandezaMunn¨¦-Bosch, Universidad de Barcelona
Las consecuencias de una edad avanzada observables en los ¨¢rboles antiguos, como los troncos en forma de espiral y ramas retorcidas, tienen una doble lectura para Munn¨¦-Bosch: ¡°Depende de c¨®mo lo mires, est¨¢n as¨ª porque en ocasiones han llegado a edades de m¨¢s de 500 a?os¡±. Lo que en un principio se podr¨ªa interpretar como un aspecto negativo, en realidad para el investigador es ¡°la capacidad de adaptarse a los cambios en el entorno, gracias a su plasticidad, eso les permite esa longevidad¡±, matiza. El emplazamiento del estudio cient¨ªfico se eligi¨® porque es en un clima fr¨ªo y duro, adem¨¢s de por la altura y zona norte de la cordillera monta?osa, donde se puede estudiar la relaci¨®n de los ¨¢rboles ancianos con su entorno, la especialidad de estos cient¨ªficos.
Este estudio sobre los pinos negros del Pirineo aporta informaci¨®n novedosa acerca de los marcadores fisiol¨®gicos de la longevidad en los ¨¢rboles centenarios, a nivel bioqu¨ªmico y tambi¨¦n morfol¨®gico. Juan Carlos Linares Calder¨®n, investigador de la Universidad Pablo de Olavide que no ha participado en esta investigaci¨®n, celebra el trabajo por su valor cient¨ªfico. Para Linares, el estudio a¨²na ¨¢reas de conocimiento complementarias al analizar ¡°la capacidad adaptativa de unos organismos fascinantes que desaf¨ªan nuestros esquemas mentales¡±.
A la hora de intentar comprender la vejez de estos ejemplares conviene desprenderse de las preconcepciones humanas, seg¨²n los especialistas. ¡°No puedes mirar las plantas con el modelo animal, tienes que quit¨¢rtelo de la cabeza¡±, sintetiza Julio Camarero Mart¨ªnez, ec¨®logo del Instituto Pirenaico de Ecolog¨ªa del CSIC, que tampoco ha participado en el estudio. El experto explica que ¡°un ¨¢rbol funciona igual de viejo, lo mismo con 50 que con 500 a?os¡± y que estos ejemplares son capaces de deshacerse de tejidos muertos y seguir manteni¨¦ndose activos. ¡°Crecen m¨¢s despacio, que es una caracter¨ªstica de la longevidad; el tama?o los hace menos eficientes¡±, a?ade.
No puedes mirar las plantas con el modelo animal, tienes que quit¨¢rtelo de la cabezaJulio Camarero Mart¨ªnez, Instituto Pirenaico de Ecolog¨ªa del CSIC
La dendrocronolog¨ªa es la ciencia que data la edad de los ¨¢rboles por el patr¨®n de crecimiento de sus anillos. Pero en este caso, los autores se comprometieron a realizar un muestreo no destructivo con los pinos centenarios: para ello midieron el per¨ªmetro del tronco (m¨¢s de un metro) para inferir el tama?o, y luego lo cotejaron con el registro de crecimiento de otros pinos de monta?a. ¡°Nos podemos equivocar por un par de a?os, pero poco; 10 a?os son irrelevantes en ¨¢rboles centenarios ¨²nicos¡±, sostiene Munn¨¦-Bosch. Adem¨¢s, corroboraron sus datos con informaci¨®n previa recopilada por otros modelos cient¨ªficos anteriores, como el carbono 14 o el muestreo con un testigo de madera cil¨ªndrico, m¨¢s invasivo. ¡°La herida que queda en el ¨¢rbol sana¡±, aclara Camarero Mart¨ªnez, autor de muchas dataciones y experto en la t¨¦cnica.
Los ¨¢rboles alcanzan una edad cuasimilenaria pese al estr¨¦s que les provoca las condiciones adversas del entorno. Sufrir tormentas, incendios, avalanchas de nieve, el impacto de rayos o agresiones humanas durante siglos provoca la selecci¨®n evolutiva de los m¨¢s resistentes, seg¨²n el estudio. ¡°Un poco de estr¨¦s mejora la longevidad¡±, ironiza Munn¨¦-Bosch, pero ¡°solo en algunas especies, como la altitud o que la vegetaci¨®n est¨¦ orientada al norte¡±.
El estr¨¦s es todo lo que limita el desarrollo ¨®ptimo de un organismo, precisa Linares. Por ejemplo, el crecimiento de una con¨ªfera con ramas al estilo ¡°¨¢rbol de Navidad¡±: ¡°En un entorno id¨ªlico, aislado y sin estr¨¦s, ser¨ªa un cono perfecto¡±. El efecto de la edad se puede observar a simple vista en los ¨¢rboles analizados: ¡°Las ramas anchas y alargadas y los troncos retorcidos en forma de espiral, y su crecimiento como achaparrado y deforme, muy extra?o¡±, enumera Camarero Mart¨ªnez.
Un aspecto que destacan los autores de la investigaci¨®n es la resiliencia, que refleja c¨®mo las plantas arb¨®reas sobreviven a los episodios destructivos. Algo similar a los humanos: no solo el paciente debe resistir a la enfermedad en s¨ª, sino que tambi¨¦n es vital la adaptaci¨®n posterior y c¨®mo sobrelleva las secuelas. Esa es ¡°la grandeza de los ¨¢rboles, ?sobreviven a un rayo!¡±, comenta Munn¨¦-Bosch, ¡°como si fuera simple o lo m¨¢s normal del mundo¡±.
En los ejemplares estudiados por el equipo Antiox tambi¨¦n registran la habilidad de los ¨¢rboles para gestionar recursos limitados. ¡°En los ¨¢rboles ancianos se ve su crecimiento pl¨¢stico, mediante m¨®dulos independientes¡±, resume Pasques, como ¡°un s¨ªmbolo de su gran adaptabilidad y de la supervivencia de esta especie centenaria¡±.
La funci¨®n de movilizar nutrientes hacia otra parte del ¨¢rbol puede incluso dejar muertas algunas secciones de su propio organismo. ¡°La propia planta asigna recursos y prioriza algunos m¨®dulos sobre otros, como la reserva energ¨¦tica frente al crecimiento, que ser¨ªa algo secundario¡±, indica Linares. Y la extrema longevidad ser¨ªa una consecuencia del bajo consumo. Para el profesor de la Universidad Pablo de Olavide esta ventana al envejecimiento celular permite conocer las estructuras biol¨®gicas que son capaces de resistir durante cientos de a?os: ¡°Es el proceso diametralmente opuesto al c¨¢ncer, un crecimiento celular descontrolado al fallar los mecanismos de control¡±.
Los ¨¢rboles son los individuos m¨¢s antiguos de los que tenemos registro, especialmente los que cuentan con estr¨ªas en sus cortezas por el paso de los siglos. Estos ejemplares a los que el ¡°traje se les queda peque?o¡± no solo forman ecosistemas, sino que son ¡°h¨¢bitats con sus particularidades¡±. Insectos, l¨ªquenes, musgos y otros animales los habitan e ¡°incluso poseen su propio clima¡±, asegura el investigador.
Los cient¨ªficos consultados se?alan que el estudio de la biodiversidad debe tener en cuenta la preservaci¨®n de los bosques viejos y los ¨¢rboles ancianos. Su estudio tambi¨¦n es clave para mejorar la conservaci¨®n. Los bosques antiguos son un mundo que se est¨¢ desvaneciendo y eso que ¡°estamos todav¨ªa en la infancia del conocimiento respecto a su importancia¡±, se lamenta Munn¨¦-Bosch. Y Pasques concluye: ¡°Un bosque maduro, en el que han permanecido vivos estos ¨¢rboles centenarios, se debe conservar debido a su valor no sustituible por ning¨²n otro ¨¢rbol. Su p¨¦rdida es irremplazable¡±.
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