El Gobierno de Colombia y el ELN buscan en M¨¦xico un cese al fuego permanente que haga despegar el proceso de paz
El segundo ciclo de negociaciones, de 21 d¨ªas, definir¨¢ la agenda y c¨®mo incluir a la sociedad civil en el proceso. Otty Pati?o advierte de que no buscan una tregua temporal
El proceso de paz entre el Gobierno colombiano y el ELN se pondr¨¢ a prueba las pr¨®ximas tres semanas en M¨¦xico. Las dos delegaciones comienzan este lunes la segunda ronda de conversaciones con el prop¨®sito de alcanzar los primeros acuerdos tangibles. La primera cita, el pasado diciembre en Venezuela, sirvi¨® para tomar la temperatura al proceso y demostr¨® que la negociaci¨®n para poner fin a un conflicto de seis d¨¦cadas no va a ser f¨¢cil. El cese al fuego, que no fue posible entonces, se coloca esta vez en el centro de la discusi¨®n. Lograrlo o no medir¨¢ el ¨¦xito de esta ronda.
Los dos l¨ªderes de las delegaciones se refirieron al asunto que m¨¢s ha tensado hasta ahora la comunicaci¨®n. La tregua es la primera ambici¨®n del presidente Gustavo Petro, que desde el principio ha querido imprimirle al proceso m¨¢s velocidad de la que parece mostrar la guerrilla.
El l¨ªder de la delegaci¨®n del Gobierno, Otty Pati?o, ha asegurado en la conferencia de prensa que dio inicio a esta segunda ronda que el mandato del presidente es que la mesa de di¨¢logo sea ¡°profundamente imaginativa¡± para ¡°reintepretar el cese al fuego¡±. Esto es, que adem¨¢s de la disminuci¨®n de las hostilidades y la violencia, redunde en una mejora en la vida de las comunidades en los territorios del conflicto. La idea es acordar ¡°alivios permanente y no treguas temporales¡±. Pablo Beltr¨¢n, l¨ªder de guerrilla en la mesa, fue menos profuso que Pati?o y se limit¨® a informar de que la idea es acordar los preparativos para un cese al fuego bilateral.
El presidente tiene prisa por concretar un cese de hostilidades que cree que reducir¨¢ el n¨²mero de homicidios en las regiones y pondr¨¢ la piedra sobre la que debe asentarse la paz total, el proyecto que busca que todos los actores armados del pa¨ªs entreguen las armas. Ese deseo gener¨® la primera crisis del proceso con el ELN, despu¨¦s de que Petro anunciara el ¨²ltimo d¨ªa del a?o pasado un acuerdo de tregua que no era tal y que molest¨® a la guerrilla.
La imagen que han querido mostrar hoy las dos delegaciones en la Ciudad de M¨¦xico, en la sede de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social donde se celebrar¨¢n las conversaciones, es la de que se ha superado cualquier fricci¨®n y que la sinton¨ªa es total para avanzar. Beltr¨¢n asegur¨® que de este ciclo saldr¨¢ adem¨¢s la agenda definitiva de negociaciones y se dise?ar¨¢ la f¨®rmula para incluir la participaci¨®n de la sociedad civil en el proceso, as¨ª como acuerdos ¡°que se implementen de inmediato¡± para dar alivio a las regiones y poblaciones que m¨¢s sufren el conflicto.
Bajo el ep¨ªgrafe de ¡°los mecanismos de participaci¨®n de la sociedad en la construcci¨®n de la paz en Colombia¡±, las partes deber¨¢n encontrar c¨®mo incluir la voz de la ciudadan¨ªa en la mesa. El ELN, a diferencia de las FARC, no tiene ambici¨®n de crear un partido pol¨ªtico, sino que est¨¢ convencido de que la discusi¨®n tienen que salir cambios concretos en la sociedad. Los negociadores entienden que se trata de incluir la opini¨®n de la gente en las reformas que est¨¢ llevado a cabo el Gobierno. Suena obvio, pero no es nada sencillo de concretar. Petro trat¨® de llevar a cabo al comienzo de su mandato unos di¨¢logos populares, muy al estilo de los que hizo ?lvaro Uribe en su d¨ªa, que no han tenido mucho ¨¦xito. Las palabras se pierden por el camino.
Pati?o dijo este lunes que el m¨¦todo que los gu¨ªa es que todo lo que se acuerde en la mesa sea implemente en los territorios. ¡°Ello obliga a cierta modestia de la mesa, porque lo se acuerda siempre puede ser mejorado. La mesa no es omnipotente ni infalible (...) Es necesario empoderar a las comunidades para que tambi¨¦n sean coautoras en la construcci¨®n de un nuevo Estado¡±, asegur¨®. En su cabeza, seguramente, estaba pensando en el acuerdo con las FARC, firmado en 2016, que se negoci¨® en Cuba con mucho mayor hermetismo.
En el aspecto interno el ELN, y as¨ª lo ha dicho p¨²blicamente Antonio Garc¨ªa, su m¨¢ximo comandante, no quiere bajo ning¨²n concepto que se le equipare al resto de grupos armados organizados. La guerrilla fue creada hace 60 a?os por un pu?ado de estudiantes entusiastas de la revoluci¨®n cubana. Por el camino ha vivido como organizaci¨®n muchas situaciones, incluso una posible extinci¨®n, pero ha llegado hasta aqu¨ª como la ¨²ltima guerrilla activa en Latinoam¨¦rica. En la ¨²ltima d¨¦cada, las autoridades la han relacionado con insistencia con el tr¨¢fico de drogas. Sin embargo, sus dirigentes resaltan su car¨¢cter pol¨ªtico, su portavoc¨ªa de la sociedad civil, y ese es el trato que quieren recibir.
El l¨ªder negociador de la guerrilla tambi¨¦n se congraci¨® con el presidente este lunes al referirse a uno de los temas centrales del discurso de Petro: la guerra contra las drogas. Beltr¨¢n pidi¨® ¡°un pacto moral¡± para sacar a flote el pa¨ªs despu¨¦s del ¡°da?o mort¨ªfero¡± que han supuesto cinco d¨¦cadas de la fracasada estrategia contra las drogas liderada por Estados Unidos y felicit¨® las iniciativas latinoamericanas de M¨¦xico y Colombia por buscar una pol¨ªtica antidrogas ¡°alternativa¡±.
Los pr¨®ximos 21 d¨ªas se tendr¨¢n que empezar a concretar todos estos asuntos para demostrar que el proceso se materializa. La paz con la guerrilla es fundamental para el plan de paz total del presidente de Colombia aunque el Gobierno debe avanzar con pies de plomo.
En paralelo a la mesa de negociaci¨®n con el ELN, el Gobierno ha abierto conversaciones con otros dos grupos a los que reconoce un car¨¢cter pol¨ªtico, las EMC FARC y la Segunda Marquetalia. Est¨¢n compuestos por grupos de combatientes que no se acogieron al anterior proceso de paz ¡ªel de las FARC en 2016¡ª o que desertaron por el camino. Se les conoce como disidencias. El comisionado de paz, Danilo Rueda, ya se ha visto con el l¨ªder de la Segunda Marquetalia, Iv¨¢n M¨¢rquez, que lleg¨® a ser portavoz de la guerrilla en La Habana y despu¨¦s regres¨® a la selva al sentirse perseguido judicialmente, pese a su condici¨®n de desmovilizado. M¨¢rquez se encuentra ahora mismo en Venezuela convaleciente de un atentado que perpetraron, seg¨²n fuentes oficiales, un grupo de mercenarios que quer¨ªa cobrar una recompensa por su cabeza. De acuerdo a estas mismas fuentes, ha perdido la visi¨®n de un ojo y tiene paralizadas algunas partes del rostro.
Hay un tercer supuesto para las bandas criminales que no tienen car¨¢cter pol¨ªtico, como la del hijo de La Gata. Con ellos, textualmente, se abrir¨¢n espacios de acercamiento y conversaci¨®n para crear mecanismos jur¨ªdicos que permitan la rendici¨®n de cuentas a la sociedad y la desestructuraci¨®n de las motivaciones econ¨®micas y criminales que las sustenta. En este apartado entran el Clan del Golfo, un grupo paramilitar dedicado al narcotr¨¢fico, las autodefensas de la Sierra Nevada y varios grupos de violencia urbana. De estos ¨²ltimos, el ejemplo m¨¢s evidente ocurri¨® en Buenaventura, donde dos facciones enfrentadas durante a?os se comprometieron a no asesinar, ni torturar, ni desaparecer a ninguno de sus enemigos. La reducci¨®n de la violencia ha sido dr¨¢stica.
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