Hora de hablar de la econom¨ªa del cuidado
Es claro el impacto que tiene en la econom¨ªa el trabajo de cuidado no remunerado, sin el cual es imposible que se mueva todo el engranaje de producci¨®n
Es momento de hablar de econom¨ªa del cuidado. Puso el tema sobre la mesa la ministra de Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, al anunciar que se estudia la posibilidad de incluir en la reforma pensional un sistema de compensaci¨®n por el trabajo del cuidado para mujeres que han sido madres: 50 semanas de cotizaci¨®n por cada hijo criado, con un m¨¢ximo de tres. En buena hora se abre paso este debate nacional que no ser¨¢ f¨¢cil y debe romper barreras de todo tipo, empezando por la poca informaci¨®n de los opinadores y el machismo enquistado en la sociedad.
Es claro el impacto que tiene en la econom¨ªa el trabajo de cuidado no remunerado, sin el cual es imposible que se mueva todo el engranaje de producci¨®n. Sin embargo, les cuesta a las sociedades reconocerlo, distribuirlo y remunerarlo adecuadamente. Sin las personas que preparan alimentos, hacen la limpieza, cuidan a ni?os, ancianos o enfermos y mantienen al d¨ªa los hogares, es imposible concebir un mundo funcionando. Es un trabajo que ha sido invisible, poco valorado y al que mayoritariamente se dedican las mujeres.
Seg¨²n un reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªstica (DANE) de julio del 2022, que refleja datos del a?o 2021, las mujeres aportaron el 77,7 por ciento del total de horas anuales dedicadas al trabajo dom¨¦stico y del cuidado no remunerado, mientras que los hombres aportaron el 22,3 restante. Al poner un valor econ¨®mico a estas tareas, este reporte del DANE registra que este tipo de trabajo supera a sectores econ¨®micos muy rentables como el comercio, la industria o el sector inmobiliario. Puede llegar a representar 19% del PIB. Colombia es pa¨ªs pionero en la medici¨®n del tiempo dedicado al cuidado y ya se han hecho tres informes que sirven para entender la necesidad de valorar ese trabajo.
Cuando se propone reconocer a las mujeres que se dedican al cuidado de los hijos una compensaci¨®n en t¨¦rminos de semanas de cotizaci¨®n por el tiempo dedicado a esa tarea, se trata de comenzar a pagar una deuda hist¨®rica. No es un ¡°regalo por parir¡± como dijo alg¨²n analista en las primeras puntadas de un debate que ser¨¢ caliente y que se deber¨ªa hacer sobre razones, con datos en la mano y con la mira puesta en cerrar brechas.
Bueno decir que sobre la propuesta de la ministra ya hay distintas miradas. Dice la experta Alejandra Trujillo, coordinadora de proyectos de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia (Fescol) e integrante de la Mesa de Econom¨ªa del Cuidado: ¡°Reconocer a los hijos para ese beneficio es importante, pero se deber¨ªa ir m¨¢s all¨¢ para reducir semanas de cotizaci¨®n sin supeditar esa reducci¨®n al cuidado de los hijos porque eso puede reforzar estereotipos de g¨¦nero. Tampoco se tiene en cuenta que muchas mujeres cuidan y atienden no solamente a los ni?os, sino tambi¨¦n a enfermos o adultos mayores y que buena parte del tiempo dedicado al cuidado se va en otras tareas dom¨¦sticas¡±. Plantea la experta que si se quieren transformar roles de g¨¦nero, tambi¨¦n hay que tomar medidas para que se distribuyan mejor las tareas de cuidado.
Sobre este punto vale la pena recordar que en la reforma laboral, por lo menos en el borrador que se ha venido conociendo, se estar¨ªa planteando un incremento del tiempo de licencia de paternidad y tambi¨¦n horarios flexibles para que personas que tienen responsabilidades de cuidado puedan conciliar sus tiempos de trabajo con las labores de cuidado. A¨²n no se presenta el proyecto, pero es positivo que estos temas comiencen a considerarse en las reformas.
Por supuesto que vendr¨¢n los debates sobre el origen de los recursos para poder remunerar en alg¨²n momento el trabajo del cuidado o cu¨¢nto cuestan las semanas de cotizaci¨®n que se dar¨ªan a las madres o mujeres cuidadoras si se avanza m¨¢s all¨¢. Esto es cuesti¨®n de plata y es tambi¨¦n una decisi¨®n pol¨ªtica. No sobra recordar que el presidente Gustavo Petro incluy¨® la agenda del cuidado en su plan de Gobierno.
En el cap¨ªtulo de su programa titulado El cambio es con las mujeres se plantea el compromiso de crear un Sistema Nacional de Cuidados. Hace unos d¨ªas se posesion¨® como gerente de este proyecto Natalia Moreno Salamanca, quien estuvo al frente del Sistema Distrital de Cuidado que puso en marcha un interesante proyecto de la Alcald¨ªa de Claudia L¨®pez conocido como las Manzanas del cuidado. En esta materia tambi¨¦n hay una noticia reciente e importante: en el Concejo de Bogot¨¢ aprobaron la institucionalizaci¨®n de este modelo para que permanezca m¨¢s all¨¢ de la actual administraci¨®n.
Son pasos que se van dando en el sentido correcto: reconocer y valorar el trabajo del cuidado. Poder remunerarlo o compensarlo es un pendiente colectivo. Y se trata tambi¨¦n de mejorar la distribuci¨®n de las tareas dom¨¦sticas y asumir que todo esto va m¨¢s all¨¢ de los ambientes privados. El cuidado es un asunto p¨²blico que nos debe involucrar a todos y en el que el Estado debe intervenir. Por eso, m¨¢s all¨¢ de los detalles de cada reforma, lo importante es que se pueda debatir sin estigmatizar buscando las mejoras que necesita la sociedad. Todos ganamos cuando se valora el trabajo del cuidado, que hacen mayoritariamente las mujeres, y ganamos tambi¨¦n cuando m¨¢s hombres entran a ser parte del trabajo dom¨¦stico y el cuidado. No hay persona que no haya necesitado de cuidado y todos en alg¨²n momento podemos ser cuidadores. Este tema nos interpela a todos.
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