Latino-petr¨®leo, t¨¦cnica o ideolog¨ªa
Una cosa es presumir la presencia de hidrocarburos, y otra muy distinta probar que est¨¢n all¨ª, en cantidades, calidades y condiciones de costo que hagan econ¨®mico extraerlos
Una empresa petrolera bien manejada consiste en una estructura corporativa montada sobre una universidad. El subsuelo es un ¨¢rea de constante investigaci¨®n. Las formaciones geol¨®gicas de hidrocarburos tomaron millones de a?os. Los cient¨ªficos deben investigar d¨®nde se ¡°cocin¨®¡± la biomasa, c¨®mo los hidrocarburos migraron a trav¨¦s de arenas y rocas permeables y d¨®nde se acumularon en rocas porosas. Para eso se debe auscultar el subsuelo con tecnolog¨ªas s¨ªsmicas basadas en sonares y construir mapas de oportunidades exploratorias, que aparecen confusos para el lego y reveladores para los expertos.
Ah¨ª solo empieza el problema. Una cosa es presumir la presencia de hidrocarburos, y otra muy distinta probar que est¨¢n all¨ª, en cantidades, calidades y condiciones de costo que hagan econ¨®mico extraerlos. Para corroborarlo se perforan pozos exploratorios que, de ser exitosos, permiten ¡°probar¡± que los hay, definir qu¨¦ hay, identificar cu¨¢nto es gas, petr¨®leo o condensados, y de qu¨¦ calidad es cada uno. En esas fases la universidad combina no solamente los conocimientos geof¨ªsicos, geol¨®gicos y de yacimientos, sino tambi¨¦n los ingenieriles, tecnol¨®gicos y financieros, enmarcados en las condiciones jur¨ªdicas de los contratos, y sociales y medioambientales del entorno.
La mezcla de t¨¦cnica de exploraci¨®n y levantamiento del petr¨®leo hasta la superficie y el transporte hasta el punto de venta o refinaci¨®n determina el desarrollo de un campo y sus costos asociados. Esa decisi¨®n implica pasar de unos pocos pozos exploratorios y de delimitaci¨®n, a campa?as que pueden ser de decenas, cientos o inclusive miles de pozos, seg¨²n el caso. Unos de extracci¨®n de hidrocarburos; y otros de reinyecci¨®n de agua y gas, para mantener la presi¨®n en el subsuelo. Constantemente se analiza la geometr¨ªa del campo para definir las coordenadas de superficie donde perforar para producir y para mejorar los recobros.
Las empresas que se dedican a esta actividad est¨¢n habituadas a trabajar en muchas geograf¨ªas, tratar con todo tipo de gobiernos, estructuras legales, esquemas de regal¨ªas, impuestos y la relaci¨®n con comunidades locales y el medio ambiente. Son organizaciones sofisticad¨ªsimas que manejan presiones inmensas tanto en el subsuelo, como en la superficie. Las primeras definidas millones de a?os atr¨¢s, y las segundas, cambiantes al calor de cada nuevo gobierno local o nacional, con presiones geopol¨ªticas, ideol¨®gicas, muchas veces de abierto chantaje, y por ¨²ltimo, enfrentadas a una feroz competencia con las dem¨¢s empresas internacionales.
El ¨¦xito de un pa¨ªs y de una compa?¨ªa nacional de hidrocarburos depende de hacer bien varias cosas. Primero los marcos y la estabilidad jur¨ªdica de los contratos, para hacer viables negocios con may¨²sculas inversiones y de muy largo plazo. Segundo, empresas manejadas con f¨¦rrea disciplina de capital, pues cada decisi¨®n errada cuesta mucho. Tercero, mantener una alta calidad de la investigaci¨®n y el entendimiento del subsuelo, que depende de la calidad de la ¡°universidad¡±, del aprendizaje continuo sobre su realidad geol¨®gica, productiva, ingenieril, en los segmentos de la cadena de producci¨®n.
Uno de los mayores retos que enfrentan las Compa?¨ªas Petroleras Nacionales (NOC?s, por su sigla en ingl¨¦s) en procesos de transformaci¨®n es migrar de ser entes monop¨®licos e inclusive regulatorios, y volverse empresas productivas y competidoras en un mercado abierto. Para eso requieren un cambio cultural que implica adoptar conceptos de gerencia utilizados por las Compa?¨ªas Petroleras Internacionales (IOC?s), y Orientarse a crear y mantener valor en el largo plazo, columna vertebral de una organizaci¨®n competitiva.
Entremos ahora s¨ª en materia. Los hidrocarburos son la mayor fuente de energ¨ªa del mundo, y lo ser¨¢n al menos por los pr¨®ximos cincuenta a?os. La raz¨®n es su ABC: son la fuente de energ¨ªa m¨¢s A-bundante, B-arata y C-onfiable, del planeta. 8 mil millones de almas se deben alimentar cada d¨ªa, tener techo para el trabajo diurno y el hogar nocturno, transportarse al trabajo o a cualquier lado, calentar sus alimentos tres veces al d¨ªa, y producirlos en todas las estaciones del a?o, usando fertilizantes que dependen esencialmente del gas, y acceder a cientos de materiales ¨²tiles para su vestido, protecci¨®n, comunicaci¨®n y confort. Todo eso demanda ingentes cantidades de energ¨ªa y hace a la vida actual petr¨®leo-dependiente.
Am¨¦rica Latina posee las segundas reservas probadas m¨¢s grandes del mundo, y en su conjunto debiera decidirse a ser parte de la soluci¨®n del problema energ¨¦tico mundial. Recientemente, algunos pa¨ªses han estado agobiados por una duda met¨®dica frente a los hidrocarburos. Cada uno alberga su propia cepa de vacilaciones. Algunos fallan por el marco jur¨ªdico; otros por no contar con empresas con la disciplina de capital, la excelencia en gerencia, y la distancia de decisiones pol¨ªticas; y otros porque no han invertido en el talento, la investigaci¨®n y el aprendizaje continuo en exploraci¨®n, producci¨®n, refinaci¨®n, almacenamiento, transporte, comercializaci¨®n, integridad y manejo del entorno.
Empecemos por Venezuela. Por espacio de casi 70 a?os fue, junto con M¨¦xico, el mayor productor de hidrocarburos de la regi¨®n. La incompetencia de los gobiernos de Ch¨¢vez-Maduro para entender la alt¨ªsima sofisticaci¨®n requerida en PDVSA, empresa ejemplar al momento de su arribo al poder, los llev¨® a pasar de producir 2.8 millones de barriles de petr¨®leo equivalente por d¨ªa (mbped), al actual 0.7. Destruir tres cuartas partes de la capacidad productiva requiri¨® empe?o y necedad. Perdido el talento, el activo m¨¢s importante para el conocimiento, y deteriorado el proceso de toma de decisiones gerenciales, en un contexto gubernamental torpe y adverso, el descalabro era cuesti¨®n de tiempo. Ninguna organizaci¨®n es a prueba de idiotas.
M¨¦xico en un momento dado sobrepas¨® a Venezuela y en 2004 alcanz¨® un pico 3.2 mbped de producci¨®n. En la actualidad ha descendido a 1.8. El escepticismo pol¨ªtico ech¨® para atr¨¢s la apertura de su industria extractiva, que le habr¨ªa aportado el capital, el conocimiento y la diversificaci¨®n de riesgos. Varios gobiernos optaron por usar a PEMEX como una vaca lechera, al punto de ser la empresa petrolera m¨¢s endeudada del mundo, lo que limita su capacidad de inversi¨®n.
Sufre de esclerosis laboral, con un exceso de empleados para su nivel de producci¨®n y sobrelleva un fenomenal poder sindical. Se ha dedicado a mega-proyectos de refinaci¨®n, a los que es dif¨ªcil sacarles valor, y que ser¨¢n una carga para los verdaderos generadores de rentabilidad y caja que son la exploraci¨®n y la producci¨®n. Hay tanto petr¨®leo en M¨¦xico, que estas equivocaciones demorar¨¢n el declive, pero no lo reversar¨¢n. Es esencial un nuevo liderazgo.
Colombia se suma en la actualidad a este primer grupo de esc¨¦pticos frente al petr¨®leo. Un pa¨ªs que hasta los a?os setenta del siglo pasado dependi¨® del caf¨¦, y que en ese entonces adopt¨® contratos atractivos de asociaci¨®n, atrajo inversi¨®n de clase mundial e hizo mega-descubrimientos. En la primera d¨¦cada de este siglo vendi¨® el 11.5% de su propiedad accionaria en los mercados de valores. Se meti¨® en el mapa petrolero mundial, llegando en 2014 a producir 1.04 mbdpe. Algo verdaderamente notable.
Recientemente, la madurez de sus campos y la duda met¨®dica de si hacer o no fracking hizo perder el dinamismo; con el actual gobierno arriesga perder tambi¨¦n el ¨¢nimo, por una visi¨®n apocal¨ªptica de los hidrocarburos. Ecopetrol ha sido hasta hoy una empresa bien manejada. Habr¨¢ que ver si eso se mantiene en el corto y mediano plazo.
Venezuela, M¨¦xico y Colombia reflejan una mezcla de ideolog¨ªa-confusi¨®n-escepticismo y, en algunos casos, flagrante ineptitud, que los han sacado de carrera. Como los contratos y la confianza de largo plazo son esenciales en una industria que se demora entre cinco y diez a?os para explorar, y entre 10 y 20 a?os para producir en una cuenca, es dif¨ªcil ver c¨®mo los tres podr¨ªan recuperar la posici¨®n y la promesa que una vez tuvieron.
Afortunadamente, en la regi¨®n hay otro grupo de pa¨ªses que han apostado por el petr¨®leo y han sido retribuidos con abultadas ganancias: Brasil, Trinidad y Tobago y Guyana que son acompa?ados por Argentina y Ecuador como creyentes en el presente y el futuro de esta industria.
Brasil produjo 3.2 mbped en 2022 y aspira a llegar a 4.4 mbped en 2030. Petrobras, aparte de los esc¨¢ndalos de hace unos a?os, es una corporaci¨®n s¨®lida tanto en lo cient¨ªfico como en lo empresarial. El pa¨ªs tiene contratos competitivos mundialmente y atrae a los mejores jugadores internacionales a explotar su substancial cuenca off-shore del Pre-sal, y explorar otras cuencas.
Guyana, de la mano de Exxon, y recientemente con otros grandes jugadores, ha tenido los mega-descubrimientos m¨¢s notables de los ¨²ltimos a?os a nivel mundial; busca llegar a producir 0.8 mbped en 2025, y sobrepasar a Colombia. Con la diferencia que Guyana tiene 800 mil habitantes y Colombia 50 millones.
Argentina apost¨® por los llamados hidrocarburos No-convencionales, extra¨ªdos con fracking en el yacimiento Vaca Muerta, algo que al gobierno de AMLO en M¨¦xico y Petro en Colombia les produce erisipela, y recientemente aument¨® en 30% su producci¨®n para llevarla a 0.6 mbped. Ecuador quiere ampliar la suya de los 0.5 mbped actuales a un mill¨®n de barriles por d¨ªa.
Este segundo grupo podr¨ªa denominarse t¨¦cnico-optimista-oportunista. Buscan aprovechar el per¨ªodo de precios altos, fortalecer sus empresas nacionales y ofrecer atractivos contratos para encontrar y extraer tanto petr¨®leo como sea posible y aportar recursos gobiernos con urgentes agendas de gasto social.
Atenci¨®n especial merecen las Compa?¨ªas Petroleras Nacionales. Petrobras, Ecopetrol y YPF han seguido el ejemplo de las compa?¨ªas europeas y asi¨¢ticas, en someterse a la disciplina y el escrutinio de los mercados internacionales de capitales, emitir acciones en bolsa, rendir trimestralmente cuentas detalladas, nombrar Juntas Directivas t¨¦cnicas y poblar los cargos ejecutivos de personas ¨ªntegras que pueden cumplir con el desaf¨ªo del desempe?o y la competencia internacional. Ecuador aspira a hacer lo mismo pero no ha contado con el apoyo pol¨ªtico para lograrlo.
Para usar un s¨ªmil futbol¨ªstico, esta d¨¦cada plantea un penalti por patear en la escena petrolera mundial. Am¨¦rica Latina se ha dividido en dos grupos. Los ideol¨®gicos-confundidos-esc¨¦pticos de un lado, y los t¨¦cnicos-optimistas-oportunistas del otro. Los primeros parecen optar por dejar al portero y al p¨²blico esperando y el bal¨®n en el punto penal sin un jugador que lo patee. El estadio (el pa¨ªs) y la industria local quedan sometidas a un declive natural, cargado de incertidumbre y desconfianza.
Los segundos se han jugado a fondo, patearon el penalti y lo convirtieron, siguen jugando el campeonato del mercado petrolero mundial, aspiran a aumentar producci¨®n, a posicionarse geopol¨ªticamente como proveedores claves y polos de atracci¨®n de la industria, la tecnolog¨ªa y el conocimiento que traen aparejados.
No sabemos si el petr¨®leo ser¨¢ sustituido r¨¢pida o lentamente por las energ¨ªas renovables, cosa por supuesto deseable; pero mientras sea rentable producirlo y necesario venderlo, esos dos grupos de pa¨ªses seguir¨¢n trayectorias muy distintas, al menos en lo que a esta industria se refiere. Unos con base en la ciencia, buenas decisiones empresariales y decidido apoyo pol¨ªtico. Otras con incertidumbre en sus compa?¨ªas nacionales, falta de claridad en la regulaci¨®n, y desmedro del aprendizaje y el conocimiento en esta industria clave.
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