Cuando expropiar es bien visto
La expropiaci¨®n de tierras para buscar el bien com¨²n es un camino que puede cambiarle la cara a la sociedad, como ocurri¨® en Bogot¨¢ cuando se expropi¨® una porci¨®n del exclusivo Country Club
Han pasado m¨¢s de veinte a?os desde la ¨²ltima vez que una expropiaci¨®n se volvi¨® tema de debate nacional. En aquel entonces fue un alcalde de Bogot¨¢, Enrique Pe?alosa, quien tom¨® la trascendental decisi¨®n que puso los pelos de punta a los ricos y poderosos socios del Country Club de Bogot¨¢, pero que llev¨® a la ciudad y a la sociedad a una reflexi¨®n sobre si el goce privado que ten¨ªan unos pocos sobre una de las zonas verdes m¨¢s importantes y extensas del norte de la capital de Colombia deb¨ªa estar por encima del uso y goce p¨²blico que toda la ciudadan¨ªa podr¨ªa darle si este espacio se convert¨ªa en un gigantesco parque abierto a todos.
Hoy la mayor parte del terreno que Pe?alosa quer¨ªa convertir en parque sigue cerrado por altas cercas que garantizan su uso exclusivo para los miembro del Country Club. Sin embargo, un pedacito de este, el terreno que antes ocupaban las canchas de polo de dicho club social, s¨ª se convirti¨® en parque metropolitano. All¨ª todos los d¨ªas se ve a los vecinos haciendo deporte, se hacen festivales de m¨²sica como Jazz al Parque, j¨®venes y ancianos encuentran un oasis en medio de una de las zonas comerciales m¨¢s vibrantes de Bogot¨¢. Es indiscutible que se hizo un regalo a la ciudad. Un regalo fruto de la expropiaci¨®n.
El proceso para conseguir que ese parchecito verde en medio de la ciudad fuese de todos no result¨® sencillo ni inmediato. De hecho, en el a?o 2000 la administraci¨®n Pe?alosa anunci¨® la expropiaci¨®n, pero la toma del predio no fue inmediata. Comenz¨® un pleito judicial que tuvo su primer fallo en 2011 cuando un juez de Bogot¨¢ aval¨® la decisi¨®n de la alcald¨ªa y en 2014 vendr¨ªa el fallo de segunda instancia por parto del Consejo de Estado dejando en firme la expropiaci¨®n. En total fueron casi 15 a?os para que la justicia diera el visto bueno a una acci¨®n que el mismo Pe?alosa explic¨® en un trino del 19 de agosto de 2014: ¡°Expropiaci¨®n no es comunismo: se usa en EEUU, Francia, cualquier democracia donde prevalezca el inter¨¦s general sobre el particular.¡±
Hay que dejar en claro que en el caso del Country Club la expropiaci¨®n de la cancha de polo no fue a cambio de nada. Hubo un primer pago hecho por la ciudad de Bogot¨¢ al club por m¨¢s de cinco mil millones de pesos y queda un remanente que a¨²n no ha sido pagado pues hay diferencias entre los montos que el club espera que le paguen, unos 190 mil millones de pesos, mientras que el aval¨²o que se hizo cuando se entreg¨® el terreno no sobrepasaba los 11 mil millones.
Han pasado 23 a?os y a¨²n no termina de aclararse la situaci¨®n de expropiaci¨®n CON PAGO de 7 hect¨¢reas en pleno coraz¨®n de Bogot¨¢. ?Ahora entiende porqu¨¦ la administraci¨®n Petro habla de una expropiaci¨®n expr¨¦s para avanzar en su prometida reforma agraria?
El mismo Pe?alosa lo dijo: no es comunismo. Colombia lleva un siglo esperando que se concrete una reforma agraria que ayude a aliviar las tensiones sociales que nos desgarran y desangran. En un primer momento el gobierno busc¨® negociar con los due?os de las tierras para poder avanzar en ese objetivo, pero los pasos fueron discretos, muy alejados de la meta definitiva. De ah¨ª que uno pueda entender el paso que quieren dar.
Expropiaci¨®n para el bien com¨²n, lo demostr¨® Pe?alosa, es un camino que puede cambiarle la cara a la sociedad. Siempre y cuando se pague a los due?os de la tierra.
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