Francia M¨¢rquez pone a repensar los liderazgos en ?frica
La vicepresidenta colombiana bebe de muchos conceptos del panafricanismo, pero cuestiona a los Gobiernos africanos. Muchos de ellos son autoritarios, masculinos y envejecidos
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Cuando Francia Marquez pis¨® Gab¨®n en su primera gira como vicepresidenta, fue recibida con honores militares y con gran regocijo, al ser la primera mujer afrodescendiente vicepresidenta de Colombia en visitar este pa¨ªs. Mientras en Colombia y Am¨¦rica Latina se ha criticado la pertinencia de este encuentro, las delegaciones de Gab¨®n, Sud¨¢frica y Kenia han recibido con brazos abiertos las propuestas de agenda bilateral ambiental, comercial con enfoque de g¨¦nero y garant¨ªas de movilidad ciudadana entre estos pa¨ªses y el continente latinoamericano. El viaje de la activista ambiental colombiana y uno de los referentes principales del movimiento afro es tambi¨¦n fundamental para repensar los liderazgos democr¨¢ticos de nuestros tiempos.
La visita de la vicepresidenta no solo es una prioridad diplom¨¢tica del actual Gobierno, sino que adem¨¢s es un encuentro que podr¨ªa marcar un antes y un despu¨¦s frente al recurrente problema de ausencia de nuevos liderazgos en las actuales democracias del mundo. Como se ha visto en menos de un a?o de Gobierno, Francia M¨¢rquez encarna una nueva cara en la pol¨ªtica colombiana y latinoamericana.
En el contexto actual de la regi¨®n, donde pareciera no haber nuevas figuras transformadoras en la pol¨ªtica ¡ªal punto de tener que volver a escoger viejas recetas como el actual presidente brasile?o Lula Da Silva¡ª, M¨¢rquez encarna una nueva voz en el escenario progresista latinoamericano. Mujer, afro, cercana a organizaciones de base comunitaria, M¨¢rquez representa un sector del pa¨ªs al que no se le ha permitido hist¨®ricamente participar de las decisiones p¨²blicas en Colombia. Su presencia constituye una nueva ficha en el tablero del progresismo regional.
Mucho se podr¨¢ decir de su gesti¨®n en poco m¨¢s de nueve meses como vicepresidenta, pero es evidente que M¨¢rquez se caracteriza especialmente por la reivindicaci¨®n de sus ra¨ªces y su pasado. De aqu¨ª que el sentido general de su vista a pa¨ªses africanos no sea solamente la renovaci¨®n de las relaciones diplom¨¢ticas de Colombia con territorios que comparten mucho de nuestra historia. Este encuentro pretende conectar sus ra¨ªces con un pasado de emancipaci¨®n, liderazgo comunitario y panafricanismo.
La b¨²squeda de lo que el fil¨®sofo ghan¨¦s Kwame Nkrumah llamaba el ¡°sentido de unicidad en lo africano¡± es quiz¨¢s una de las razones principales del recibimiento en los pa¨ªses de ?frica del Este y del Sur. Los or¨ªgenes de lo que se conoce como panafricanismo se dieron alrededor de los a?os 50 y 60, cuando Ghana logr¨® la primera independencia subsahariana, bajo las ideas de autonom¨ªa, uni¨®n y lucha contra el racismo colonial. Y se sostiene en los pilares de hermanamiento y defensa de lo africano, con la intenci¨®n de lograr la unidad del continente bajo una entidad estatal ¨²nica.
Ideas estructurales en la apuesta pol¨ªtica de M¨¢rquez como el ¡°Ubuntu¡± o el ¡°soy porque somos¡±, en su ra¨ªz m¨¢s comunitaria, fueron igualmente originarias de ?frica. De ah¨ª que ella, a manera de peregrinaci¨®n, en un gesto de gratitud, quisiera reencontrar ese fundamento pol¨ªtico y la raz¨®n de ser de su movimiento social. No porque lo hubiese perdido, sino porque necesita reconectar con los territorios que gestaron el apoyo por lo comunitario, la pasi¨®n por la defensa de los derechos de la naturaleza y la evidente apuesta por la inclusi¨®n de poblaciones subrepresentadas.
Su agenda sobre la igualdad ¨¦tnica y la necesidad de transitar hacia una paz antirracista, anticolonialista y antipatriarcal no solo brindan un nuevo aire a Latinoam¨¦rica, sino tambi¨¦n a ?frica. La ausencia de nuevos liderazgos en espacios de poder no solo es un fen¨®meno que impacta nuestra regi¨®n, sino que tambi¨¦n est¨¢ muy presente en el contexto africano. El sue?o panafricanista de hace m¨¢s de 60 a?os, de autonom¨ªa y liberaci¨®n, parece haberse estancado al menos por el estado actual de las democracias en este continente.
Ejemplos de altos mandatarios envejecidos como el de Guinea Ecuatorial con su presidente Teodoro Obiang, de 80 a?os, Camer¨²n con Paul Biya, de 90 a?os, y Uganda con Yoweri Museveni, de 78 a?os y que, adem¨¢s, afianza su autoritarismo firmando la entrada en vigor de la ley antihomosexual en este pa¨ªs, son apenas una muestra del liderazgo anticuado, masculino y, en algunos casos, autoritario de pa¨ªses africanos. Pareciera haber, adem¨¢s, un patr¨®n de permanencia en el poder, teniendo en cuenta que, por ejemplo el presidente ugand¨¦s lleva m¨¢s de 26 a?os gobernando, el jefe del Ejecutivo de Guinea Ecuatorial, m¨¢s de 43 y, el de Camer¨²n, m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Basta dar una mirada a otros l¨ªderes en el continente africano para determinar que las ideas del panafricanismo, el Ubuntu y el liderazgo comunitario pasaron a un segundo plano tras las necesidades de mayor seguridad y desarrollo en el continente.
Pero, a pesar de que estos altos mandatarios han venido acaparando espacios en el poder durante a?os, liderazgos innovadores en los pa¨ªses africanos est¨¢n consolid¨¢ndose, a su vez, en los barrios, las calles y la vida cotidiana. L¨ªderes y lideresas comunales y barriales no pretenden encarnar mesianismos en su trabajo diario y procuran esforzarse por representar a la gente muchas realidades, de muchos ¡°comunes¡±. Ellos s¨ª ven la importancia de interlocutar constantemente ¡°con su gente¡±, de mantener un di¨¢logo directo con las necesidades de las personas m¨¢s pr¨®ximas.
J¨®venes de barrios marginalizados en pa¨ªses de ?frica del Este, se han venido organizando para conformar asambleas ciudadanas llamadas ¡°barazas¡±, consejos ciudadanos y activismo social y pol¨ªtico, en una b¨²squeda de descentralizaci¨®n del poder y levantamiento de voces ciudadanas. Son liderazgos que saben que la democracia requiere de un ejercicio menos egoc¨¦ntrico y m¨¢s deliberativo; de un ejercicio menos individualista y m¨¢s colectivo; de un escenario que entienda la diversidad y complejidad de distintas realidades y pasen del ¡°dicho al hecho¡±.
Francia M¨¢rquez interpela a los liderazgos democr¨¢ticos africanos, confrontando el pasado de autonom¨ªa, uni¨®n y liberaci¨®n con el estado actual de sus democracias. La necesidad de volver a esos valores panafricanistas, con voces innovadoras en ascenso, permite al continente africano y latinoamericano intercambiar perspectivas a futuro y demostrar que no es que falten liderazgos en las democracias del mundo, sino que no ha habido espacio para que voces como las de M¨¢rquez lleguen al poder p¨²blico.
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