Petro denuncia un ¡°golpe blando¡± por las decisiones de la justicia contra su movimiento

Si bien hace dos semanas denunci¨® una posible conspiraci¨®n de los militares para derrocarle, Gustavo Petro sostiene ahora que se est¨¢ llevando a cabo un golpe blando que afecta a su formaci¨®n en el Congreso, el Pacto Hist¨®rico. Petro cuestiona as¨ª la decisi¨®n del Consejo de Estado de anular la elecci¨®n de uno de los hombres claves para sacar adelante sus reformas, Roy Barreras, por doble militancia, y la posible suspensi¨®n de varios congresistas m¨¢s que debilita su posici¨®n en la C¨¢mara. Petro observa movimientos en el Estado profundo, la operaci¨®n de grupos de poder encubiertos, que no dejan avanzar el cambio que se propuso cuando lleg¨® al poder.

¡°A prop¨®sito, ?se han dado cuenta de que le est¨¢n quitando los votos de los congresistas del Pacto Hist¨®rico suspendi¨¦ndolos con ¨®rdenes administrativas? Es decir, est¨¢n cambiando de facto la representaci¨®n pol¨ªtica en el Congreso que el pueblo eligi¨®. Le quitaron al Pacto la presidencia del Congreso y ahora sus votos. Es el golpe blando¡±, escribi¨® Petro en Twitter. Algunos congresistas aliados como la representante Mar¨ªa Fernanda Carrascal le mostraron su apoyo. Hace diez d¨ªas, la senadora Piedad C¨®rdoba ya us¨® el t¨¦rmino para referirse a las constantes trabas con las que se topa el presidente.

Adem¨¢s de la anulaci¨®n de la elecci¨®n de Barreras, el Consejo de Estado -m¨¢ximo tribunal de la administraci¨®n p¨²blica- tumb¨® la semana pasada el nombramiento del contralor Carlos Hern¨¢ndez Rodr¨ªguez por vicios de tr¨¢mite del Congreso. Estas decisiones no pueden ser revocadas. Le ocurre tambi¨¦n a otros que est¨¢n en el punto de mira de la justicia, como David Racero, Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro y Wilson Arias por la misma raz¨®n de Barreras, la doble militancia. Pizarro tiene un papel relevante en el Gobierno de Petro, es una de las negociadoras principales en la mesa con el ELN, y Racero es presidente de la C¨¢mara, aliado muy activo del cambio. En su lugar entran los siguientes en las listas, pero estos tienen mucho menos peso pol¨ªtico.

La oposici¨®n reaccion¨® de inmediato. Acus¨® de nuevo a Petro de no respetar la separaci¨®n de poderes. Paloma Valencia, senadora del Centro Democr¨¢tico, el partido de Uribe, dijo en redes sociales: ¡°Muy grave que el presidente diga que el Consejo de Estado est¨¢ d¨¢ndole un ¡®golpe de Estado blando¡¯ por tomar las decisiones de acuerdo a la ley¡±. ¡°El presidente olvida su discurso de posesi¨®n cuando posaba de estadista y se?al¨® que respetar¨ªa la divisi¨®n de poderes y a la oposici¨®n. Ni lo primero ni lo segundo ha hecho¡±, a?adi¨® el senador David Luna, del tambi¨¦n opositor Cambio Radical.

El Consejo de Estado respondi¨® al presidente que se deben evitar las declaraciones que socaven la independencia y la autonom¨ªa judicial. No obstante, el comunicado en el que lo ha hecho es un tanto ambiguo. Empieza diciendo que no cree que lo dicho por el presidente se refieran a su organismo, aunque entra de lleno en el asunto. ¡°Ajeno a controversias pol¨ªticas e ideol¨®gicas, el actuar de este tribunal se basa en la defensa de la juridicidad y en principios como el de la colaboraci¨®n arm¨®nica entre las ramas del poder p¨²blico¡±, se defiende.

Petro est¨¢ convencido de que hay muchas resistencias a su Gobierno desde muchos sectores. El cambio, ha explicado varias veces, va a ser m¨¢s dif¨ªcil de lo que pensaba. Cree que incluso esas resistencias las tuvo dentro de su propio gabinete, cuando nombr¨® a varios ministros que proven¨ªan de otras sensibilidades pol¨ªticas. Fue el caso de Alejandro Gaviria, un ministro de Educaci¨®n que gast¨® mucho tiempo en criticar la reforma de la Salud que impulsaba otra compa?era, o del prestigioso economista Jos¨¦ Antonio Ocampo, que quiso poner freno a las gastos sociales que exig¨ªan sus colegas y el propio presidente.

El presidente ha decidido ahora dar la batalla contra sus opositores, con el ¨¢nimo de alentar a los suyos a defender el Gobierno: ¡°Si los cambios se dan, ser¨¢ porque el pueblo quiere. Hasta donde el pueblo quiera. Ni un metro m¨¢s, tampoco un metro menos. Hasta donde el pueblo quiera¡±.

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