Anatom¨ªa de un ataque: los insultos, las formas y las amenazas de Benedetti a Sarabia

¡°No vales nada¡±, ¡°te has portado como una mierda conmigo¡±, ¡°yo todav¨ªa no he tratado mal a nadie como lo s¨¦ hacer¡±, ¡°t¨² no sabes un culo¡±, ¡°ahora s¨ª te amenazo, hija de puta¡±, ¡°se ha portado como una hija de puta despu¨¦s de todo lo que yo hice por usted¡±, ¡° imb¨¦cil¡±, ¡°a alguien como yo no se lo culean¡±, ¡°b¨¢jale a la mamadera de gallo, no respondo, una vez que dispare nos ahogamos todos¡±, ¡°Laura, por favor, que est¨¢s jugando con profesionales¡±, ¡°?usted est¨¢ all¨¢ por m¨ª, hija de puta, por m¨ª!¡±, ¡°bobita¡±, ¡°claro que todo me lo debes a m¨ª, ?todo!¡±, ¡°eres el hazmerre¨ªr delante de todo el mundo¡±, ¡°idiota¡±, ¡°est¨²pida¡±, ¡°est¨¢s m¨¢s chiquitica de lo chiquitica que eres¡±, ¡°eras eficiente de las cosas que a m¨ª se me ocurr¨ªan y ahora como no se me ocurra nada est¨¢s siendo eficiente para un culo, para acabar con el Gobierno¡±, ¡°?me est¨¢s usando, hija de puta?, se acaba el mundo tuyo, el m¨ªo y el de todo el mundo¡±, ¡°pendeja¡±, ¡°tu hijueputa puesto te lo puedes meter por el culo porque ese puesto no lo coge nadie, sino los perdedores como ustedes¡±.

El p¨¢rrafo anterior es un resumen, incluso incompleto, de una parte de los audios de Armando Benedetti enviados a Laura Sarabia revelados por la revista Semana. En esta trama de mil aristas, el foco se suele poner en las escuchas ilegales, los pol¨ªgrafos, los maletines de dinero en efectivo, la financiaci¨®n de la campa?a electoral, incluso en la adicci¨®n a las drogas. Pero hay otro punto que llama la atenci¨®n al escuchar la casi media hora de audios entre el entonces embajador de Venezuela y la jefa de gabinete. Es la forma y las palabras que usa Benedetti para dirigirse a Sarabia, que hasta llegar al Gobierno hab¨ªa trabajado con el pol¨ªtico siete a?os como su asistente personal. Es importante se?alar que hasta ahora se trata de un di¨¢logo unidireccional, ya que las respuestas o los audios de Sarabia no son p¨²blicos.

El embajador y la jefa de gabinete que protagonizan la mayor crisis que ha vivido el Gobierno de Petro en estos 10 primeros meses son viejos conocidos. De la mano de Benedetti, Sarabia tuvo su primera experiencia laboral. Fueron inseparables durante a?os, aunque es dif¨ªcil encontrar personalidades tan distintas. ?l, coste?o, excesivo, explosivo y lenguaraz. Ella, ordenada, hija de militar, temerosa de Dios y discreta. Juntos se unieron a Petro por la insistencia de ¨¦l, que pronostic¨® una victoria electoral que parec¨ªa improbable y de la que no quer¨ªa quedarse fuera. Y juntos salieron el viernes del Gobierno por decisi¨®n del presidente, despu¨¦s de una guerra intestina entre ambos que amenaza con llev¨¢rselo todo por delante.

En los audios, Benedetti clama varias veces sentirse ¡°maltratado¡± por Sarabia. Ahora ya no son jefe y subordinada, pero ¨¦l le recuerda varias veces que todo lo que tiene se lo debe a ¨¦l. Para entender ese rencor hay que irse hasta junio pasado, cuando Petro gan¨® en las urnas la presidencia de Colombia. A esas alturas, los dos se hab¨ªan ganado un hueco en el coraz¨®n del candidato. Benedetti le ayud¨® a abrir puertas que nunca se habr¨ªan abierto para un l¨ªder de la izquierda con pasado guerrillero, mientras Sarabia le organiz¨® de forma meticulosa la agenda, incluso durante su embarazo. Con ¨¦l se lo pasaba bien, hab¨ªa camarader¨ªa y grandes planes de futuro. Con ella estaba seguro de que nada podr¨ªa fallar. A la hora de darles un puesto en el Gobierno, Sarabia se qued¨® al lado de Petro, mientras que a Benedetti fue nombrado embajador en Caracas. No fue una forma de deshacerse de ¨¦l, sino la manera de mantenerlo, pero no lo demasiado cerca como para que las causas judiciales que lo persegu¨ªan pusieran en riesgo al Gobierno.

Benedetti se lo tom¨® como un destierro y trabaj¨® desde el primer d¨ªa para volver a Bogot¨¢. En los audios se ve que le traslada a Sarabia esa urgencia, a gritos, y la hace responsable de que ¨¦l siga en Venezuela casi un a?o despu¨¦s. La presi¨®n sobre ella es insoportable, en medio de amenazas y acusaciones. La culpa de no hacer bien las cosas, de ser la responsable de que las encuestas de popularidad de Petro hayan ca¨ªdo. Le recuerda su inexperiencia y su ingenuidad, la llama imb¨¦cil, idiota, le repite que fue ¨¦l quien la condujo hasta el poder. Se llega a llamar a s¨ª mismo ¡°el salvador¡±, al que ella deber¨ªa recurrir para enderezar el rumbo de un Gobierno que Benedetti ve al borde del fracaso. Por momentos cambia el tono, parece triste, entonces le pide que vuelvan a hacer equipo y que podr¨ªan volver a triunfar los dos juntos otra vez.

En un comunicado, los abogados de Sarabia aseguran que ¡°se defender¨¢ de los ataques indignantes y humillantes a los cuales fue sometida en su condici¨®n como mujer desde tiempo atr¨¢s por Armando Benedetti¡±. La nota desliza que ese trato podr¨ªa venir de antes. ¡°Laura ha recibido una presi¨®n enorme que desconoc¨ªa. Debe haber sufrido y sufre mucho¡±, tuite¨® el presidente, en otra forma de apoyo.

El propio Benedetti, que se cen¨® el domingo sus audios en internet uno detr¨¢s de otro, ha tratado de quitarle hierro a sus palabras: ¡°Yo reconozco que la trat¨¦ muy mal. Mal es un decir, porque yo soy mal hablado y eso cualquier transcripci¨®n, de cualquier audio, siempre se escucha mal. Pero yo la trat¨¦ mal, yo le reconozco que yo la trate mal. Yo soy demasiado impulsivo, no estoy justificando, pero lo que ella hace, lo hace fr¨ªo y premeditadamente¡±, le dijo a Semana. En su cabeza, ella es fr¨ªa y calculadora, desleal; mientras ¨¦l es un mal hablado impulsivo.

Sarabia, salvo ese comunicado, ha guardado silencio desde que Petro decidi¨® prescindir de los dos, al contrario que Benedetti, que ha seguido usando su Twitter y los medios para escalar la intriga. Este lunes por la noche public¨® una frase que podr¨ªa quedar para la historia pol¨ªtica de Colombia: ¡°He sido parte fundamental del actual proyecto pol¨ªtico del presidente Petro. Sin embargo, no satisfecho con lo que me correspondi¨® pol¨ªticamente, en un acto de debilidad y tristeza me dej¨¦ llevar por la rabia y el trago¡±. Suena a retirada, pero hablando de Benedetti nada est¨¢ escrito.

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