Aida Quilcu¨¦: ¡°Es hora de que el pa¨ªs deje de pensar que somos menores de edad¡±
La senadora y lideresa nasa se?ala que el racismo y las amenazas persisten para las comunidades ind¨ªgenas en Colombia
Corr¨ªa el a?o 2008 y la carretera Panamericana, una v¨ªa que conecta a Colombia con Ecuador y abastece de combustible el suroccidente del pa¨ªs, rebos¨®. Alrededor de 15.000 ind¨ªgenas marcharon m¨¢s de 120 kil¨®metros desde diferentes sitios de esa regi¨®n hasta la capital del pa¨ªs en lo que llamaron ¡®Minga por la Resistencia¡¯. Exig¨ªan la paz, la protecci¨®n de sus derechos humanos y de su territorio, y la transformaci¨®n del modelo econ¨®mico. Detr¨¢s de esa masiva movilizaci¨®n estuvieron reconocidos l¨ªderes de varios pueblos ind¨ªgenas, entre quienes resalt¨® una mujer menuda, de voz fuerte y con nutrida experiencia en la lucha comunitaria: Aida Marina Quilcu¨¦, para quien esas peticiones siguen vigentes.
Esta mujer perteneciente al pueblo Nasa y oriunda de Tierradentro, Cauca, era entonces consejera mayor del Consejo Regional Ind¨ªgena del Cauca (CRIC), la organizaci¨®n ind¨ªgena m¨¢s poderosa de Colombia. En esa movilizaci¨®n perdi¨® a su esposo, Edwin Legarda, a quien asesinaron seis militares. Eso no detuvo a Quilcu¨¦; le dio m¨¢s ardor. En 2021 gan¨® el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos, en la categor¨ªa Defensa a Toda una Vida. Su liderazgo la llev¨® a ocupar importantes cargos de organizaciones ind¨ªgenas pero las amenazas contra ella y su familia se han agravado.
Los ataques ni siquiera se han detenido despu¨¦s de ser elegida al Senado de la Rep¨²blica en 2022 por la Circunscripci¨®n Especial Ind¨ªgena y con el aval del Movimiento Alternativo Ind¨ªgena y Social (MAIS). Por el contrario, desde entonces ha denunciado dos atentados en su contra. En medio del af¨¢n de los ¨²ltimos d¨ªas del per¨ªodo legislativo, a primera hora del d¨ªa en su oficina decorada con fotograf¨ªas de la guardia de su pueblo, explica a EL PA?S que su caso refleja el riesgo que corren a diarios cientos de l¨ªderes y lideresas de los pueblos originarios.
Pregunta. El 20 de mayo denunci¨® que hombres armados intentaron ingresar a su vivienda, en otro ejemplo de la violencia constante en su contra. ?C¨®mo maneja esa zozobra? ?Qu¨¦ la motiva a seguir?
Respuesta. Motivan las comunidades de donde venimos, porque somos pueblos ind¨ªgenas milenariamente excluidos, despojados del territorio. Hubo un exterminio f¨ªsico y cultural, como lo ha reafirmado la Corte Constitucional. Entonces motiva el reivindicar esos derechos. Los mayores y mayoras que aportan a la sabidur¨ªa ancestral. Tenemos una responsabilidad pol¨ªtica, moral e ideol¨®gica para que, en medio de estas dificultades, podamos luchar por lo que han luchado ellos y ellas, lo que nos han dejado en el camino.
P. En este Gobierno que usted apoya no cesa la violencia contra las comunidades ind¨ªgenas, ?por qu¨¦?
R. A veces tengo un sinsabor y lo digo con mucha responsabilidad. Siento que los derechos de los pueblos ind¨ªgenas contin¨²an en riesgo. Antes porque era un Gobierno de derecha que no solamente vulner¨® los derechos de los ind¨ªgenas sino del campesinado y de muchas otras poblaciones; hoy, porque tenemos que luchar por los derechos de todos. Entonces, en el Cauca empeora la situaci¨®n y a los que realmente nos est¨¢n matando son a los pueblos ind¨ªgenas, a la Guardia Ind¨ªgena, a nuestros mayores sabedores ancestrales. Eso es grave porque asesinan la sabidur¨ªa de todo un pueblo.
He pedido, con mucha fuerza, acciones concretas ya que hago parte de esta apuesta pol¨ªtica. Por ejemplo, ?c¨®mo va a ser la resoluci¨®n de los temas en el marco de la paz? No es posible que nos sigan matando y que mi vida est¨¦ en riesgo todo el tiempo y tenga que acudir a otro tipo de manifestaciones para que nos pongan atenci¨®n.
P. En su caso en particular, ?siente que las entidades han sido eficaces para protegerla?
R. Sigue habiendo una mirada discriminatoria, especialmente con los pueblos ind¨ªgenas y sobre todo con nosotras las mujeres. A m¨ª me han dicho: ¡°Es que usted lleva con un esquema 15 a?os¡±. Lo tengo desde que mataron a mi esposo, pero no lo estoy pidiendo por lujo sino porque ejerc¨ª una labor social y lo necesito para moverme en la agenda comunitaria. Tener que explicar eso en los espacios institucionales y judiciales, incluso en las tutelas, me parece que es un trato discriminatorio. Todos merecemos garant¨ªas para el derecho a la vida.
P. Usted viene de uno de los departamentos con mayor presencia de actores armados y un conflicto que se agudiza. ?Conf¨ªa en la pol¨ªtica de paz total para poner fin a ese ciclo de violencia?
R. Son m¨¢s de 200 a?os gobernados por quienes nunca le apostaron a la paz. As¨ª que la paz total en un periodo de cuatro a?os va a ser muy dif¨ªcil. Sin embargo, creo que dejaremos pilares fundamentales. Seguiremos siendo parte fundamental de ese proceso, pues el movimiento ind¨ªgena tiene una agenda de pacificaci¨®n desde hace mucho tiempo y por eso hemos logrado sobrevivir, de tal manera que tenemos las herramientas suficientes para participar en los procesos y avanzar en la paz de aqu¨ª en adelante. Ya las autoridades ancestrales le han hecho propuestas al Gobierno, como los di¨¢logos humanitarios con perspectiva de paz, as¨ª que espero que esas ideas sean escuchadas y materializadas.
P. ?Cu¨¢les son las principales deudas de la sociedad colombiana con los pueblos originarios?
R. Una deuda hist¨®rica es la pervivencia, pues nuestra ra¨ªz m¨¢s fuerte es el territorio. Es hora de que el pa¨ªs deje de pensar que somos menores de edad. Pensamos, participamos y podemos contribuir a un proceso de paz total. Es necesario que se conozcan las cosas buenas que hemos hecho, que paren de tildarnos como ¡®roba tierra¡¯, terroristas¡¯, guerrilleros¡¯, perezosos¡¯, cuando en ¨²ltimas los violentos han sido los que milenariamente nos despojaron de nuestros territorios, de nuestra cultura. La forma en que entendemos el mundo debe ser respetada.
P. Usted viene de ejercer un liderazgo social en zonas rurales, con din¨¢micas muy diferentes a las que hoy enfrenta en el Congreso de la Rep¨²blica, ?c¨®mo lo ha vivido?
R. Ha sido dif¨ªcil por varias razones. Una de ellas es que aqu¨ª tienes que asumir unas reglas que para nosotros son ajenas. Yo he venido funcionando m¨¢s desde las normas del derecho propio y la ley de origen. Otro tema es la gran responsabilidad que tenemos de responderle a un pa¨ªs que puso la esperanza en un Gobierno de cambio. Por eso es clave generar lazos de coordinaci¨®n, de confianza, para que se materialice lo que qued¨® escrito en el Plan Nacional de Desarrollo.
Pero no todo es negativo. Hay cosas bonitas de este Gobierno del cambio, como tener una interlocuci¨®n en medio de la diferencia. Eso antes no se pod¨ªa dar. Ha sido un aprendizaje hablar con quienes piensan diferente y construir con ellos una pol¨ªtica que sea diversa y que nos permita alcanzar la paz de Colombia.
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