Roc¨ªo Guti¨¦rrez, psic¨®loga: ¡°Las personas m¨¢s afectadas por el conflicto son las que m¨¢s f¨¢cil pasan la p¨¢gina¡±
La experta en construcci¨®n de procesos de paz remarca en el ¡®Reto Regiones¡¯, de PRISA Media, que la reconciliaci¨®n y las pol¨ªticas sociales son m¨¢s eficientes que las medidas punitivas
Roc¨ªo Guti¨¦rrez Cely (Cali, 43 a?os) es una psic¨®loga que ha dedicado su carrera a la construcci¨®n de procesos de paz en Colombia. Se form¨® a comienzos de siglo, y recuerda que le fascinaba la idea de quedarse en la academia y estudiar m¨¢s de psicoan¨¢lisis y de la psique. Pero el pa¨ªs atravesaba las peores ¨¦pocas del conflicto armado, con masacres constantes y municipios que no conoc¨ªan una noche sin balas. Consider¨® que no pod¨ªa eludir esa realidad y se dedic¨® a ayudar en la reincorporaci¨®n en la sociedad de diversos actores del conflicto. ¡°Somos un pa¨ªs adolorido, que no ha tenido posibilidad de hacer un tr¨¢nsito del dolor a la sanaci¨®n¡±, comenta este mi¨¦rcoles en entrevista con EL PA?S.
La experta es una de las participantes de la edici¨®n vallecaucana de Reto Regiones, un foro de PRISA Media (sociedad editora de EL PA?S) para que l¨ªderes pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales debatan sobre las oportunidades y los desaf¨ªos de sus departamentos. Secretaria de Paz de Cali durante la Alcald¨ªa de Maurice Armitage (2016-2019), ahora trabaja en la Fundaci¨®n SIDOC. Mantiene la convicci¨®n de que la paz total debe ir m¨¢s all¨¢ del conflicto armado: incluye a la delincuencia com¨²n y a las pandillas que hicieron de Cali una de las ciudades m¨¢s violentas del mundo. Enfatiza, en la Universidad Icesi, que las pol¨ªticas sociales son m¨¢s eficientes contra la violencia que las medidas punitivas.
Pregunta. ?C¨®mo lleg¨® a trabajar en temas de paz?
Respuesta. Cuando regres¨¦ a Cali [tras un periodo afuera], estaba comenzando la desmovilizaci¨®n de las AUC. Hab¨ªa 32.000 hombres en proceso de dejar las armas y el Gobierno [de ?lvaro Uribe] ten¨ªa que encontrar alguna alternativa. Empec¨¦ a trabajar con ellos y con algunos guerrilleros del ELN y de las FARC que se desmovilizaban de manera individual. Conoc¨ª sus historias de vida y entend¨ª que la guerra no era necesariamente algo de buenos y malos, que muchos entraron por hambre, violencia, falta de oportunidades y ausencia total del Estado.
P. ?La sociedad es m¨¢s sensible hoy a la reincorporaci¨®n?
R. Hoy hay una sociedad dividida: un sector en el que todav¨ªa hay rabia y un dolor muy fuerte, con posiciones radicales; otro sector, sobre todo de j¨®venes, que es m¨¢s consciente de que hay que generar una transformaci¨®n y dar lugar a la memoria para no repetir. Pero, en general, hay una sociedad m¨¢s emp¨¢tica. Hace 20 a?os hab¨ªa menos conciencia de que nos est¨¢bamos desangrando como pa¨ªs.
P. ?C¨®mo se rompe el estigma?
R. Hay que lograr que el que est¨¢ en una posici¨®n radical conozca la historia de vida del que est¨¢ en el otro lado. Y entender que, si no se genera una segunda oportunidad, vamos a seguir dando vueltas en un mismo c¨ªrculo. No es f¨¢cil, pero las personas m¨¢s afectadas por el conflicto son las que m¨¢s f¨¢cil pasan la p¨¢gina, son las que dicen: ¡®Listo, ya est¨¢, ?qu¨¦ tenemos que hacer? Lo que viv¨ª, no quiero vivirlo m¨¢s¡¯.
P. ?C¨®mo es eso? Parece contraintuitivo...
R. Ayer estaba en un evento en Bogot¨¢ y hab¨ªa una madre de un soldado que muri¨® en el conflicto. Ella dijo: ¡®El dolor que yo he sentido no quiero que lo viva otra madre en Colombia. Y lo sent¨ª porque se oblig¨® a los j¨®venes a tener el desaf¨ªo de matar o morir¡¯. El dolor de las madres es el dolor de las madres, sin importar el lado. Esto lo he o¨ªdo siempre, que no permitamos que m¨¢s personas pasen por esto. Generar l¨®gicas de reconciliaci¨®n es m¨¢s eficiente y menos costoso que tener c¨¢rceles.
P. En su trabajo, la paz va m¨¢s all¨¢ del conflicto armado.
R. Creo que la realidad social del pa¨ªs es tan dram¨¢tica y tan dolorosa que incluso sin guerra puede no haber paz. El conflicto armado es rural, pero las ciudades tampoco viven en paz. Hay violencia, crimen, homicidios, vulneraciones de derechos humanos. Cali ten¨ªa una de las tasas de homicidios m¨¢s altas cuando llegu¨¦ a la Secretar¨ªa de Paz [en 2016]. ?D¨®nde est¨¢n los homicidios? En los j¨®venes desescolarizados, en las v¨ªctimas del conflicto que han crecido solas, en los j¨®venes con problemas de consumo. No tienen opci¨®n de emplearse en la legalidad y est¨¢n estigmatizados.
P. El mundo parece dirigirse m¨¢s hacia pol¨ªticas punitivas, por ejemplo con las im¨¢genes de las c¨¢rceles en Honduras esta semana y la mano dura de Nayib Bukele en El Salvador.
R. Ten¨¦s dos alternativas: un proceso de transformaci¨®n humana, que toma tiempo y que no es de un d¨ªa para el otro, o coger -detener- a 10.000 pelados [j¨®venes], de un d¨ªa para el otro. Esto ¨²ltimo tiene un impacto, se ve en la calle: sal¨ªs y hay 10.000 delincuentes menos. Pero eso no es sostenible a largo plazo.
P. ?Qu¨¦ desaf¨ªos de paz han sido espec¨ªficos para el Valle del Cauca?
R. La historia de nuestra regi¨®n est¨¢ muy relacionada con el conflicto. Fuimos sede de uno de los carteles m¨¢s grandes del mundo, el de Cali. Y todav¨ªa quedan muchas huellas, ni?os que crecen pensando que hay que tener armas para tener estatus, proteger a la familia y conseguir plata para comer. La ubicaci¨®n hace que sea un territorio de inter¨¦s: hay cercan¨ªa con los territorios que tienen mayor concentraci¨®n de cultivos il¨ªcitos y hay una salida directa al Pac¨ªfico.
P. En el foro se habl¨® del Paro Nacional de 2021 y la especial fuerza que tuvo en Cali. ?Las protestas fracturaron a la ciudad?
R. Cali ya estaba fracturada. Ven¨ªamos de una pandemia y de un desarrollo econ¨®mico muy ligado a la informalidad, en una ciudad con una realidad social e hist¨®rica marcada por lo que para muchos se llama resistencia. Ha habido muchos momentos en los que la poblaci¨®n joven se levanta. Es una ciudad emocionalmente rebelde, algo que puede ser muy positivo, pero tambi¨¦n puede ser riesgoso y negativo, con l¨®gicas de miedo que tuvimos que vivir todos.
P. Usted remarc¨® en el Reto Regiones que es importante pensar en la integraci¨®n de los migrantes.
R. A partir de 2017 se dispar¨® la llegada de migrantes venezolanos que traen dolores muy profundos, como el desarraigo. Son una poblaci¨®n de urgente atenci¨®n: si para un colombiano es dif¨ªcil acceder a un empleo, para un venezolano lo es m¨¢s. Eso genera fen¨®menos de reclutamiento de menores, trata de personas y explotaci¨®n laboral. Hoy tenemos 117.000 venezolanos en Cali y 183.000 en todo el Valle.
P. ?Qu¨¦ puntos se lleva de este foro?
R. Me gust¨® lo que dijo la directora de la C¨¢mara de Comercio de Buenaventura, Milady Garc¨¦s: en Colombia la pobreza tiene el rostro de las mujeres, los afrodescendientes, los ind¨ªgenas, los migrantes y los j¨®venes. Ni el Estado ni el sector privado pueden romper con esta l¨®gica sin cooperar entre s¨ª. Tambi¨¦n me quedo con la intervenci¨®n de Jhon Eider Vi¨¢fara, quien se?al¨® que para el Estado es muy dif¨ªcil ejecutar los cambios que se necesitan.
P. La gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Rold¨¢n, habl¨® de la importancia de avanzar en la descentralizaci¨®n del pa¨ªs. ?Esto es relevante tambi¨¦n para la paz total?
R. Es fundamental. Esas apuestas no se pueden formular desde Bogot¨¢, a 2.600 metros de la realidad. Cada porci¨®n de tierra es distinta: lo que significa la violencia en Cali es distinto a lo que significa en Buenaventura, el Catatumbo o el Cauca. No hay que estandarizar sino ser capaces de recoger las experiencias. Hoy no se est¨¢n revisando todas las lecciones aprendidas.
P. ?Cu¨¢l es un ejemplo de estas diferencias?
R. Buenaventura es una ciudad de poblaci¨®n afrodescendiente, con creencias diferentes y traumas particulares. Cauca tiene m¨¢s poblaci¨®n ind¨ªgena, con comunidades que esperan que sus cosmovisiones est¨¦n contempladas. Un ejemplo es que los excombatientes ind¨ªgenas deben hacer un tr¨¢nsito por la justicia ind¨ªgena para ser reincorporados, con una jurisdicci¨®n especial que acepta o no que regrese una persona que pudo haber afectado a la comunidad.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.