El machismo, la ¨²nica epidemia que mata a una mujer cada d¨ªa en Colombia
En lo que va de 2023 han sido asesinadas 213 mujeres en el pa¨ªs. Las cifras empeoran con los a?os y las medidas gubernamentales no parecen ser eficaces
Leidy Johana Beltr¨¢n so?aba con ver a su hija de cinco a?os con el uniforme colegial. Estaba apenas en el jard¨ªn, pero ella ya se imaginaba verla crecer y pasar al colegio. Su hermano, Camilo Beltr¨¢n, la describe como una madre entregada y una mujer trabajadora. De cari?o la llamaban Ojitos. Ten¨ªa 29 a?os y dos hijas. De ambas se hac¨ªa cargo sola, ya que el padre de las menores nunca asumi¨® tal responsabilidad. Viv¨ªa en el suroccidente de Bogot¨¢, en la localidad de Kennedy. All¨ª mismo fue asesinada, a dos cuadras de su casa. De una pu?alada en el coraz¨®n, quien era su pareja en el momento, Waldo Morales, trunc¨® sus sue?os.
Al igual que a Leidy, a Elva Elo¨ªsa la mat¨® su esposo, el pasado 3 de julio en C¨²cuta. Un d¨ªa antes a Luisa Higuera la asesin¨® su novio en Cartagena, y a Yudy Rodr¨ªguez, su pareja sentimental en Bogot¨¢. Una oleada de feminicidios en solo un fin de semana que una vez m¨¢s evidencia la emergencia por violencia de g¨¦nero que vive el pa¨ªs, donde, seg¨²n la Procuradur¨ªa General de la Naci¨®n, a diario una mujer es asesinada por el hecho de serlo.
Las cifras respaldan las alertas. En 2021 se registraron 210 feminicidios; en 2022 se triplicaron y alcanzaron los 614 casos; y en apenas seis meses de 2023, las ONG ya se?alan 213 homicidios por razones de g¨¦nero. Adem¨¢s, de acuerdo con Medicina Legal, en 2022 m¨¢s del 10% de los cr¨ªmenes contra las mujeres fueron cometidos por sus parejas y suelen estar antecedidos por otros tipos de violencias como golpes o celos excesivos. Precisamente, esas se?ales las identific¨®, antes de la tragedia, la familia de Leidy. Seg¨²n cuenta su hermano, Morales era posesivo y la alejaba de su c¨ªrculo cercano. Esa no era la primera vez que la mujer era v¨ªctima de violencia, ya que hab¨ªa separado del pap¨¢ de sus hijas por las mismas razones.
La violencia intrafamiliar tambi¨¦n ha crecido. En el a?o 2022 se registraron 47.771 casos, un aumento de 7.713 casos con respecto al a?o 2021. Y aunque en el pa¨ªs existe una amplia normatividad para hacerle frente a la violencia machista, como la Ley Rosa Elvira Cely (1761 de 2015) ¡ªque tipifica el feminicidio como delito aut¨®nomo¡ª, o la reciente declaratoria de emergencia nacional por violencias basadas en g¨¦nero que se incluy¨® en el plan de desarrollo, el panorama muestra que las leyes no han tenido un impacto real a la hora de prevenir las violencias machistas.
Para Olga Amparo S¨¢nchez, directora de Casa de la Mujer, una de las ONG feministas m¨¢s antiguas de Colombia, la esperanza est¨¢ puesta en el naciente Ministerio de la Igualdad: ¡°Necesitamos acciones que rompan con la impunidad y programas que tengan el prop¨®sito expl¨ªcito de romper con los imaginarios que naturalizan y normalizan las violencias. Todo ello necesita recursos humanos y econ¨®micos, al igual que voluntad para que desde el Gobierno se rompa con el pacto patriarcal entre los varones; porque no puede ser posible que un Gobierno del cambio y comprometido con la igualdad tenga en altos cargos a hombres denunciados por violencias contra las mujeres¡±, sostiene.
Justicia tard¨ªa
El hermano de Leidy se ha propuesto que se haga justicia. Es ¨¦l quien vio por primera vez el v¨ªdeo del asesinato, quien identific¨® al feminicida, busc¨® los medios y se ha encargado de todo lo necesario para seguir con el proceso. La lucha no ha sido f¨¢cil. Hace algunos meses, cuando por fin todo parec¨ªa avanzar, la defensa del homicida solicit¨® lo que en la jerga jur¨ªdica se conoce como un ¡°recurso de casaci¨®n¡±, a trav¨¦s del cual se busca la absoluci¨®n o la reducci¨®n de su condena. Esto entorpece el progreso del caso porque la impugnaci¨®n tarda entre seis meses y dos a?os en resolverse. ¡°Como familia seguimos esperando respuestas. No es justo que estemos en esta incertidumbre. Aqu¨ª se necesitar¨ªa mayor celeridad¡±, exige Camilo.
Pero la ausencia de prisa por parte de las autoridades en situaciones de este tipo parecen ser la regla, en particular cuando se trata de prevenir las tragedias. Un claro ejemplo fue Erika Aponte, asesinada por su expareja en el centro comercial Unicentro, en Bogot¨¢, y que caus¨® conmoci¨®n en el pa¨ªs. D¨ªas despu¨¦s del episodio, la opini¨®n p¨²blica conoci¨® que la mujer ya hab¨ªa denunciado ante las entidades el maltrato y huy¨® de la casa que compart¨ªa con su pareja, buscando resguardarse. Sus llamados de auxilio fueron en vano. La Personer¨ªa alert¨® de que, al igual que Erika, 2.200 mujeres pidieron medidas de protecci¨®n el a?o pasado.
Los hu¨¦rfanos a la deriva
Detr¨¢s de las mujeres asesinadas han quedado relegadas otras v¨ªctimas: sus hijos. Las dos hijas de Leidy tuvieron que enterarse del feminicidio de su mam¨¢ en las noticias, y luego pasaron por un complejo proceso dentro de lo que el Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF) llama restablecimiento de derechos. La menor pas¨® por un breve acompa?amiento psicosocial en ese tiempo. Pero ha sido la ¨²nica vez.
El duelo familiar empeora por la complejidad del proceso penal en contra del homicida, y la compleja situaci¨®n econ¨®mica que implica el sost¨¦n de las dos hijas de Leidy. Feminicidios Colombia se?ala que anualmente 700 ni?os y ni?as quedan hu¨¦rfanos por culpa de este delito. Y, pese a que es un dato preocupante, existen pocas medidas que tengan en cuenta a todos esos menores de edad que son igualmente v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero.
Ante el desamparo, las familias v¨ªctimas de feminicidios han decidido brindarse conjuntamente el apoyo que las instituciones no les han dado. Varias se organizaron en Bogot¨¢ en Unidos por una Causa, un grupo de WhatsApp en el que se aconsejan, dialogan, se desahogan y a veces se encuentran. De esas conversaciones, y con el impulso de Carolina Giraldo Botero, representante a la C¨¢mara por la Alianza Verde, surgi¨® la idea de un proyecto de ley que saque del olvido a los hu¨¦rfanos por este delito para que desde el Gobierno se les asista econ¨®mica y socialmente, d¨¢ndoles acceso prioritario a ciertos programas del Estado, o garantiz¨¢ndoles educaci¨®n y salud. Por ahora, el proyecto espera el nuevo per¨ªodo legislativo para continuar la discusi¨®n en el Congreso.
Camilo se siente afortunado porque ¨¦l y sus padres pudieron obtener la custodia de sus sobrinas. Las ni?as tambi¨¦n quer¨ªan quedarse con su abuela materna, a quien consideran su otra mam¨¢. Han sido ellas quienes la alientan a seguir cuando el dolor por la ausencia de Leidy, su ¨²nica hija y con quien ten¨ªan una relaci¨®n muy cercana, se hace insoportable. Para ellas, su madre qued¨® grabada con una sonrisa y as¨ª la recuerdan. La familia lucha ahora porque las ni?as tengan la vida que Leidy siempre les quiso ofrecer.
Si usted es v¨ªctima de violencias basadas en g¨¦nero puede llamar de manera gratuita a la l¨ªnea 155 que funciona en todo el territorio nacional. Si est¨¢ en Bogot¨¢ puede comunicarse con la L¨ªnea P¨²rpura al 01 8000 112 137, todos los d¨ªas, las 24 horas y as¨ª no tenga minutos en el celular. O directamente al Chat P¨²rpura de WhatsApp en el n¨²mero 3007551846. Tambi¨¦n si requiere orientaci¨®n de c¨®mo interponer una denuncia de violencia intrafamiliar, violencias basadas en g¨¦nero y violencia sexual, puede comunicarse al numeral 122 de Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n.
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