El fallo de La Haya: una victoria justa y un legado para el mundo
Colombia tiene una plataforma continental continua e integrada desde San Andr¨¦s hasta Cartagena, sobre la cual nuestro pa¨ªs tiene y ejerce los derechos soberanos
El pasado 13 de julio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se le¨ªa la decisi¨®n sobre la demanda de Nicaragua contra Colombia con la que pretend¨ªa una plataforma continental m¨¢s all¨¢ de las 200 millas n¨¢uticas desde su litoral. El fallo ratific¨® la argumentaci¨®n sostenida por Colombia a lo largo de 10 a?os en el sentido de que la reclamaci¨®n a una plataforma extendida como la pretendida por Nicaragua ¨Des decir, m¨¢s all¨¢ de las 200 millas¨D no pod¨ªa limitar los derechos de plataforma y zona econ¨®mica exclusiva que el derecho internacional le reconoce a nuestro pa¨ªs en el Caribe. Asimismo, constituye una reivindicaci¨®n de la postura en derecho asumida por nuestro pa¨ªs, y un valioso legado para el mundo: no puede existir una plataforma que pase por encima de la que el derecho internacional le reconoce a otro pa¨ªs.
No hay plazo que no se cumpla: tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de pleitos judiciales entre los dos pa¨ªses, finalmente se ha puesto punto final a la controversia con Nicaragua, y en este fallo el derecho le dio la raz¨®n a Colombia.
Resulta inevitable pensar en el desgaste causado por una reclamaci¨®n que, a todas luces, carec¨ªa de sustento. Sin embargo, un an¨¢lisis retrospectivo de las acciones desplegadas a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada da cuenta de un fortalecimiento diplom¨¢tico, jur¨ªdico e institucional en defensa de la soberan¨ªa de Colombia.
No es una exageraci¨®n afirmar que con la decisi¨®n de la Corte Internacional de Justicia se cierra un cap¨ªtulo de la historia de Colombia. Primero fue la pretensi¨®n de soberan¨ªa sobre nuestro archipi¨¦lago de San Andr¨¦s y Providencia y una delimitaci¨®n mar¨ªtima, temas decididos por la Corte en el fallo de noviembre de 2012. Esa decisi¨®n ratificaba nuestra soberan¨ªa sobre todas y cada una de las islas del archipi¨¦lago, pero trazaba una l¨ªnea de delimitaci¨®n abiertamente desfavorable a Colombia. Este fue un asunto que en el pa¨ªs levant¨® ampollas, los diferentes Gobiernos se lavaron las manos y la culpa recay¨® en el de turno, aunque hab¨ªa sido el ¨²nico que no hab¨ªa participado en el proceso, pues para el 7 de agosto de 2010 ya se hab¨ªa agotado la fase escrita.
La decisi¨®n de la Corte en el 2012 fue muy cuestionable y dura contra Colombia. A consecuencia de esto, nos retiramos del Pacto de Bogot¨¢, camino jur¨ªdico que le otorgaba jurisdicci¨®n a dicha Corte. Sab¨ªamos que Nicaragua nos demandar¨ªa nuevamente antes de cumplir el a?o de retiro del Pacto, como efectivamente ocurri¨® en septiembre de 2013, cuando Nicaragua present¨® una nueva demanda ante la Corte Internacional de Justicia reivindicando una vez m¨¢s una supuesta plataforma continental extendida.
La consolidaci¨®n y fortalecimiento de la s¨®lida estrategia de defensa de Colombia ante la Corte Internacional de Justicia se inici¨® aun antes de que Nicaragua radicara su demanda de 2013. De destacar en este sentido la promulgaci¨®n del decreto 1946 de 2013, el cual ratific¨® que la plataforma continental y la zona econ¨®mica exclusiva ¡°generadas hacia el oriente por los territorios insulares de Colombia en el mar Caribe se superponen con la plataforma continental y la zona econ¨®mica exclusiva generadas hacia el noroccidente por la costa atl¨¢ntica colombiana¡±.
Se subray¨® una vez m¨¢s que Colombia tiene una plataforma continental continua e integrada desde San Andr¨¦s hasta Cartagena, sobre la cual nuestro pa¨ªs tiene y ejerce los derechos soberanos otorgados por el derecho internacional.
Desde el inicio de este proceso integramos un equipo de excelencia, conformado por abogados internacionalistas de primer orden; un agente, Carlos Gustavo Arrieta, y un coagente, Manuel Jos¨¦ Cepeda, totalmente comprometidos con el proceso; un equipo jur¨ªdico en la Canciller¨ªa liderado por Andr¨¦s Villegas que fue el coraz¨®n en estos a?os de defensa; y la activa participaci¨®n de la Armada Nacional y de la comunidad raizal a trav¨¦s del Raizal Team de San Andr¨¦s y Providencia.
Los resultados de estos ejercicios van mucho m¨¢s all¨¢ de la obtenci¨®n de evidencias que respaldaron la argumentaci¨®n de Colombia ante la CIJ, pues contribuyeron a la formaci¨®n de almirantes, capitanes y t¨¦cnicos con vasto conocimiento en estudios del suelo y el subsuelo marino, as¨ª como a la conformaci¨®n de una flota de cinco buques oceanogr¨¢ficos e hidrogr¨¢ficos.
Este proceso supone tambi¨¦n un valioso legado en conocimiento, fortalecimiento institucional y capital humano al servicio de la defensa de los intereses y la soberan¨ªa nacional. Conocimiento jur¨ªdico del m¨¢s alto nivel, tecnolog¨ªa, formaci¨®n e infraestructura al servicio de los m¨¢s altos intereses del pa¨ªs.
Se trata sin duda del ¨¦xito de una pol¨ªtica de Estado, una defensa que se estructur¨® en el Gobierno del presidente Santos, se le dio continuidad a la l¨ªnea de defensa y al equipo por parte del Gobierno del presidente Duque y un final del proceso que le correspondi¨® al Gobierno actual, pero donde los argumentos jur¨ªdicos estaban totalmente expuestos.
Eduardo Valencia-Ospina, el nuevo agente designado en noviembre del a?o pasado por el Gobierno nacional, era miembro del equipo jur¨ªdico de Colombia desde hac¨ªa varios a?os y una persona que siempre hab¨ªa estado vinculada a la defensa de los intereses del pa¨ªs.
La sentencia en este proceso representa una victoria justa ¨Den pleno derecho y raz¨®n¨D y un legado para el mundo. Esta es la mejor forma de resumir los positivos efectos del fallo de la Corte Internacional de Justicia. Los argumentos, la solidez jur¨ªdica, el respeto por la integridad territorial y la ratificaci¨®n del valor de los procesos hist¨®ricos y de lo pactado, son, por encima de cualquier ¨¢nimo b¨¦lico, la soluci¨®n a las controversias en el ¨¢mbito internacional.
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