El cese al fuego m¨¢s esperado de la Paz Total entra en vigor
Despu¨¦s de ocho meses de conversaciones entre la guerrilla del ELN y el Gobierno de Gustavo Petro, se inicia finalmente un in¨¦dito cese bilateral al fuego
En los ¨²ltimos 30 a?os, siete mandatarios han intentado dialogar con la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN). Apenas por segunda vez, tras un intento de 101 d¨ªas en 2017, ese grupo implementa un cese al fuego, que ser¨¢ bilateral y se extender¨¢, por ahora, hasta el 29 de enero de 2024. Para sellar el momento, este jueves se realiza una ceremonia con la presencia del presidente Gustavo Petro y de delegados de ELN como Aureliano Carbonell, Pablo Beltr¨¢n y Bernardo T¨¦llez. Con ello tambi¨¦n dar¨¢n inicio al denominado Acuerdo de Participaci¨®n, firmado por las partes en la mesa de negociaciones.
La presentaci¨®n p¨²blica del Comit¨¦ nacional de Participaci¨®n (CNP) es un paso notable para involucrar a la sociedad civil, un tradicional reclamo del ELN, que se ve a s¨ª mismo no tanto como un ej¨¦rcito, sino como un brazo armado del pueblo. Al evento, convocado en Bogot¨¢, en el centro de eventos Corferias, se espera que asistan m¨¢s de 80 delegados de 30 sectores sociales diferentes ¨Dintegrantes de organizaciones ¨¦tnicas, gremiales, empresariales y sindicales¨D , quienes entrar¨¢n a formar parte del comit¨¦, junto a una parte de los equipos negociadores del Gobierno y la guerrilla (por el ELN fueron nombrados Consuelo Tapias, Mauricio Iguar¨¢n, Claudia Rodr¨ªguez y Juan Carlos Cu¨¦llar). Esa decisi¨®n emana de la nueva agenda de di¨¢logo marcada por el Acuerdo de M¨¦xico (el ciclo de conversaciones realizadas en el pa¨ªs norteamericano en marzo de este a?o.
La idea es que el comit¨¦ recoja propuestas por todo el pa¨ªs de las comunidades sobre los cambios que crean necesarios para la paz, una suerte de insumos sociales para la negociaci¨®n. Para lograrlo, el CNP dise?ar¨¢ los instrumentos para lograr la inclusi¨®n de los ciudadanos mediante nueve encuentros regionales y 15 locales, en un t¨¦rmino de entre cuatro y seis meses. Luego vendr¨ªa una fase en la que todos los integrantes del Comit¨¦ dialoguen alrededor de las propuestas recogidas para, posteriormente y con base en ellas, formular pol¨ªticas y proyectos concretos que se lleven a discusi¨®n con los equipos negociadores en la mesa, con miras a construir de manera conjunta una paz territorial.
Adem¨¢s del CNP, este jueves entra en funcionamiento el Mecanismo de Verificaci¨®n y Monitoreo (MVMV), encargado de vigilar el cumplimiento del cese y que debe emitir informes mensuales que ayuden a que las partes decidan si prolongan o suspenden la tregua. El mecanismo estar¨¢ integrado por el general Gerardo Benavides, cabeza del Comando Conjunto de Transici¨®n, y la coronel Lurangeli Franco; delegados de Oficina del Alto Comisionado para la Paz; as¨ª como por cabecillas del ELN, entre los que est¨¢n Bernardo T¨¦llez y Gustavo Mart¨ªnez. Adem¨¢s de miembros de la Conferencia Episcopal y funcionarios de la Misi¨®n de Verificaci¨®n de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas.
Para dar cuenta de una realidad compleja, en la que adem¨¢s del ELN y el Gobierno hay otros actores en disputa; el mecanismo tendr¨¢ instancia nacional, pero tambi¨¦n regional (en nueve sedes, en las ciudades de Arauca, Bucaramanga, Cali, C¨²cuta, Medell¨ªn, Pasto, Quibd¨®, Soacha y Valledupar) y local (con 22 bases: Aguachica, Barrancabermeja, Becerril, Bojay¨¢, Buenaventura, Caucasia, Ipiales, Istmina, Soat¨¢, Oca?a, Pereira, Popay¨¢n, Puerto Carre?o, Puerto In¨ªrida, San Juan del Cesar, Santa Rosa de Osos, Santa Rosa del Sur, Socorro, Tame, Tib¨², Tumaco y Yopal). Cada instancia tendr¨¢ al menos dos representantes de la guerrilla, para tener comunicaci¨®n constante y directa con las estructuras armadas de los territorios.
La tarea de proteger a quienes integren los MVMV estar¨¢ principalmente en manos de la Unidad Policial para la Edificaci¨®n de la Paz (UNIPEP), que naci¨® en el Acuerdo de Paz con las extintas FARC en 2016 y que durante la administraci¨®n de Iv¨¢n Duque no tuvo mayor protagonismo ni financiamiento, pero que tendr¨¢ un papel crucial para sostener el esfuerzo de paz. La UNIPEP se ha estado preparando las ¨²ltimas semanas con formaciones a cargo de Instituto de la Paz de Estados Unidos, una agencia gubernamental.
Una esperanza fr¨¢gil
Para algunos l¨ªderes sociales de zonas fuertemente azotadas por la violencia, como el departamento del Choc¨®, en el que opera el Frente de Guerra Occidental Omar G¨®mez del ELN, este cese abre una puerta de ilusi¨®n. Sin embargo, la desconfianza sigue latente en esa regi¨®n, sobre todo despu¨¦s de la crisis humanitaria que dej¨® el paro armado que impuso el ELN durante quince d¨ªas a inicios del mes de julio. A ello se suma el temor entre las comunidades por los constantes enfrentamientos entre esa guerrilla y otros grupos armados ilegales como el Clan del Golfo o las disidencias de las extintas FARC conocidas como Estado Mayor Central, lo que sucede frecuentemente en Arauca.
¡°No nos esperanzamos tanto con lo que se promete porque la historia nos ha ense?ado otra cosa¡±, se?ala con recelo un l¨ªder integrante de la Red de Derechos Humanos del Pac¨ªfico que pide anonimato para evitar poner en riesgo su vida. Para ese l¨ªder, el cese no tendr¨¢ un impacto significativo en el Choc¨® si no se hace en paralelo con otros actores armados, como el mencionado Clan del Golfo. ¡°Aqu¨ª vemos los di¨¢logos con el ELN como la negociaci¨®n de un solo grupo, cuando lo que necesitamos es que todos los actores armados que operan en nuestro territorio entren en un consenso¡±, agrega. En ello coincide Francisco Daza, coordinador de la l¨ªnea de investigaci¨®n de Paz, posconflicto y derechos humanos de la Fundaci¨®n Paz & Reconciliaci¨®n (PARES): ¡°Se ha identificado que el grueso de acciones armadas no se da entre grupos ilegales contra la fuerza p¨²blica, sino entre ellos mismos. Entonces, el reto es que el Gobierno logre desescalar las acciones violentas entre los actores armados ilegales. El cese es una soluci¨®n parcial, pero en el fondo no es la receta para garantizar alivios humanitarios para la poblaci¨®n civil¡±.
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