Colombia reivindica el papel de Cuba en las negociaciones de paz con el ELN

Cuba ha vuelto a ser escenario de los esfuerzos de Colombia por alcanzar la paz. El primer apret¨®n de manos del presidente Gustavo Petro con Antonio Garc¨ªa, el m¨¢ximo comandante de la guerrilla del ELN, el pasado viernes en La Habana, record¨® el que se dieron en su d¨ªa Juan Manuel Santos y Rodrigo Londo?o, Timochenko, en la recta final de la negociaci¨®n de paz con las extintas FARC. En ambas ocasiones, lo hicieron delante del presidente cubano que ejerc¨ªa como anfitri¨®n, ayer Ra¨²l Castro, hoy Miguel D¨ªaz-Canel.

El cese al fuego ¡°bilateral, nacional y temporal¡± fue anunciado en los salones de protocolo del Gobierno cubano en El Laguito, que ya hab¨ªan albergado algunos de los momentos cumbre de la larga negociaci¨®n con las FARC. Los llamados ¡°acuerdos de Cuba¡±, firmados el viernes, sientan las bases tanto para el cese al fuego ¨Cde momento por seis meses¨C como para la participaci¨®n de la sociedad civil. Son avances sin precedentes en un proceso con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, la ¨²ltima guerrilla en armas de Colombia. La mesa regresar¨¢ para el cuarto ciclo de di¨¢logos a Venezuela, donde se puso en marcha la negociaci¨®n, y se despide de La Habana con la primera piedra de la paz total, un hito que tambi¨¦n representa un desagravio para la isla caribe?a.

Petro agradeci¨® a Cuba las d¨¦cadas de ¡°hospitalidad¡± para la paz de Colombia y calific¨® su inclusi¨®n en la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo que elabora Estados Unidos como ¡°un acto de injusticia diplom¨¢tica profunda¡± en su discurso ¨Cque la Presidencia volvi¨® a transmitir este lunes como una alocuci¨®n¨C. Incluso cont¨® que en un reciente encuentro le pidi¨® al presidente Joe Biden corregir esa medida, pues ¡°ese fue un acto de injusticia que debe ser enmendado¡±. Tambi¨¦n los negociadores tanto del Gobierno como de la guerrilla agradecieron con insistencia el papel de los cubanos, que han pagado un alto costo por ¨¦l.

La hostilidad diplom¨¢tica que caracteriz¨® el periodo de Iv¨¢n Duque (2018-2022) le cost¨® a La Habana acabar otra vez en esa lista negra, que conlleva la imposici¨®n de sanciones a las personas y a los pa¨ªses que realicen ciertas actividades de comercio con Cuba. En su d¨ªa, Duque, un feroz cr¨ªtico del acuerdo con las FARC, hered¨® la negociaci¨®n con el ELN que ya hab¨ªa puesto en marcha su antecesor, Juan Manuel Santos. Pero la dio por terminada luego del atentado de la guerrilla contra una escuela de cadetes en Bogot¨¢ que caus¨® 23 muertos, en enero de 2019 y, tras la ruptura, Duque pretendi¨® desconocer los protocolos firmados por las partes ¨Cincluyendo los pa¨ªses garantes¨C, lo que dej¨® en el limbo a la delegaci¨®n rebelde que se encontraba en Cuba. La isla se neg¨® a extraditarlos, amparada en los protocolos.

Cuando el Gobierno de Donald Trump design¨® a Cuba como un ¡°Estado patrocinador del terrorismo¡±, en enero de 2021, a solo nueve d¨ªas de dejar la Casa Blanca, justific¨® su decisi¨®n en los reiterativos reclamos del colombiano. Cuba hab¨ªa salido de la lista en 2015, y la jugada de ¨²ltimo minuto de Trump revers¨® los esfuerzos de la Administraci¨®n del dem¨®crata Barack Obama para reconstruir los v¨ªnculos con la isla comunista, un enemigo hist¨®rico durante la Guerra Fr¨ªa. Tambi¨¦n le complic¨® a Biden cualquier posible deshielo.

Lo que estaba en juego no era solamente un eventual acercamiento con el ELN o las relaciones de Estados Unidos con Cuba, ¡°sino la posibilidad misma de llevar a cabo negociaciones de paz¡±, advirtieron en su momento Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, los arquitectos del acuerdo con las FARC, al defender el papel que cumpli¨® la isla como pa¨ªs garante, al lado de Noruega. El propio Santos, respaldado por el grupo de l¨ªderes mundiales reunidos en la organizaci¨®n The Elders, le pidi¨® a Biden revocar esa designaci¨®n. ¡°Cuba debe ser aplaudida por la funci¨®n crucial que desempe?¨® para ayudar a poner fin a d¨¦cadas de conflicto y facilitar la reconciliaci¨®n en Colombia, y no enfrentar sanciones por haberlo hecho¡±, manifest¨® en febrero de 2021 el tambi¨¦n merecedor del Nobel de Paz. Petro se ha sumado a ese clamor.

Las relaciones entre Bogot¨¢ y La Habana han regresado con Petro al estado en que estaban antes de Duque, que fue un par¨¦ntesis en la tradici¨®n diplom¨¢tica colombiana, se?ala la internacionalista Sandra Borda. ¡°Pr¨¢cticamente todos los gobiernos han entendido que es muy dif¨ªcil hacer un proceso de negociaci¨®n con grupos guerrilleros en Colombia sin la participaci¨®n de Cuba¡±, un actor que les genera confianza, se?ala. Colombia, por su parte, ayuda a reintegrar a Cuba en la comunidad internacional y a normalizar su relaci¨®n con Washington. Sacar a La Habana de la famosa lista que comparte con pa¨ªses como Siria, Ir¨¢n y Corea del Norte, sin embargo, es improbable dado el momento pol¨ªtico que atraviesa Estados Unidos, advierte la acad¨¦mica de la Universidad de Los Andes. ¡°La Administraci¨®n Biden va a tratar de moverse al centro pol¨ªtico, eso incluye ponerse un poco m¨¢s duro con el tema migratorio y no ponerse demasiado el¨¢stico o flexible con el de Cuba¡±, valora.

Desde que relev¨® a Duque, el Gobierno de Petro ha volcado la diplomacia colombiana a la causa de la ¡°paz total¡±, su pol¨ªtica bandera, con la que se propone implementar con mayor decisi¨®n el acuerdo con las FARC, dialogar con el ELN y adelantar una pol¨ªtica de sometimiento para grupos criminales como el Clan del Golfo. Los esfuerzos de negociaci¨®n con el ELN, que naci¨® hace m¨¢s de medio siglo justamente bajo el influjo de la revoluci¨®n cubana, tambi¨¦n pasan por La Habana, un socio en la b¨²squeda de la paz.

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