El primer a?o de Petro en cinco fotos: un viaje del optimismo al pesimismo
Gustavo Petro afronta el reto de recuperar el impulso pol¨ªtico tras un a?o en el poder mientras el esc¨¢ndalo de su hijo y los conflictos internos lastran la gesti¨®n de su Gobierno
Quiz¨¢s parece prehistoria, pero hace un a?o el optimismo en Colombia sobre la presidencia de Gustavo Petro rondaba el 56%. Casi doce meses despu¨¦s, el pesimismo ronda el 59%. La luna de miel de la que gozan todos los gobiernos en su primer a?o se mantuvo en el primer semestre: el presidente logr¨® aprobar una reforma tributaria pr...
Quiz¨¢s parece prehistoria, pero hace un a?o el optimismo en Colombia sobre la presidencia de Gustavo Petro rondaba el 56%. Casi doce meses despu¨¦s, el pesimismo ronda el 59%. La luna de miel de la que gozan todos los gobiernos en su primer a?o se mantuvo en el primer semestre: el presidente logr¨® aprobar una reforma tributaria progresiva, restablecer las relaciones diplom¨¢ticas con Venezuela, y sentarse a hablar cordialmente (y hacer alianzas) con antiguos enemigos pol¨ªticos. El proyecto del cambio viajaba en una autopista despejada. Pero la v¨ªa se convirti¨® en una trocha empantanada durante el segundo semestre: los ceses al fuego de la paz total no arrancaban, la coalici¨®n del Gobierno se rompi¨® ante la reforma a la salud, y declaraciones de antiguos aliados y del hijo del presidente propiciaron una herida profunda al Gobierno. El Petro conciliador que llamaba a la unidad pol¨ªtica se ha convertido en uno m¨¢s confrontacional que llama a manifestaciones para defender sus reformas ante los pol¨ªticos, y que pelea seguido con el fiscal (un claro opositor) o los medios (cuando le molesta un ¨¢ngulo desfavorable). Este lunes Petro afronta su primer aniversario y una semana clave para su futuro con el reto de recuperar el impulso pol¨ªtico tras un a?o de gobierno mientras el esc¨¢ndalo de su hijo y conflictos internos lastran la gesti¨®n del presidente de Colombia. As¨ª fue, en cinco fotos, el auge del optimismo y la ca¨ªda libre hacia el pesimismo.
La calma que trajo un economista llamado Jos¨¦ Antonio Ocampo
Despu¨¦s de ser elegido, los nerviosos de ser gobernados por la izquierda le rogaron al presidente que cuidara la econom¨ªa y pensara bien sus decisiones para generar calma en los mercados. Petro escuch¨® la ansiedad, y el primer ministro que anunci¨® fue el de Hacienda, Jos¨¦ Antonio Ocampo, un economista socialdem¨®crata muy respetado a nivel internacional. ¡°Es una persona seria, una persona que inspira confianza¡±, dijo entonces el presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios, el mayor gremio empresarial. Ocampo present¨® una reforma tributaria en el primer d¨ªa del Gobierno, el 8 de agosto, que la coalici¨®n oficialista en el Congreso aprob¨® en solo tres meses¡ªun r¨¦cord in¨¦dito. Fue una reforma progresiva que aumentaba el recaudo con impuestos para los m¨¢s ricos, especialmente el sector petrolero, y cumpl¨ªa con llenar las arcas del Estado para financiar las reformas sociales. Ocampo, adem¨¢s, mantuvo la calma ante la inflaci¨®n y la subida del d¨®lar, e incluso ante quienes se pon¨ªan nerviosos cuando la ministra de Minas, Irene V¨¦lez, hablaba de frenar los nuevos contratos de exploraci¨®n. El ¡®adulto responsable¡¯ de las finanzas, le llamaban. ¡°Logr¨¦ bajar casi cuatro puntos porcentuales las tasas de inter¨¦s de deuda p¨²blica en pesos¡±, dijo a EL PA?S cuando sali¨® del gabinete en mayo. Su sucesor, Ricardo Bonilla, ha cuidado esa calma que Ocampo plant¨®.
Una nueva relaci¨®n con Venezuela y con Estados Unidos
Otro giro que trajo Petro en sus primeros d¨ªas fue el restablecimiento de relaciones con la Venezuela de Nicol¨¢s Maduro¡ªdos Gobiernos que hab¨ªan cortado las reuniones bilaterales durante seis a?os. Desde entonces, Petro y Maduro se han reunido varias veces y han acordado, por ejemplo, que los equipos de investigaci¨®n colombianos puedan buscar restos de personas desaparecidas por paramilitares en Venezuela, y que el gobierno de Maduro acompa?e el proceso de paz con la guerrilla del ELN¡ªun grupo armado que opera, en parte, en territorio venezolano. Los dos pa¨ªses se beneficiaron econ¨®micamente cuando reabrieron el comercio en la larga frontera que comparten. Y, para quienes tem¨ªan que la ideolog¨ªa del presidente y su relaci¨®n con Venezuela pudieran interferir con la armon¨ªa de Colombia hacia su mayor aliado, Estados Unidos, Petro ha sido un fiel intermediario entre su amigo norteamericano y Maduro¡ªsobre todo para presionar que este ¨²ltimo que vaya a elecciones justas en 2024. Petro, adem¨¢s, se reuni¨® con el presidente Joe Biden en abril, cuando volvi¨® a reiterar que considera urgente cambiar el enfoque de la guerra contra las drogas. Si bien Biden no va a darle un vuelco a esta pol¨ªtica por ahora, el tema no fue motivo de disputa, y los mandatarios acordaron cooperar en la protecci¨®n del medio ambiente y, en particular, la Amazon¨ªa. ¡°Espero que podamos profundizar la cooperaci¨®n mutua¡±, dijo Biden tras la reuni¨®n. Poco tiempo despu¨¦s, uno de los grandes logros que pudo presentar presidencia fue una baja considerable en deforestaci¨®n: un 29% de hect¨¢reas destruidas menos en 2022 que en 2021.
La reforma a la salud de la discordia
La ilusi¨®n de unidad que gener¨® el petrismo empez¨® a romperse en febrero, cuando el presidente present¨® su reforma a la salud y varios de sus ministros protestaron. Se anticipaba que la propuesta generar¨ªa divisiones profundas en el gabinete, donde estaban enfrentadas dos visiones: la de la ministra de Salud, Carolina Corcho, que defend¨ªa la eliminaci¨®n de las EPS (Empresas Prestadoras de Salud) para ser reemplazadas por un aseguramiento p¨²blico; y la del exministro de Salud, Alejandro Gaviria, que estaba en la cartera de Educaci¨®n, pero se opon¨ªa a la eliminaci¨®n de las EPS por la ineficiencia que podr¨ªa generar. Poco a poco la iniciativa fue quebrando a la coalici¨®n en el Congreso: se rebelaron conservadores, liberales, miembros del partido de La U, y la iniciativa consentida del presidente solo logr¨® superar un debate de cuatro que enfrenta. Petro le pidi¨® primero la renuncia a Gaviria, por su oposici¨®n a la reforma, y dos meses despu¨¦s a Corcho, por las resistencias que generaba. Salieron tambi¨¦n Jos¨¦ Antonio Ocampo y Cecilia L¨®pez, en parte, por sus cr¨ªticas a esa reforma. En total, Petro sac¨® a 11 de sus 18 ministros iniciales, algo inusual para un presidente en su primer a?o, y un s¨ªmbolo de inestabilidad. El presidente pidi¨® finalmente a los ciudadanos, no a los congresistas, que salvaran sus reformas sociales: convoc¨® marchas en mayo y junio, cuando el bote de la unidad partidista ya se hund¨ªa. ¡°Solicitamos que se aprueben las reformas que Colombia aprob¨® en las urnas¡±, le grit¨® al Congreso, en mayo, rodeado de una multitud cerca a la plaza de Bol¨ªvar. Ninguna de las tres reformas sociales¡ªsalud, laboral o pensional¡ªha sido aprobada.
Los golpes m¨¢s fuertes vienen de los m¨¢s cercanos: de Benedetti a Nicol¨¢s
Si algo ha sido positivo para Petro en su primer a?o de gobierno es que no ha tenido un l¨ªder de oposici¨®n fuerte: mantiene una relaci¨®n cordial con el expresidente ?lvaro Uribe; un acuerdo para comprar tierras f¨¦rtiles a los ganaderos que tem¨ªan que les expropiaran; y quien casi le gana en elecciones presidenciales, el empresario Rodolfo Hern¨¢ndez, est¨¢ investigado por corrupci¨®n y renunci¨® a su posibilidad de ser Senador. Los golpes pol¨ªticos m¨¢s duros que ha recibido el presidente no vinieron de sus enemigos sino de sus m¨¢s cercanos: el exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, y su hijo mayor, Nicol¨¢s Petro. Los dos fueron centrales en la campa?a presidencial en la costa Caribe, y los dos han se?alado, en audios filtrados y ante la justicia, que las arcas de la campa?a recibieron m¨¢s dinero del que deb¨ªan y del que reportaron. El primero fue Benedetti cuando, en medio de una pelea que tuvo con la exjefe de gabinete Laura Sarabia, se filtraron audios en los que ¨¦l le recordaba que hab¨ªa conseguido 15.000 millones de pesos para la campa?a y a?ad¨ªa: ¡°en el momento en que yo diga qui¨¦n dio la plata aqu¨ª en la Costa, yo s¨¦ que es esa mond¨¢, t¨² que no sabes un culo de historia, lee c¨®mo empez¨® el hijueputa 8.000¡å. Los audios no solo se?alan una violaci¨®n a los topes para financiar la campa?a, sino que ese dinero pudo venir del narcotr¨¢fico¡ªel proceso 8.000 fue la investigaci¨®n penal a la campa?a del expresidente Ernesto Samper por recibir dinero del cartel de Cali. Sobre el mismo asunto, Nicol¨¢s Petro dijo a la Fiscal¨ªa, en agosto, que dinero entr¨® de forma ilegal a la campa?a. El primog¨¦nito decidi¨® hablar despu¨¦s de que su expareja, Days V¨¢squez, lo acusara de recibir y quedarse con millones de un exnarco y otros ¡®donantes¡¯ para la campa?a. La primera vez que el presidente habl¨® del tema, en marzo, se alej¨® de su hijo. ¡®Yo no lo cri¨¦¡¯, dijo. Ahora el hijo se?ala al padre y abre el esc¨¢ndalo pol¨ªtico m¨¢s dif¨ªcil que enfrenta el Gobierno.
De la Operaci¨®n Esperanza a la Paz Parcial
Por primera vez un exguerrillero gobierna a Colombia y, como prometido en su compromiso por acabar la guerra, ha intentado darle un nuevo enfoque a la fuerza p¨²blica que un d¨ªa ¨¦l combati¨®. Su momento de gloria m¨¢s reluciente fue cuando impuls¨® exitosamente una alianza entre el ej¨¦rcito y grupos ind¨ªgenas para que buscaran, durante m¨¢s de 40 d¨ªas, a cuatro ni?os perdidos en la selva amaz¨®nica. Una haza?a de pel¨ªcula por cuyos derechos ahora compiten las grandes productoras del mundo. Petro no es el presidente que vino a reforzar la guerra y por eso propuso desde el primer d¨ªa una ¡®Paz Total¡¯¡ªdispuesto no a pelear, sino a sentarse en una mesa con los grupos armados. La Paz Total, sin embargo, a¨²n no arranca del todo. El presidente anunci¨® precipitadamente un cese al fuego con varios grupos en armas el primero de enero, pero no se materializ¨®¡ªel ELN sali¨® r¨¢pidamente a desmentirlo, un golpe pol¨ªtico que dej¨® la impresi¨®n de que el pa¨ªs vive m¨¢s de los impulsos del presidente que de una pol¨ªtica p¨²blica seria en seguridad. La ¡®Paz Total¡¯ no se ha ca¨ªdo, pero avanza a paso de tortuga: aparte de la mesa de negociaciones con el ELN, con quienes finalmente se oficializ¨® un cese al fuego, las discusiones van lentas con las disidencias de las FARC o bandas urbanas como los Shottas y los Espartanos en Buenaventura. La paz toma tiempo ¡ªla negociaci¨®n de gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC tom¨® casi seis a?os. La total tomar¨ªa a¨²n mucho m¨¢s. En tres a?os que le quedan, esa tranquilidad total parece a¨²n muy esquiva para la agenda ambiciosa que sigue prometiendo el presidente.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.