Justificar lo injustificable
Discrepo absolutamente en que discriminaci¨®n, abandono o racismo puedan justificar sembrar terror y zozobra en un gremio o en la poblaci¨®n
Vi con atenci¨®n el editorial que hizo en el noticiero de la televisi¨®n p¨²blica ¨C RTVC Noticias ¨C la colega periodista e integrante de la comunidad ind¨ªgena Kaments¨¢, Sandra Chindoy, luego del ataque que un grupo de ind¨ªgenas Misak hizo contra las instalaciones de Semana el pasado viernes.
La colega Sandra comienza su intervenci¨®n con un rechazo absoluto a las v¨ªas de hecho y los actos de violencia cometidos en contra de la sede del medio de comunicaci¨®n, pero luego de dedicar veinte segundos al repudio de los hechos del d¨ªa, procede a hablar durante m¨¢s de un minuto sobre la manera en que hist¨®ricamente se ha maltratado y estigmatizado a los pueblos ind¨ªgenas en Colombia.
Dice ella, y con raz¨®n, que los ind¨ªgenas llevan d¨¦cadas padeciendo discriminaci¨®n e injustos se?alamientos y que lo ocurrido con Semana deber¨ªa llevarnos a todos a abrir un di¨¢logo sobre porqu¨¦ pas¨® lo que pas¨®. En sus palabras: ¡°hago un llamado para rechazar estas violencias, pero tambi¨¦n ese mismo llamado es a que haya un di¨¢logo para entender por qu¨¦ pasan estos casos¡±. No s¨¦ si entend¨ª mal o si es un exceso de perspicacia, ?pero tras un ataque a un medio de comunicaci¨®n la respuesta desde los medios p¨²blicos es justificarlo con base en las injusticias y se?alamientos que han padecido los perpetradores del ataque?
Reitero: hay que reconocer que s¨ª se ha estigmatizado a los ind¨ªgenas. Pero discrepo absolutamente en que discriminaci¨®n, abandono o racismo puedan justificar sembrar terror y zozobra en un gremio o en la poblaci¨®n. Como bien lo recuerda Sandra en su editorial, la protecci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas est¨¢ consagrada en la Constituci¨®n Pol¨ªtica de Colombia y por ende no es un compromiso de unos pocos, sino deber de todos velar por que haya respeto hacia esas comunidades. Tal vez hemos fallado en eso. Pero eso no es ¨²nicamente culpa de los medios de comunicaci¨®n. Desde los gobiernos hasta aquellos ind¨ªgenas que en algunos sitios del pa¨ªs prefirieron convertirse en aliados de los grupos al margen de la ley han fallado en ese objetivo. Sin embargo, eso no justifica la violencia del viernes pasado.
Aceptar una din¨¢mica en la que se mira hacia otro lado ante hechos violentos porque estos son la consecuencia de errores pasados o presentes es abrir la puerta hacia todo tipo de violencias y, m¨¢s a¨²n, hacia la justificaci¨®n de cualquier clase de horrores.
Mirar hacia otro lado fue lo que hicieron los gobiernos que aceptaron el paramilitarismo porque supuestamente ayudaba a contener a las guerrillas. Vean las consecuencias. Mirar hacia otro lado es lo que han hecho por d¨¦cadas los pol¨ªticos y los gobiernos con la corrupci¨®n. Vean en donde estamos.
Rechazar la violencia no debe ir con asteriscos o con pies de p¨¢gina. La violencia, el terrorismo, las amenazas se rechazan con contundencia y punto. Ya vendr¨¢ el espacio para el debate sobre las causas estructurales de la violencia. Pero decir no a las agresiones incluyendo particulares excepciones es lo mismo que decir ¡°hizo mal, pero ten¨ªa sus motivos¡±, una expresi¨®n que es semilla de muchas violencias que la televisi¨®n p¨²blica jam¨¢s deber¨ªa aplaudir.
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