Ox¨ªgeno y asfixia, las claves de la pol¨ªtica de drogas de Gustavo Petro
El presidente socializ¨® la pol¨ªtica ¡®Sembrando vida desterramos el narcotr¨¢fico¡¯ ante m¨¢s de 3.000 cultivadores de hoja de coca. Hay 32.000 personas en c¨¢rceles por delitos asociados con drogas
El escenario no pod¨ªa ser m¨¢s simb¨®lico para socializar la nueva pol¨ªtica de drogas: El Tambo, en el departamento del Cauca, concentra a miles de campesinos que viven de cultivar hoja de coca, en una regi¨®n que es epicentro del conflicto armado agudizado por el narcotr¨¢fico.
Hasta ese municipio llegaron este martes m¨¢s de 3.000 cocaleros del Cauca, pero tambi¨¦n de Norte de Santander y Putumayo, zonas donde la econom¨ªa de la coca es la principal forma de vida de miles de campesinos. All¨¢ lleg¨® tambi¨¦n el presidente Gustavo Petro para presentarles su nueva pol¨ªtica de drogas llamada ¡®Sembrando vida desterramos el narcotr¨¢fico¡¯, que se trabaj¨® durante un a?o en 27 territorios con muchas de esas comunidades, al tiempo que en sus territorios se viv¨ªa una crisis de la coca, con falta de compradores, por causas sobre las cuales no hay un consenso.
¡°En el Valle del Micay (Cauca) queremos hacer la primera experiencia de cambiar la econom¨ªa (ilegal) por otra. Hablamos de una pol¨ªtica que no se basa en las rejas ni en las extradiciones¡±, dijo Petro, cuyo discurso se centr¨®, como lo ha hecho en escenarios internacionales, en la ¡°hipocres¨ªa¡± de los Estados frente al problema del narcotr¨¢fico. Esta vez, sin embargo, hablaba tambi¨¦n de hipocres¨ªa nacional. ¡°Los narcos no viven en el Valle del Micay, viven en Miami, Madrid o Bogot¨¢. El narcotr¨¢fico no naci¨® en la sangre colombiana¡±, agreg¨®, y mencion¨® que el narcotr¨¢fico ha permeado diferentes instancias como la Fiscal¨ªa o el Congreso.
Acabar el negocio que se ha instalado por d¨¦cadas no ser¨¢ nada f¨¢cil y Petro lo sabe. Colombia es el mayor productor mundial de hoja de coca y de coca¨ªna. El pa¨ªs ha alcanzado la mayor extensi¨®n de plantaciones de coca: las ¨²ltimas cifras se?alan que las hect¨¢reas sembradas pasaron de 204.000 a 230.000 al cierre de 2022. Eso implica que es una forma de ingreso de miles de familias, y los carteles del narcotr¨¢fico est¨¢n m¨¢s activos que nunca.
Aunque el mandatario asegur¨® que su pol¨ªtica de drogas supone una ¡°ruptura¡± de la manera como se ha enfrentado el problema, admiti¨® que no lograr¨¢ desaparecerla por completo. ¡°No podr¨¦ lograrlo en todo el pa¨ªs, pero podemos hacerlo en el Cauca¡±, agreg¨® ante un auditorio lleno de cocaleros, algunos organizados en las guardias ind¨ªgenas y campesinas.
A pocas horas de camino del lugar al que asistieron casi todos los ministros del Gobierno se libra una de las guerras m¨¢s intensas que vive Colombia. En el ca?¨®n del Micay se enfrentan el Ej¨¦rcito con integrantes de las disidencias de las extintas FARC, autodenominadas Estado Mayor Central (EMC), al tiempo que ese grupo se sienta a la mesa con el Gobierno para negociar la paz. La referencia a esa guerra atraves¨® las palabras del Gobierno y tambi¨¦n la de los l¨ªderes que tomaron la palabra. Una pancarta que alzaban algunos campesinos lo dec¨ªa de forma clara: ¡°El ca?¨®n del Micay exige paz en el territorio¡±.
Las estrategias
El enfoque de la pol¨ªtica de drogas de Petro se puede resumir en dos palabras: ox¨ªgeno y asfixia. La primera clave del enfoque se dirige a acabar la dependencia de las poblaciones a la econom¨ªa de las drogas, as¨ª como evitar la criminalizaci¨®n de los campesinos. Y la asfixia contra ¡°actores estrat¨¦gicos y de alto valor del sistema del narcotr¨¢fico¡±, es decir, atacar la infraestructura de la producci¨®n, los insumos y precursores qu¨ªmicos, as¨ª como las finanzas ilegales y el lavado de activos. Adicionalmente, se lee en el documento oficial de la pol¨ªtica, hacer un ¡°uso estrat¨¦gico y eficiente de la erradicaci¨®n¡±.
La pol¨ªtica, cuya implementaci¨®n tendr¨¢ una inversi¨®n de 21 billones de pesos, es liderada por el ministro de Justicia, N¨¦stor Osuna, quien habl¨® en el encuentro. All¨ª se centr¨® en las estrategias del ¡°ox¨ªgeno¡± y dijo que cada vereda o zona rural se acomodar¨¢ a la que m¨¢s se adapte a sus necesidades y territorio. ¡°Una de ellas es hacerlos beneficiarios de predios de la reforma agraria; la otra es para aquellos que tienen hoja de coca en lugares protegidos [como los parques naturales]: el Estado est¨¢ dispuesto a pagarles un salario digno si cambian la actividad de cultivar hoja de coca por plantas propias de la selva y que esta se recupere. Es decir, si pasan de cocaleros a guardabosques; permanecer en los territorios y sustituir la hoja por alg¨²n otro producto agr¨ªcola para lo cual tendr¨¢n auxilios; y la cuarta opci¨®n, seguir cultivando coca, pero con usos l¨ªcitos¡±, dijo. El ministro tambi¨¦n afirm¨® que la pol¨ªtica de drogas es ¡°solidaria con los consumidores para lograr una pol¨ªtica pensada en la protecci¨®n de la vida¡±, y dura e inflexible con las mafias del narcotr¨¢fico.
Aunque los campesinos agradecieron la participaci¨®n en la construcci¨®n de la pol¨ªtica y el cambio de narrativa, no est¨¢n de acuerdo en todos estos puntos. En el que s¨ª hay consenso es en la descriminalizaci¨®n que beneficiar¨ªa, seg¨²n cifras del Ministerio de Justicia, a 32.000 personas que est¨¢n en c¨¢rceles del pa¨ªs por delitos relacionados con droga ¡ªcasi la mitad son mujeres. ¡°Hemos visto algunos vac¨ªos y problem¨¢ticas: la libertad de los presos detenidos por portar una sustancia o por llevar 2 libras de marihuana. El Congreso debe tramitar un proyecto de ley para eso¡±, dijo Buenaventura Opocu¨¦, l¨ªder de los cultivadores de marihuana del norte del Cauca. Por ahora, como anunci¨® el viceministro Camilo Uma?a, trabajan para que 3.500 madres cabeza de familia en esa situaci¨®n puedan cumplir su pena con trabajo social y no privadas de la libertad.
La Coordinadora nacional de cultivadores de hoja de coca y marihuana (Coccam), que agrupa a unos 200.000 cocaleros, tambi¨¦n critic¨® algunos aspectos de la pol¨ªtica. ¡°En este documento no encontramos recogido efectivamente el acuerdo final de paz; se sigue manteniendo la erradicaci¨®n forzada en nuestros territorios y eso no es conveniente para avanzar con los programas de sustituci¨®n de cultivos¡±, le dijo Anc¨ªzar Barrios a Petro. Agreg¨® que les preocupa la militarizaci¨®n de la vida social en las comunidades y que la pol¨ªtica no incluya por igual a la guardia campesina y a la ind¨ªgena.
Son sus l¨ªneas rojas, dijo tambi¨¦n Jos¨¦ William Orozco, de la ATCC y de Coccam. ¡°No es un capricho. Nosotros s¨ª necesitamos que desaparezca la palabra il¨ªcito, por lo menos en relaci¨®n con los cultivadores, que se diferencie: somos cultivadores agrarios de la hoja de coca¡±.
Desde el Pac¨ªfico nari?ense, donde se vive una guerra cruenta, tambi¨¦n le hicieron exigencias al Gobierno para que la pol¨ªtica no se quede en palabras y vuelvan a sufrir la frustraci¨®n por el fracaso que explican fue el Programa nacional de sustituci¨®n de cultivos il¨ªcitos (PNIS). ¡°Estamos preocupados porque muchos de sus funcionarios est¨¢n como ruedas sueltas. La invitaci¨®n es a articular¡±, dijo Nilson Estupi?¨¢n, l¨ªder del Pac¨ªfico nari?ense, para quien esta pol¨ªtica es sobre todo un ¡°punto de partida¡±.
Uno de los temas en los que hay consenso es en el fomento de los usos l¨ªcitos de la hoja de coca. ¡°Las plantas no son las responsables de que alguien les haya metido la nariz. Nosotros llev¨¢bamos a?os diciendo a los gobiernos que pod¨ªamos hacer productos como harina de coca y se re¨ªan de nosotros. Yo les digo: la harina de coca puede alimentar este pa¨ªs. Ah¨ª hay un negocio para los campesinos¡±, a?adi¨® C¨¦sar Juli¨¢n D¨ªaz Morales, l¨ªder de la Fundaci¨®n orogr¨¢fica del macizo colombiano (Fundecima).
De eso mismo habl¨® Petro. ¡°?C¨®mo podemos coger la hoja de coca y volverla fertilizante? Porque yo no satanizo la hoja de coca¡±, dijo el mismo presidente, que le pidi¨® al secretario general de las Naciones Unidas (Ant¨®nio Guterres) que saque la hoja de coca de las llamadas sustancias prohibidas. ¡°La hoja de coca no tiene la culpa. Es la transformaci¨®n industrial de unos mercaderes lo que produce el efecto negativo¡±.
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