Manual para entender la desilusi¨®n
Todo el espacio que se gan¨® para el voto de opini¨®n hace cuatro a?os lo van a copar los clanes y sus tent¨¢culos. Ellos ser¨¢n los grandes ganadores de las elecciones de este domingo
Hace cuatro a?os, en las elecciones de alcaldes y gobernadores que se celebraron en Colombia en 2019, la paliza fue para la todopoderosa clase pol¨ªtica, la misma que ha hecho de la corrupci¨®n y de la compra del voto su marca de f¨¢brica y su sello. Cuando menos se lo esperaban, los colombianos votaron por abrirle campo a nuevos partidos independientes y a voces que rescataron la ilusi¨®n que muchos hab¨ªamos perdido desde 2016, cuando no fuimos capaces de refrendar el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, y se nos escap¨® entre los dedos la paz.
Cuatro a?os han pasado desde entonces y el panorama que se avizora para estas nuevas elecciones no puede ser m¨¢s desconsolador. Todo indica que vamos para atr¨¢s, como los cangrejos, de vuelta a la misma podredumbre de siempre y que la gran derrotada va a ser la esperanza.
Hace cuatro a?os en las elecciones del 2019 Colombia vivi¨® una epifan¨ªa. Cuando ya muchos colombianos cre¨ªamos que era imposible cambiar la manera de hacer pol¨ªtica en las regiones, sucedi¨® lo inesperado. Por primera vez los colombianos votaron por abrirle campo a una serie de movimientos y partidos independientes que apelaban al voto de opini¨®n. Curiosamente, entre esas voces nuevas no estuvo la izquierda de Gustavo Petro. Su movimiento, Colombia Humana, obtuvo el 0,3% de los votos y solo logr¨® elegir a Juli¨¢n Conrado, un exguerrillero de las FARC que era compositor de corridos revolucionarios, como el nuevo alcalde de Turbaco, una peque?a poblaci¨®n cercana a Cartagena.
La novedad y el ox¨ªgeno vinieron por cuenta de un partido relativamente nuevo, la Alianza Verde, que se hab¨ªa esmerado por escoger candidatos de centro-izquierda que no tuvieran ataduras con las maquinarias electorales.
En Colombia los partidos se han convertido en oficinas especializadas en la entrega de avales a pol¨ªticos con hojas de vida impresentables. Como ya los partidos no representan mayor cosa, el poder de la pol¨ªtica regional ha reca¨ªdo en unas estructuras de poder mafiosas que los colombianos conocemos como clanes.
Las voces nuevas que fueron elegidas hace cuatro a?os golpearon a esos clanes y su llegada al poder cre¨® la ilusi¨®n de que iban a darse cambios en la forma de hacer pol¨ªtica en Colombia. Esta bocanada de aire fresco se sinti¨® especialmente con el triunfo de Claudia L¨®pez en Bogot¨¢.
Era la primera vez que llegaba a dirigir los destinos de la capital una mujer arrolladora, de ideas progresistas, lesbiana, que adem¨¢s hab¨ªa dedicado su vida a denunciar a los corruptos y a los gamonales de la pol¨ªtica que cohabitaban con los paramilitares y las mafias del narcotr¨¢fico. Su partido, la Alianza Verde, tambi¨¦n era una apuesta nueva que contrastaba con los dem¨¢s partidos que solo aparecen en la ¨¦poca de elecciones para afinar su ¡°c-v-y¡±, (c¨®mo-voy-yo en la vuelta). Estos clanes funcionan como unas m¨¢quinas electorales donde los votos se compran como si fueran una mercanc¨ªa y las campa?as son financiadas por contratistas que aspiran a ser retribuidos con contratos una vez su candidato resulte elegido.
En las elecciones de 2019, la Alianza Verde propuso un camino distinto y los colombianos votaron por esa ilusi¨®n. Pero el partido no solo gan¨® en Bogot¨¢, sino tambi¨¦n en Cali con Jorge Iv¨¢n Ospina, un pol¨ªtico de izquierda, hijo de un guerrillero del M-19 que ya hab¨ªa sido alcalde de esa ciudad. En Manizales, una ciudad intermedia donde no hab¨ªa mucho voto de opini¨®n, result¨® electo por esa misma formaci¨®n Carlos Mario Mar¨ªn, un pol¨ªtico que fue perfilado como una de las figuras m¨¢s promisorias de la colectividad.
Cap¨ªtulo aparte fue el triunfo de Daniel Quintero en Medell¨ªn, la segunda ciudad de Colombia, reconocida por ser un fort¨ªn del uribismo. Quintero era un joven pol¨ªtico que se hab¨ªa iniciado en el Partido del Tomate, un movimiento que sol¨ªa coger a tomatazos a todos los pol¨ªticos corruptos que dilapidaron los presupuestos de Medell¨ªn. Quintero hizo una campa?a expr¨¦s sin muchos recursos y arras¨®. Su triunfo no solo fue una derrota para el uribismo sino la se?al inequ¨ªvoca de que ven¨ªan buenas noticias para la aburrida y previsible politiquer¨ªa colombiana. Sin embargo, lo que vino fue la desilusi¨®n.
La Alianza Verde, el partido que iba a ser la gran esperanza de cambio, est¨¢ enfrentando la peor crisis de su corta historia. Anda dividido, anegado por peleas intestinas entre quienes quieren apoyar al Gobierno de Petro y entre quienes piensan que el antipetrismo es la v¨ªa para llegar al poder en las pr¨®ximas elecciones presidenciales del 2026.
Claudia Lopez, de la que tanto se esperaba, se va de la Alcald¨ªa sin dejar mayor legado y con unos ¨ªndices de popularidad muy bajos. Sus salidas xen¨®fobas contra los venezolanos, a quienes se?al¨® de ser los responsables del incremento de la inseguridad en la capital, la insistencia en macartizar a los j¨®venes que salieron a protestar luego de la pandemia y la manera burda como termin¨® utilizando el poder de la Alcald¨ªa para pavimentar su aspiraci¨®n a la presidencia, mostraron un talante que se le desconoc¨ªa. La Claudia L¨®pez de hoy, se ha convertido en una pol¨ªtica que hace m¨¢s de lo mismo y que parece estar dispuesta a venderle el alma al diablo con tal de llegar a la Presidencia. De esa Claudia L¨®pez independiente y desprendida, que se atrev¨ªa a decir las cosas por su nombre que muchos conocimos y admiramos, no queda ni el rastro.
Del alcalde de Cali ni hablemos. Va a salir en medio de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y de un desgobierno que tiene a esa ciudad postrada. Y en cuanto al alcalde de Manizales, que iba a ser la gran esperanza del partido Verde, result¨® envuelto en un escandalo por haber utilizado fondos de la ciudad para firmar un memorando de cooperaci¨®n que buscaba ense?arle ingl¨¦s a sus gobernados con un pa¨ªs que no existe llamado Libertland.
Y Daniel Quintero, en Medell¨ªn, de ser la gran esperanza termin¨® comport¨¢ndose como cualquier cacique. Tuvo un buen comienzo cuando logr¨® retomar el poder sobre la Empresa de Energ¨ªa de Medell¨ªn, una de las m¨¢s importantes del pa¨ªs, pero por el camino se fue enredando y termin¨® aliado con fuerzas pol¨ªticas muy cuestionadas, que arrastran su rabo de paja. Acab¨® renunciando a la Alcald¨ªa para apoyar a su candidato, que no parece repuntar en las encuestas. En Medell¨ªn va a ganar Fico, Federico Guti¨¦rrez, el candidato del notablato, de la derecha, del centro y hasta de la centro-izquierda. Fue tan funesta la administraci¨®n de Quintero que logr¨® unir a todos en su contra.
En estas elecciones hay candidatos que ya est¨¢n elegidos por cuenta del poder que tienen los clanes. Es el caso de ?lex Char, quien ser¨¢ por tercera vez alcalde de Barranquilla, pese a que tiene en su contra una investigaci¨®n por compra de votos y por tentativa de homicidio, cargos que comparte con su hermano preso, el expresidente del Congreso Arturo Char.
En el Cesar, la tierra del vallenato y las mariposas amarillas, se elegir¨¢ a la candidata de los Gnecco, ese clan integrado por varios miembros de una misma familia se?alada por la justicia de formar parte de una organizaci¨®n criminal que maneja el contrabando de gasolina y que aparece como responsable de varios asesinatos. A pesar de que su jefa, Cielo Gnecco, es pr¨®fuga de la justicia, todo indica que su candidata, Elvia San Juan, va a ser la gobernadora del Cesar. Ojal¨¢ me equivoque.
Las mujeres han reducido su partici¨®n en estas elecciones y dentro de las pocas que se han presentado solo una minor¨ªa posee una conciencia de g¨¦nero y se declara feminista. La mayor¨ªa son mujeres que terminaron en la pol¨ªtica porque heredaron de sus esposos su caudal electoral debido a que muchos de ellos o est¨¢n pagando condena por corruptos o ya la pagaron y no pueden volver a la pol¨ªtica.
Todo el espacio que se gan¨® para el voto de opini¨®n hace cuatro a?os lo van a copar los clanes y sus tent¨¢culos. Ellos ser¨¢n los grandes ganadores de las elecciones de este domingo.
El petrismo, que por primera vez se presenta a estas elecciones luego de haber ganado la presidencia, tambi¨¦n qued¨® en deuda. La coalici¨®n integrada por varios movimientos y partidos de izquierda, que tuvo una gran votaci¨®n en las elecciones de Congreso, no pudo presentar candidatos que representaran el cambio y, por el contrario, en muchos departamentos la izquierda termin¨® apoyando a candidatos provenientes de las canteras de la pol¨ªtica clientelista.
Estas ser¨¢n unas elecciones aburridas, corruptas, previsibles y sin ilusi¨®n.
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