La alcaldesa de Bogot¨¢ agita la bandera de la xenofobia contra los venezolanos en Colombia
Claudia L¨®pez se aleja de sus credenciales progresistas al relacionar en su discurso el crimen en la capital con la migraci¨®n y desata cr¨ªticas incluso de sus aliados y se a¨ªsla pol¨ªticamente
En momentos en que Colombia se prepara para aterrizar un estatuto de protecci¨®n elogiado por la comunidad internacional, la alcaldesa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez, ha agitado una vez m¨¢s la xenofobia contra los migrantes venezolanos en una actitud que la aleja de sus credenciales progresistas y ha despertado cr¨ªticas hasta de sus aliados pol¨ªticos. Sus declaraciones se han producido a cuentagotas, en distintos momentos, espaciadas en el tiempo a lo largo del ¨²ltimo a?o, pero se intensificaron la semana pasada despu¨¦s del atroz asesinato de un polic¨ªa en una de las zonas m¨¢s transitadas de la capital colombiana en medio de una serie de balaceras que hacen temer un deterioro de la seguridad.
El patrullero Edwin Caro fue asesinado de un disparo en el rostro la tarde del pasado mi¨¦rcoles en el acomodado norte de Bogot¨¢, cuando junto a otro uniformado detuvieron para una requisa a dos sospechosos que estaban armados con rev¨®lveres. Uno de ellos sac¨® su arma y abri¨® fuego contra el patrullero. Ambos eran venezolanos, como ha enfatizado desde entonces la alcaldesa. ¡°No es la primera vez, desafortunadamente (...) que tenemos actos muy violentos de migrantes venezolanos. Primero asesinan y luego roban. Necesitamos garant¨ªas para los colombianos. Respeto profundamente las pol¨ªticas del Gobierno nacional, pero los colombianos tambi¨¦n necesitan garant¨ªas¡±, dijo L¨®pez en una de muchas declaraciones del mismo corte que han agitado el debate p¨²blico. ¡°A los venezolanos todo se les ofrece, qu¨¦ garant¨ªas tenemos los colombianos¡±, se pregunt¨®.
Esas palabras exacerbaron la controversia. Desde muy diversos sectores le reclaman que juega peligrosamente con la xenofobia en un pa¨ªs que ha mantenido contra viento y marea una elogiada pol¨ªtica de acogida y flexibilidad migratoria sometida a una enorme presi¨®n social. Tambi¨¦n que sus cr¨ªticas se producen justo cuando el Gobierno de Iv¨¢n Duque se propone regularizar a cerca de un mill¨®n de venezolanos indocumentados ¨Cde los m¨¢s de 1,7 millones que ya se encuentran en Colombia¨C mediante un estatuto temporal de protecci¨®n con una vigencia de 10 a?os. Las encuestas se?alan que no es una medida popular, y dos tercios de los colombianos est¨¢n en desacuerdo. Aunque los contrapunteos de L¨®pez con Duque son cotidianos, acentuados especialmente con respecto al manejo de la crisis sanitaria, en esta ocasi¨®n hasta sus m¨¢s estrechos aliados percibieron que la alcaldesa del partido progresista Alianza Verde cruz¨® una l¨ªnea roja.
¡°As¨ª como he resaltado el buen liderazgo de Claudia en la conducci¨®n de Bogot¨¢ en uno de los periodos m¨¢s dif¨ªciles, hoy lamento sus declaraciones con respecto a los migrantes venezolanos. No podemos, bajo ning¨²n motivo, caer en expresiones que alimentan la xenofobia¡±, se?al¨® el excandidato presidencial Sergio Fajardo sobre quien fue su f¨®rmula electoral en la campa?a del 2018. ¡°Se?alar la nacionalidad de quien comete un delito es un error grav¨ªsimo, no es efectivo para combatir la inseguridad y puede alentar la xenofobia¡±, advirti¨® su copartidaria Juanita Goebertus, una entre varios legisladores verdes que marcaron distancia. La mitad de los concejales de la capital le enviaron una carta para pedirle una retractaci¨®n que nunca se produjo. Otras figuras de centro, con las que la Alianza Verde intenta forjar una coalici¨®n de cara a las presidenciales del 2022, tambi¨¦n se mostraron cr¨ªticos. El excongresista Juan Manuel Gal¨¢n incluso se pregunt¨® si la xenofobia es la pol¨ªtica de la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ y de Claudia L¨®pez frente a la crisis de seguridad.
¡°Nos preocupa mucho que una autoridad de la importancia de la alcaldesa de Bogot¨¢, el segundo cargo de elecci¨®n popular m¨¢s importante del pa¨ªs, pueda abrir las puertas a manifestaciones xen¨®fobas mucho m¨¢s amplias, y con posibles consecuencias m¨¢s peligrosas¡±, advierte Txomin Las Heras, de la organizaci¨®n Di¨¢logo ciudadano colombo venezolano. M¨¢s de cinco millones de venezolanos han huido de su pa¨ªs empujados por la hiperinflaci¨®n, la inseguridad o la escasez de alimentos y medicinas. Colombia es por mucho el principal destino de esa di¨¢spora, y la ciudad que acoge m¨¢s migrantes es su capital, con casi 340.000.
Muchos de sus cr¨ªticos le recordaron a L¨®pez que varios estudios evidencian que los venezolanos en Colombia son v¨ªctimas de la criminalidad, m¨¢s que perpetradores. Desde la administraci¨®n, sin embargo, sostienen que las cifras les dan la raz¨®n. Ante la percepci¨®n de un aumento de la inseguridad ¨Cque las autoridades desmienten¨C, a la alcaldesa se le ha vuelto costumbre referirse selectivamente a la nacionalidad de los autores de ciertos delitos. Luego de sus declaraciones, las publicaciones discriminatorias en redes y medios de comunicaci¨®n crecieron 576 % de acuerdo con el Bar¨®metro de Xenofobia, una plataforma que hace seguimiento de las expresiones sobre la poblaci¨®n migrante. Tambi¨¦n tuvieron el efecto de impulsar en 1.152% las publicaciones sobre integraci¨®n.
La inmensa mayor¨ªa de los venezolanos forman parte de las franjas m¨¢s vulnerables. La alcaldesa, que suele definirse como una mujer diversa y hecha a pulso, lanz¨® las primeras declaraciones que podr¨ªan ser consideradas discriminatorias el pasado abril, cuando reclam¨® con insistencia que fueran las autoridades nacionales las que atendieran a los migrantes que en aquel entonces eran desalojados de sus viviendas. ¡°Ya pagamos la comida, ya pagamos el nacimiento, ya pagamos el jard¨ªn, ya pagamos la escuela, ya damos empleo. Que pena que lo ¨²nico que no podemos cubrir, es el arriendo¡±, dijo. Despu¨¦s comenz¨® a relacionar los delitos con el flujo migratorio. ¡°Hay unos inmigrantes metidos en la criminalidad que nos est¨¢n haciendo la vida a cuadritos¡±, dijo en octubre.
L¨®pez se ha esforzado en retratarse como una alcaldesa cuidadora, ubicada en el centro del espectro pol¨ªtico y por encima de la polarizaci¨®n. Parad¨®jicamente, desde la Alcald¨ªa ha encabezado los esfuerzos para desactivar la bomba social que ha provocado la pandemia al garantizar transferencias de recursos a los m¨¢s vulnerables, pero los migrantes han aparecido de manera recurrente como un punto de fricci¨®n en su discurso. La alcaldesa comenz¨® la crisis sanitaria como la l¨ªder mejor evaluada en el pa¨ªs, pero la erosi¨®n de su popularidad ha sido evidente en los ¨²ltimos meses. En la medici¨®n de Invamer-Gallup, en la que lleg¨® a alcanzar el 89% de aprobaci¨®n el pasado abril, esa cifra cay¨® hasta 52% este mes, con un 43% de desaprobaci¨®n.
¡°L¨®pez ha decidido utilizar el mismo recurso de los populistas en todo el mundo cuando se ven enfrentados a cifras incontrolables de inseguridad: culpar al migrante, generalizar, hacer declaraciones manipuladoras de la realidad y fomentar la violencia contra los venezolanos que viven en nuestro pa¨ªs¡±, la fustig¨® el peri¨®dico El Espectador en su editorial. ¡°Se trata de un discurso discriminatorio que funciona, pues hoy muchos colombianos han permitido que el desprecio por los for¨¢neos sea una posici¨®n mayoritaria, pero no deja de ser un acto cruel y que contradice todas las promesas de inclusi¨®n que hace el Distrito¡±.
Aunque la tormenta coyuntural amaine, las consecuencias perduran. ¡°Declaraciones as¨ª muestran un ambiente y un clima institucional no muy propicio para la implementaci¨®n del estatuto desde lo local, y es preocupante¡±, valora Mar¨ªa Clara Robayo, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. Esos mensajes terminan legitimando narrativas en las que la imagen de los migrantes se construye a partir de estereotipos negativos. ¡°La xenofobia termina aumentando la tensi¨®n social, que es con lo que nos quedamos¡±, concluye.
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