D¨¦jennos ser malas pol¨ªticas
Parece que los altos est¨¢ndares usualmente los aplicamos para las mujeres mientras la flexibilidad la reservamos para los hombres
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El resultado de las pasadas elecciones regionales en Colombia deja un sabor agridulce en lo que respecta a la paridad de participaci¨®n y representaci¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica. De acuerdo con el balance realizado por la organizaci¨®n Sisma Mujer, hubo un aumento en las candidaturas registradas para gobernaciones y alcald¨ªas en comparaci¨®n con las elecciones anteriores, cuatro a?os atr¨¢s. Adem¨¢s, fueron seis las mujeres elegidas como gobernadoras (Cesar, Meta, Choc¨®, Valle del Cauca, Tolima y Sucre), un r¨¦cord hist¨®rico. Representan el 18,75%, cuando ven¨ªamos de un escas¨ªsimo 6,25%. Para las Alcald¨ªas tambi¨¦n hubo un aumento, aunque t¨ªmido, con 142 mujeres elegidas: un 12,9% del total, apenas 0,9% m¨¢s que en 2019.
El lado agrio es que solo una mujer qued¨® elegida como alcaldesa (Ibagu¨¦) entre las 32 capitales departamentales. Y que en Bogot¨¢, desde las elecciones del 2011 no ten¨ªa lugar un proceso electoral sin siquiera una candidata a la Alcald¨ªa. Y, bueno, al fin y al cabo, tanto en alcald¨ªas como gobernaciones los hombres siguen ocupando m¨¢s del 80% de estos puestos.
Ahora estas mujeres electas se enfrentar¨¢n a un nuevo reto: la presi¨®n de hacerlo excepcionalmente bien.
Una de las frases que m¨¢s me llama la atenci¨®n cuando una mujer electa o nombrada en un cargo de alto nivel no tuvo buenos resultados o, incluso, particip¨® en hechos corruptos, es: ¡°No vuelvo a votar por una mujer¡±. Siempre me quedo pensando que nunca he escuchado esta frase con relaci¨®n a un hombre. ?Un presidente acusado de recibir financiaci¨®n del narcotr¨¢fico? ?No vuelvo a votar por un hombre! ?Un alcalde se rob¨® dinero p¨²blico? ?No vuelvo a votar por un hombre! ?Un ministro de Defensa sin ning¨²n conocimiento del sector? ?No vuelvo a votar por un hombre! ?Un presidente con baja aprobaci¨®n? ?No vuelvo a votar por un hombre! ?Un director de programa con pocos resultados? ?No vuelvo a votar por un hombre! Pero no, esto no pasa. Bueno, s¨ª pasa si eres mujer.
De esta l¨®gica se desprende un mensaje impl¨ªcito: a las mujeres se les pide no defraudar porque podr¨ªan cerrarle la puerta a las siguientes. El pa¨ªs va a estar mirando qu¨¦ tal lo hacen. Al parecer, est¨¢n obligadas a demostrar que merecen ese puesto de liderazgo. Son peticiones y presiones injustas y problem¨¢ticas, porque fomentan y promueven la idea de que las mujeres debemos ser perfectas e impolutas. Todo lo debemos hacer bien. No podemos equivocarnos, no podemos hacerlo mal. No podemos hacerlo siquiera regular: no podemos pasar de agache.
Ser perfectas tambi¨¦n incluye satisfacer a todas las personas y objetivos posibles: ¡°No sirve cualquier mujer, tiene que ser¡¡± y la frase se completa con un adjetivo exigente pero muchas veces contradictorio: tiene que ser buena ejecutora y dar resultados, pero tambi¨¦n preocuparse por los procesos; tiene que trabajar m¨¢s que el resto, pero tambi¨¦n dar juego; tiene que ser transparente, pero tambi¨¦n estrat¨¦gica; debe tener el mejor equipo, pero tambi¨¦n liderar y ser aut¨®noma; tiene que alzar la voz, pero a veces solo lo necesario; debe tener muy buena apariencia, pero no demasiado buena porque entonces quiz¨¢s solo se preocupa por la est¨¦tica; tiene que ser feminista, pero para algunos mejor si no lo es mucho; tiene que estar preparada, pero mejor si es moderada con su conocimiento porque puede quedar como arrogante.
Todo esto mientras que a muchos hombres pol¨ªticos s¨ª les perdonamos que sean un poquito machistas, que no siempre est¨¦n trabajando, que est¨¦n algo desarreglados, que alcen su voz constantemente, que ejecuten m¨¢s o menos. Parece que los altos est¨¢ndares usualmente los aplicamos para las mujeres mientras la flexibilidad la reservamos para los hombres.
Cuando hay una decepci¨®n por el desempe?o de una mujer, a esa presi¨®n se le suma ¡°?por qu¨¦ votar por mujeres si ser mujer no es garant¨ªa de nada?¡±. Y efectivamente: no deber¨ªamos ser garant¨ªa de nada. Porque ?de qu¨¦ debemos ser garant¨ªa? ?Del detalle? ?Del buen trabajo? ?De la honradez? No venimos con sello de garant¨ªa porque no somos un grupo homog¨¦neo. Pero aparentemente, cuando se vota por un hombre se vota por un pol¨ªtico, pero cuando se vota por una pol¨ªtica se escoge a una mujer. Parece que esta es su principal caracter¨ªstica y todo ser¨¢ juzgado en funci¨®n de eso. Y para rematar, el resto de las mujeres heredamos el acierto o desacierto con el que gobierne.
Pero no solo se nos exige m¨¢s que a los hombres, sino que se nos apoya menos. De acuerdo con informes de Transparencia por Colombia y el Instituto Holand¨¦s para la Democracia Multipartidaria, hay un sinn¨²mero de barreras que limitan las posibilidades de participacio?n pol¨ªtica de las mujeres. Las organizaciones pol¨ªticas invierten escasos recursos estatales para la inclusi¨®n efectiva de las mujeres en pol¨ªtica. Tampoco hay igualdad en el acceso a los recursos para las campa?as pol¨ªticas. Esto se agrava si se tiene en cuenta que, adem¨¢s, las candidatas mujeres parten con desventaja y, seg¨²n estos mismos informes, tienen que invertir m¨¢s que los hombres para salir elegidas.
Adem¨¢s, al ser candidatas y electas muchas veces se ven sujetas a discriminaciones espec¨ªficas por parte de miembros de su propio partido, de servidores p¨²blicos y de no pocos votantes. Con mayor frecuencia que a los hombres se les impide o restringe el uso de la palabra y se descalifican o ridiculizan p¨²blicamente sus propuestas. Las llaman ¡°hist¨¦ricas¡±, ¡°menopa¨²sicas¡±, ¡°locas¡±, ¡°perras¡±, ¡°brutas¡±, ¡°gordas¡± y son objeto de tratos inc¨®modos e inapropiados. Una vez m¨¢s, la categor¨ªa ¡°mujer¡± sobrepasa a la m¨¢s general ¡°personalidad pol¨ªtica¡±. Una vez m¨¢s, ahora por el lado negativo, no estamos en igualdad de condiciones.
Alg¨²n lector malintencionado querr¨¢ interpretar que considero que debemos aplaudir y ser condescendientes con las mujeres que no lo hagan bien. Pero lo que propongo es mucho m¨¢s sencillo: que nos exijan y nos apoyen por igual. A los pol¨ªticos hay que exigirles por ser pol¨ªticos. Entre tantas barreras y presiones espec¨ªficas con las que las potenciales candidatas saben que tendr¨¢n que cargar, muchas terminar¨¢n alej¨¢ndose de la aspiraci¨®n de tener cargos pol¨ªticos importantes. Las entiendo. Hay pocos incentivos. Pero ojal¨¢ esto cambie porque estamos repeliendo talento femenino que de otra manera podr¨ªa entrar a servir a la ciudadan¨ªa. Y sobre todo porque si esto no cambia seguir¨¢n siendo mayoritariamente los hombres qui¨¦nes deciden las pol¨ªticas en nuestro pa¨ªs.
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