Vera Grabe: ¡°La paz implica transformarse uno mismo¡±
La cabeza del equipo negociador del Gobierno de Gustavo Petro en los di¨¢logos con el ELN cuenta su experiencia como firmante de otra paz, hace 34 a?os, y explica en qu¨¦ punto est¨¢ el proceso que se reinicia este domingo
Las facetas variadas de Vera Grabe Loewenherz (Bogot¨¢, 73 a?os) dan cuenta de su habilidad de adaptaci¨®n, del modo en que, desde distintos ¨¢ngulos, ha buscado entender Colombia. Insiste en que ella no solo fue La Mona, una joven que a sus de 21 a?os hizo parte de la creaci¨®n de la guerrilla del M-19, sino que desde 1990, cuando esa insurgencia entreg¨® las armas, se ha dedicado a estudiar c¨®mo materializar la paz. Es antrop¨®loga de profesi¨®n, maestra en Historia y doctora en Conflicto y Democracia.
Con Mar¨ªa Eugenia V¨¢squez fue una de las dos mujeres de Comuneros, el n¨²cleo fundador del Movimiento 19 de abril o M-19. Fue la primera exguerrillera con curul en la C¨¢mara de Representantes. Y desde el 11 de diciembre es la primera mujer en liderar una mesa de di¨¢logos de paz en Colombia, esta vez como cabeza de la delegaci¨®n del Gobierno en las negociaciones con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN).
Antes de viajar a Cuba, donde este domingo se inicia el sexto ciclo de conversaciones de ese proceso, atiende la entrevista en medio del traj¨ªn. Tras una primera impresi¨®n de persona reservada, incluso t¨ªmida, esta mujer de ojos azules brillantes y pelo rizado pasa a ser bromista, de respuestas extensas que muestran su convicci¨®n de que la paz es el camino para materializar los anhelos del cambio que, sigue creyendo, necesita el pa¨ªs.
Pregunta. ?En qu¨¦ estado se encuentran las negociaciones con el ELN?
Respuesta. Avanzan. Aunque salir de la guerra a la paz es un reto, y m¨¢s en un contexto de m¨²ltiples actores, con la poblaci¨®n cansada de la violencia, hay una serie de acuerdos ya firmados y en proceso de ejecutarse, porque el criterio es que, lo que se va acordando, se va realizando. Eso avanza en varios carriles paralelos. Uno es la participaci¨®n social, que ha tenido resultados m¨¢s all¨¢ de lo esperado. Han colaborado m¨¢s de 2.000 organizaciones y 3.000 personas, lo que denota entusiasmo por este proceso. Otro carril es el cese el fuego. Parar los enfrentamientos entre las dos partes ha sido muy importante. El tercero son las acciones humanitarias, en el que se han hecho las caravanas y acciones con los presos pol¨ªticos del ELN. El cuarto son las zonas cr¨ªticas, los lugares con presencia del ELN en los que debemos mostrar transformaciones.
Detr¨¢s de eso hay otro tema crucial, que es c¨®mo se piensa al ELN en la paz. Lo hemos llamado ¡°horizontes¡±. Pensar en el futuro, adem¨¢s de resolver los temas urgentes, permitir¨ªa iluminar que la paz no es solo un fin, sino sobre todo un nuevo comienzo.
P. ?Y ha visto que tengan esa claridad sobre su futuro?
R. Es todav¨ªa un tema por abordar, que ser¨¢ importante para darle claridad al proceso. No solo se trata del fin del conflicto, sino de una nueva historia del ELN. Asumir las responsabilidades propias y verse como parte de la soluci¨®n.
P. Desde la experiencia del M-19, ?c¨®mo se logra eso?
R. El Eme ya hab¨ªa decidido que quer¨ªa la paz, y ese fue el punto de partida. Por eso result¨® m¨¢s sencillo discutir qu¨¦ pasa despu¨¦s, qu¨¦ hacer con las armas. En el caso del M-19 estaba claro; en este caso es un tema que todav¨ªa no se toca, es dif¨ªcil. Hay que construir todo el proceso con mucho cuidado, porque cada uno es distinto. Tenemos que aprender de las experiencias para construir un proceso con su propia din¨¢mica, con su propia perspectiva.
P. Aunque han pasado m¨¢s de 30 a?os desde entonces, ?cree que ahora podr¨ªan aplicarse aprendizajes de aquel momento?
R. Despu¨¦s de haber dejado las armas estuve en la pol¨ªtica, en la diplomacia y me he dedicado a estudiar la paz. Hice un doctorado sobre paz y la he trabajado como una pedagog¨ªa de transformaci¨®n cultural. Todo eso hay que incorporarlo en estos procesos. Se piensa que la pedagog¨ªa es solo explicar los procesos, pero en Colombia lo que tenemos es que cambiar de mentalidad. Hay que lograr que la sociedad se transforme y se baje de la l¨®gica de violencia, de los prejuicios, cosas que est¨¢n muy presentes en nuestras vidas. Eso hay que trabajarlo y deber¨ªa ser un prop¨®sito nacional. Las negociaciones tienen que mostrar resultados para la gente y a la vez lograr que las personas se apropien de la paz.
P. Habla de las transformaciones que trae consigo la paz. ?A usted la transform¨® la paz? ?C¨®mo fue ese proceso para Vera Grabe?
R. La paz implica transformaciones en uno mismo. Es una experiencia en la que uno tiene que bajarse de una serie de l¨®gicas. Esto tambi¨¦n es en primera persona, tantos en los actores como en los delegados. Finalmente, la paz es que todos cambiemos de perspectiva y nos paremos de otra manera frente al otro. Para m¨ª fue muy liberadora, pude retomar muchas cosas, salir de la clandestinidad, de tantas limitaciones. A nivel personal, el gran hallazgo ha sido entender que la paz tambi¨¦n revoluciona. Soy de una generaci¨®n que creci¨® con la idea de que la violencia era la que cambiaba la historia; sin embargo, entend¨ª que la paz no es un estado ideal al que llegar, sino una fuerza que moviliza, que permite ver la vida de otra manera.
P. ?Siente que su historia en la insurgencia puede generar mayor recepci¨®n en los otros actores?
R. A algunos los conozco desde la ¨¦poca de la Coordinadora Guerrillera Sim¨®n Bol¨ªvar. Hay una historia compartida, que quiz¨¢ puede ayudar, pero solo en la medida en que logremos conectar, en que uno escuche al otro y busque no justificarlo sino reconocerlo m¨¢s all¨¢ del prejuicio. Eso es primordial.
P. Adem¨¢s de esa diferencia, ?ve otros cambios relevantes en el pa¨ªs con respecto al momento en el que usted dej¨® las armas?
R. S¨ª, es un momento muy distinto. En ese momento no hab¨ªa la polarizaci¨®n pol¨ªtica actual. Tampoco hab¨ªa todos los subgrupos armados que vemos ahora. En ese entonces hubo participaci¨®n de la sociedad. Una constante en todos los procesos es ver c¨®mo participa la sociedad civil, porque tiene que tener injerencia y voz.
P. ?Qu¨¦ cambi¨® con el reemplazo de Danilo Rueda por Otty Pati?o como alto comisionado de Paz?
R. Hay continuidad. Lo que hizo Danilo fue abrir muchas puertas, muchas perspectivas; a ese amplio panorama ahora hay que organizarlo y ponerle una ruta. Otty est¨¢ planteando una serie de ¨¦nfasis. Sobre todo, hay que conectar los diferentes di¨¢logos. Cada uno tiene su individualidad y hay que reconocer que cada actor es distinto, pero, si no se resuelven los conflictos que hay entre ellos, es muy dif¨ªcil cerrar acuerdos.
Creo que eso se logra en el territorio, porque son las comunidades las m¨¢s afectadas por las disputas de terreno, de control. Lo que a su vez implica pensar en ceses de hostilidades que protejan a la poblaci¨®n en temas m¨¢s all¨¢ del secuestro, como el reclutamiento, la extorsi¨®n o el confinamiento.
P. ?C¨®mo recibi¨® este nombramiento? ?La tom¨® por sorpresa?
R. Un poco, es una nueva experiencia. Mi tesis se titul¨® La paz como revoluci¨®n, porque estoy convencida de ese gran cambio y esta es una oportunidad de llevar esa idea a la mesa a ver si resuena. Me anima mucho llegar con esa idea de cultura y pedagog¨ªa de paz.
P. ?Cu¨¢l es la estrategia para sumar y comprometer en el proceso a otras entidades del Estado, como los organismos de control o el Congreso?
R. Una son los espacios regionales en los que confluyen las autoridades locales con las nacionales. En otros asuntos, como la justicia o las condiciones de los presos, se quiere convocar a las diferentes instituciones del Estado que deban participar, tanto el orden local como el orden nacional, para que haya una acci¨®n articulada y efectiva.
P. En el proceso se acordaron ocho zonas denominadas cr¨ªticas, para enfocar all¨ª los esfuerzos de transformaci¨®n territorial, e inclu¨ªan zonas del Choc¨®. Pero el cuarto ciclo finaliz¨® en noviembre con un paro armado del ELN en ese departamento. ?C¨®mo piensa garantizar que lo que se ha ido acordando impacte a las zonas m¨¢s afectadas?
R. En el sexto ciclo buscaremos fortalecer el cese el fuego para que incluya acciones espec¨ªficas para luchar contra hostilidades diferentes al secuestro, como las extorsiones o el reclutamiento. En particular las que afectan directamente a la poblaci¨®n.
P. Usted es la primera mujer en liderar una delegaci¨®n de paz. ?El Gobierno negociar¨¢ con enfoque de g¨¦nero? ?Se ha abordado ese punto en la mesa?
R. La delegaci¨®n del Gobierno tiene un grupo de mujeres y del otro lado tambi¨¦n hay mujeres. El presidente quer¨ªa que hubiera paridad, pero ¨¦l mismo considera que eso no es suficiente para hablar de perspectiva de g¨¦nero y de lo que aportan las mujeres. As¨ª que para ir venciendo resistencias que pueda generar ese asunto, lo necesario es integrar la cultura de paz. El enfoque de g¨¦nero necesita de cambios culturales, de convicci¨®n en la sociedad, que se entienda su utilidad, que son claves para tener una perspectiva m¨¢s amplia y superar l¨®gicas patriarcales. Debemos encontrar una ruta para que este punto tenga un lugar en los di¨¢logos.
P. ?En ello puede ayudar la comunidad internacional?
R. La comunidad internacional ha tenido un rol muy significativo en diversas ¨¢reas, desde blindar el proceso y ser un soporte de mediaci¨®n, hasta aportar asesor¨ªa t¨¦cnica. Ha sido esencial para resolver situaciones dif¨ªciles, porque acompa?a desde una comprensi¨®n global. Lo mismo sucede con la Iglesia cat¨®lica, porque tiene experiencia en negociaciones de paz e incidencia en los territorios, es una voz que se escucha. A la paz hay que ganarle aliados.
P. Luego del anuncio del Gobierno de que el ELN suspender¨ªa los secuestros con fines extorsivos, Antonio Garc¨ªa, m¨¢ximo comandante de esa guerrilla, se?al¨® que eso solo ser¨ªa posible si obtienen financiaci¨®n. ?Se acord¨® o no que dejar¨¢n de secuestrar?
R. Yo me atengo a los acuerdos: se pact¨® que dejar¨¢n de secuestrar. La decisi¨®n est¨¢, y se hizo el anuncio de superar esa pr¨¢ctica, con una ruta para ello, con la entrega de listados de las personas secuestradas. La suspensi¨®n del secuestro es un acuerdo y entrar¨¢ en el tema del cese el fuego.
El tema de la financiaci¨®n s¨ª se plante¨®, pero no como un cambalache. No es una cosa por la otra. Lo que se puso sobre la mesa son las condiciones econ¨®micas del ELN en funci¨®n de la paz. Hay que separar ambas cosas, porque, si no, da lugar a malos entendidos y hay interpretaciones equivocadas. En eso hubo mucha insistencia.
P. ?Cu¨¢l es la meta para este a?o en los di¨¢logos?
R. El objetivo es que se cumplan los planes que se han acordado, robustecer el cese el fuego, avanzar para que las zonas cr¨ªticas se conviertan en escenarios de transformaci¨®n, desarrollar el tema ¨¦tnico y de mujeres. En mi perspectiva, ya en lo macro, debe ser que cesen los enfrentamientos entre los grupos armados ilegales.
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