El pulso entre la Alcald¨ªa y el Gobierno por el metro de Bogot¨¢, una tragicomedia colombiana
El Ejecutivo de Petro mantiene su presi¨®n sobre las obras del suburbano con la baza econ¨®mica y enciende la batalla con el alcalde Gal¨¢n
No hay un metro sobre el que se haya escrito m¨¢s que sobre el de Bogot¨¢. Un transporte que ni siquiera existe pero que lleva en los planes de la ciudad desde hace ocho d¨¦cadas. El suburbano es como un pu?alada al orgullo de los bogotanos, que sienten como una deshonra ser de las pocas grandes urbes del mundo que no cuentan con un transporte p¨²blico masivo. Ni siquiera ahora, que las obras ya est¨¢n en marcha, el tema ha dejado de ser pol¨¦mico. El Gobierno nacional y las sucesivas alcald¨ªas de la capital llevan a?os enzarzadas en un pulso continuo sobre la gran obra de infraestructura de Bogot¨¢ para la pr¨®xima d¨¦cada, un sistema que podr¨ªa cambiar la movilidad de una urbe de ocho millones de habitantes que cada a?o gana el primer puesto como la ciudad con peor tr¨¢fico del mundo.
A Carlos Fernando Gal¨¢n, alcalde de Bogot¨¢ desde el 1 de enero, se le ha acabado ya el tiempo de gracia. El Gobierno de Gustavo Petro ha empezado a presionar sobre unas obras que el actual regidor ha prometido continuar como inici¨® su antecesora, Claudia L¨®pez. Las broncas entre la exalcaldesa y el presidente a cuenta del metro durante la pasada legislatura fueron memorables y, a pesar de que Gal¨¢n a¨²n mantiene su tono conciliador, amenazan con volver a repetirse. El del metro es un hueso que Petro no est¨¢ dispuesto a soltar, obsesionado con que el proyecto sea subterr¨¢neo y no elevado, como se est¨¢ construyendo.
El domingo pasado, los ministros de Transporte y Hacienda hicieron un sobrevuelo, debidamente retransmitido por redes sociales, sobre las obras de la capital para verificar su estado. En Twitter, el encargado de Hacienda, Ricardo Bonilla, dej¨® caer la advertencia: ¡°El Congreso aprueba partidas globales, y dentro de esas partidas, se discute cu¨¢les son las prioridades, evaluando la ejecuci¨®n real de los proyectos¡±. Vino a decir que el dinero del proyecto ¡ªque el Estado nacional asume en un 70%¡ª no estaba asegurado. Gal¨¢n reaccion¨® con templanza y reconoci¨® un ¡°leve¡± retraso, pero record¨® que ¡°los aportes de la Naci¨®n no est¨¢n vinculados a los avances de obra¡±.
El tira y afloja lo continu¨® el lunes el perfil de Twitter de la empresa del Metro de Bogot¨¢ ¡ªque a¨²n sin existir todav¨ªa en la vida real, cuenta en el mundo virtual con m¨¢s de 153.000 seguidores¡ª. En un mensaje celebr¨® con orgullo la construcci¨®n de las primeras dos columnas de las obras con su respectiva imagen, sin mencionar que a¨²n quedan otras 700 por hacer. Hubo ciudadanos que se tomaron el anuncio con humor, que dio para memes y hasta alguna propuesta para declarar el d¨ªa festivo ante semejante hito. Gal¨¢n insisti¨® horas despu¨¦s: ¡°?El metro avanza!¡±, una frase que ya hizo famosa su antecesora.
Detr¨¢s del transporte que a¨²n no tienen los bogotanos se esconde un problema pol¨ªtico por la paternidad de un proyecto que todos quieren asumir. Hace una d¨¦cada que el plan empez¨® a tomar forma. Entonces era alcalde el hoy presidente Petro. El l¨ªder de la izquierda logr¨® avanzar mucho en la planificaci¨®n de un metro subterr¨¢neo e incluso acord¨® con el entonces presidente Juan Manuel Santos una aportaci¨®n nacional del 70% del presupuesto. Pero su mandato acab¨® antes de que se volviera realidad. Su sucesor, Enrique Pe?alosa, dise?¨® en su lugar un metro elevado y sac¨® el proyecto a licitaci¨®n, un concurso que gan¨® Apca Transmimetro, un consorcio chino. Cuando L¨®pez lleg¨® a la alcald¨ªa en 2020, continu¨® el contrato y empezaron las obras. Dos a?os despu¨¦s, Petro asumi¨® la Presidencia y puso sobre la mesa recuperar su plan inicial: un metro subterr¨¢neo. L¨®pez se opuso tajantemente a paralizar un proyecto que ya estaba en marcha y la guerra con el presidente desde entonces fue feroz.
Petro nunca dio su brazo a torcer y hace meses solicit¨® un estudio, que tuvo un coste de 8.000 millones de pesos, para evaluar todas las opciones. El resultado del informe no se conoci¨® hasta este lunes, aunque de manera difusa, ya que a¨²n no se ha hecho p¨²blico ¨ªntegro, a pesar de que fue entregado al Gobierno hace dos meses. La Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) -encargada del estudio- compareci¨® ante el Senado y las palabras de su vocero sonaron a evasivas: ¡°No fuimos contratados para dar una recomendaci¨®n sobre qu¨¦ clase de metro se debe hacer¡±. Esa era supuestamente la baza del presidente para frenar el proyecto actual y soterrar una parte de la primera l¨ªnea, que es la que est¨¢ en marcha, pero parece que los resultados no avalan lo suficiente su tesis. Los ingenieros echaron balones fuera: ¡°Hicimos ejercicios acad¨¦micos, con eso no se puede tomar una decisi¨®n¡±.
El debate, sin embargo, promete continuar y ahora la presi¨®n se ha trasladado al tema econ¨®mico, en el que el Gobierno tiene el poder. La megaobra tiene un coste de 22,3 billones de pesos (5.400 millones de d¨®lares) y se espera que el metro entre en funcionamiento en 2028. En el presupuesto nacional de este a?o se deber¨ªan destinar 776.139 millones de pesos a las obras, pero el rubro a¨²n no est¨¢ cerrado y los ministros juegan a la ambig¨¹edad sobre el montante final. El presidente, que no pierde la oportunidad de entrarle al tema, no se refiri¨® al metro este lunes. Se limit¨® a retuitear un mensaje de otro usuario tan contundente que acaba con un: ¡°Qu¨¦ robo tan descarado le hicieron a Bogot¨¢ Pe?alosa, Claudia y Gal¨¢n¡±. El alcalde reci¨¦n llegado, convaleciente de una operaci¨®n de apendicitis, ya forma parte de esta batalla eterna.
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