Las viudas de los firmantes de paz asesinados: ¡°Se est¨¢ cometiendo un genocidio¡±
Desde que se firm¨® el acuerdo con las extintas FARC han sido asesinados 420 excombatientes que hab¨ªan entregado las armas
Ronald Rojas Ramos y su esposa Nidia Arcila fueron unos de los m¨¢s de 7.000 miembros de las FARC que firmaron en 2016 el acuerdo de paz entre esa guerrilla y el Estado colombiano. Entregaron juntos las armas con el compromiso de nunca m¨¢s volver a empu?arlas. Dejaron las monta?as y comenzaron el tr¨¢nsito hacia la vida civil en Neiva, la capital del Huila. Hac¨ªan parte de Comunes, el partido pol¨ªtico que se cre¨® despu¨¦s del acuerdo. Ten¨ªan un proyecto productivo. Estaban enamorados. ¡°Nos conocimos en la guerra. Nos vimos por primera vez en el a?o 2000. Un tiempo despu¨¦s comenz¨® nuestro noviazgo en las filas guerrilleras¡±, recuerda Nidia en di¨¢logo con EL PA?S. ¡°?ramos compa?eros de lucha, compa?eros de revoluci¨®n y compa?eros de vida¡±. A Ronald lo asesinaron el 4 de julio de 2022 en medio de un encuentro familiar, delante de sus hijos. ¡°Por seguridad no me gusta decir sus nombres, pero son dos chicos adolescentes que se quedaron sin padre¡±.
Carmen Leonor Roa sufre un dolor parecido al de Nidia. Desde la tarima en la Plaza de Bol¨ªvar este martes, en un plant¨®n en contra del asesinato constante de l¨ªderes sociales, defensores de derechos humanos y firmantes de paz, alza la voz por el dolor de sus familiares. Est¨¢ all¨ª, en concreto, por la muerte de Enrique Roa, firmante de paz asesinado el pasado 16 de enero en Pitalito, Huila. ¡°Lo asesinaron junto a sus escoltas¡±, se lamenta Carmen. ¡°Es momento de exigirle a la Fiscal¨ªa que d¨¦ resultados. Nosotros no podemos seguir callados. Se est¨¢ cometiendo un genocidio contra los firmantes de paz¡±, dice Carmen. Y recuerda el genocidio pol¨ªtico de la Uni¨®n Patri¨®tica, durante los a?os 80 y 90. ¡°Asesinaron a 7.000 militantes de ese partido, no puede pasar lo mismo ahora¡±.
Nidia es una de las 70 mujeres viudas de firmantes de paz que participaron en el evento. ¡°Estoy aqu¨ª porque decid¨ª unirme a este duelo nacional en defensa de la vida. Es un plant¨®n en protesta por el asesinato de m¨¢s de 420 firmantes de paz despu¨¦s del acuerdo. Me duele cada p¨¦rdida, cada muerte. Entre ellos est¨¢ mi compa?ero, el padre de mis hijos. Por eso estoy aqu¨ª, alzando la voz por ¨¦l, que ya no est¨¢¡±, dice Nidia entre l¨¢grimas.
Tiene puesta una gorra negra, un jean y una camiseta azul celeste con la imagen de su amor. Carga una pancarta con las fotograf¨ªas de ¨¦l y de otros hombres que tambi¨¦n dejaron las armas y fueron asesinados. Lleva en la mano un ramo de flores blancas en s¨ªmbolo de paz. Est¨¢ parada al lado de una de las 2.000 urnas de cart¨®n con los nombres de los muertos, que cubren casi todo el suelo de la Plaza de Bol¨ªvar. ¡°No encontr¨¦ la cajita de mi compa?ero y eso me doli¨®, pero despu¨¦s vi unas flores con su nombre¡±, dice Nidia. Y a?ade: ¡°Son muchas cajas, muchos muertos, por eso quiz¨¢s no lo pude encontrar¡±. A los 420 firmantes de paz los acompa?an los 1.600 l¨ªderes sociales asesinados desde el 2016, que promedian m¨¢s de uno cada dos d¨ªas.
En medio de la tristeza, Nidia encuentra aliento en la compa?¨ªa de otras mujeres que tambi¨¦n perdieron a sus seres queridos: ¡°Hoy me siento rodeada de muchas personas que quiz¨¢s est¨¢n viviendo mi mismo duelo¡±.
¡ª?Qu¨¦ significa para usted que el Estado Colombiano no haya protegido la vida de su esposo despu¨¦s de entregar las armas?
¡ªNosotros como firmantes del acuerdo de paz tenemos el derecho a la vida. Eso es lo ¨²nico que le pedimos al Estado. Sabemos que hay un Gobierno alternativo, que tiene voluntad pol¨ªtica y econ¨®mica para implementar el acuerdo, pero tambi¨¦n sabemos que hay enemigos de la paz que no apoyaron el proceso. Son ellos los que nos est¨¢n asesinando.
¡ª?A pesar del asesinato de su esposo, usted sigue comprometida con el acuerdo de paz?, ?se arrepiente?
¡ªNo. Pese a la p¨¦rdida, a las dificultades, a lo terrible que es vivir sola y tener que educar a mis hijos sin su padre, sigo muy comprometida con lo que se firm¨® en La Habana. Estoy comprometida con la comunidad que me rodea, comprometida con la paz y la reconciliaci¨®n. No nos podemos seguir matando entre hermanos.
Nidia lidera una organizaci¨®n de mujeres exguerrilleras en el Huila, que trabaja con las v¨ªctimas del conflicto: ¡°No ha sido f¨¢cil. A uno como mujer sola le queda muy complicado trabajar para la paz porque nos siguen matando¡±.
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