La nueva estrategia de seguridad ganadera revive el miedo paramilitar
El l¨ªder del gremio del sector, Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie, promueve frentes solidarios de seguridad para frenar la extorsi¨®n y el secuestro. Cr¨ªticos advierten que la iniciativa puede convertirse en un nuevo cap¨ªtulo del paramilitarismo
Lo que el gremio de los ganaderos ve como una nueva estrategia para proteger su seguridad, otra parte de Colombia ve como un camino que puede llegar a un nuevo cap¨ªtulo del fen¨®meno paramilitar. ?Seguridad ciudadana o autodefensa ilegal? Ese es el debate que lleg¨® al despacho del presidente. Por un lado est¨¢ el l¨ªder del gremio y negociador del Gobierno con la guerrilla del ELN, Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie, quien dice solo querer acercar a la fuerza p¨²blica e instituciones del Estado a los ganaderos, alarmados por el aumento en el n¨²mero de extorsiones y secuestros, con lo que llama ¡°Frentes solidarios de seguridad ganadera¡±. Por otro lado est¨¢n varios analistas y el ministro de Defensa, Iv¨¢n Vel¨¢squez, quienes ven en los nuevos frentes un paralelo con las Convivir, las asociaciones de ganaderos y otros empresarios formadas en los a?os noventa para defender sus regiones contra las guerrillas, que terminaron legitimando, fortaleciendo o dando a luz a ej¨¦rcitos paramilitares que fueron responsables de masacres y miles de asesinatos a civiles.
¡°Los delitos son combatidos por las autoridades, no por los particulares. El Gobierno no patrocina, no promueve, no apoya, no respalda ning¨²n proyecto que vincule a los particulares en una organizaci¨®n de reacci¨®n frente a ning¨²n acto delictivo¡±, dijo el ministro de Defensa en una rueda de prensa en la que record¨® las Convivir. ¡°Yo no he escuchado todav¨ªa, en las explicaciones del doctor Lafaurie, una claridad respecto de qu¨¦ es esa brigada de ganaderos, o qu¨¦ es el frente de seguridad. Pero lo que puedo afirmar es: si eso implica la conformaci¨®n de grupos para reaccionar frente a expresiones delictivas, no estamos de acuerdo¡±, a?adi¨®.
El ministro, como antiguo investigador judicial de quienes financiaron o apoyaron a los grupos paramilitares, conoci¨® bien este cap¨ªtulo de la guerra y por eso no sorprende su oposici¨®n inmediata. Sin embargo, el presidente Petro, un gran cr¨ªtico del paramilitarismo y de la ganader¨ªa extensiva, no se ha pronunciado p¨²blicamente sobre el tema. Mientras tanto, Lafaurie le ha respondido a Vel¨¢squez que no lo han escuchado bien, y que se est¨¢ estigmatizando al gremio ganadero al asociarlo al paramilitarismo. Si bien unos ganaderos fueron aliados de los paramilitares, Lafaurie recuerda constantemente que tambi¨¦n fueron v¨ªctimas de las guerrillas. Y en una carta p¨²blica al presidente Petro, dada a conocer este jueves, le pide una audiencia para hablar a fondo del tema.
El l¨ªder ganadero escribe en su misiva que los frentes solo quieren ¡°unirnos solidariamente, no para enfrentar armados a los bandidos que hoy controlan gran parte del territorio nacional, ?ni m¨¢s faltaba!, sino para tomar medidas de prevenci¨®n contra la delincuencia y, sobre todo, para colaborar de una forma articulada con la Fuerza P¨²blica¡±. Un mundo en el que los ganaderos pueden hablar m¨¢s r¨¢pidamente con polic¨ªas, alcaldes, personeros o fiscales. Un mundo en el que los ganaderos tienen mejor comunicaci¨®n con las autoridades en grupos de WhatsApp, o re¨²nen polic¨ªas en sus casas para conocerse mejor. Pero nada de armarse, asegura Lafaurie. Dice, adem¨¢s, que esos frentes no son una novedad: ya ¡°existen m¨¢s de 33.000 en las ciudades¡±.
Los frentes efectivamente existen desde hace muchos a?os en las ciudades, pero no han demostrado ser la soluci¨®n para frenar la violencia. As¨ª lo explica Jer¨®nimo Castillo, investigador de seguridad en la Fundaci¨®n Ideas para la Paz. ¡°Estos frentes son una estrategia antigua de la polic¨ªa, pero no hay una evaluaci¨®n seria que diga si han funcionado¡±, cuenta a EL PA?S. En el 2006, la C¨¢mara de Comercio de Bogot¨¢ public¨® una encuesta realizada a varios de estos frentes en la capital, que no revelaba que lograran mejoras considerables para rebajar delitos. Pero s¨ª reflej¨® otros problemas: no eran claros los roles de los ciudadanos, algunos polic¨ªas hac¨ªan negocios con las alarmas que vend¨ªan a la comunidad, y no se elaboraban estrategias eficaces de prevenci¨®n o disuasi¨®n de actividades delictivas.
¡°El problema no es que se hablen las comunidades con la polic¨ªa, el problema es que no haya esfuerzos por identificar las estructuras como opera el delito, c¨®mo lograr que no se reproduzca, y ese es un trabajo de las autoridades, no una corresponsabilidad con los ciudadanos¡±, dice Castillo. Hay, en cambio, algunos incentivos perversos que surgen con estos frentes de seguridad. ¡°?Cu¨¢l es la comunidad que defiendes? Porque las extorsiones o las amenazas de un municipio no las viven solo los ganaderos, la viven todos ¡ªlos l¨ªderes sociales, la poblaci¨®n LGBT, los ni?os de colegio¡ª . Pero est¨¢s creando frentes para un solo grupo, para defender una poblaci¨®n por encima de las otras¡±, a?ade.
El hombre que liderar¨¢ la estrategia de Fedeg¨¢n viene, precisamente, de la polic¨ªa: Fernando Murillo, general retirado y quien pas¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas dedicado a la investigaci¨®n criminal. Murillo es conocido por haber liderado la operaci¨®n que captur¨® al l¨ªder narcotraficante alias Otoniel, fundador del Clan del Golfo, una versi¨®n reciclada de los paramilitares en la ¨²ltima d¨¦cada. La semana pasada Murillo inaugur¨® los primeros ocho frentes, que re¨²nen a 715 ganaderos, en el departamento caribe del Cesar, al norte de Colombia. Es una regi¨®n ganadera donde tambi¨¦n fue muy fuerte el paramilitarismo durante su auge.
¡°Mi compromiso con Fedeg¨¢n es precisamente medir el impacto de esta estrategia de seguridad, si los frentes est¨¢n sirviendo o no en el pa¨ªs, pero toca ir de a poquitos. Hay que hacer un plan piloto¡±, admite Murillo a EL PA?S desde Mocoa, una ciudad del sur del pa¨ªs donde est¨¢ conociendo c¨®mo funcionan los frentes de seguridad urbanos. ¡°Yo s¨ª creo que pueden funcionar donde hay compromiso de la ciudadan¨ªa, donde hay buena comunicaci¨®n, pero eso no ha pasado a¨²n porque este es un pa¨ªs que se la pasa apagando incendios¡±, a?ade.
Murillo, al igual que Lafaurie, considera que se est¨¢ estigmatizando a los ganaderos al decir que ellos quieren formar grupos paramilitares, cuando la l¨®gica es otra. ¡°Hay mucho miedo en las ciudades, hasta en las zonas de Bogot¨¢ que son las m¨¢s seguras. Precisamente antes de que los ciudadanos tomen la ley por sus manos, nosotros proponemos los frentes¡±, a?ade.
Alejandro Reyes es uno de los expertos de tierras y conflicto m¨¢s respetados en Colombia, y fue consultado en octubre del 2022 cuando EL PA?S revel¨® que grupos de WhatsApp de ganaderos ya hablaban informalmente de formar ¡±brigadas solidarias¡± para defenderse de lo que entonces consideraban la mayor amenaza: las tomas de tierras masivas. ¡°Los ganaderos est¨¢n nerviosos con las invasiones de tierra, temen que est¨¦ en peligro la propiedad y est¨¢n dispuestos a defenderse¡±, dijo entonces. El peligro, a?adi¨®, es que creen ¡°formas de autodefensa y que comience la mataz¨®n de campesinos e invasores¡±.
Casi un a?o y medio despu¨¦s, Reyes a¨²n ve a unos ganaderos nerviosos. Encuentra un paralelo muy grande entre lo que proponen y lo que ocurri¨® con las Convivir. ¡°Es un eco muy claro¡±, dice a EL PA?S. En aquel momento, como ahora, los ganaderos ten¨ªan razones justificadas para tener miedo y exigir mayor seguridad: sufr¨ªan secuestros, robos, extorsiones. Y en aquel momento, como ahora, recurrieron a figuras que en principio eran legales y no implicaban armarse: las Convivir, aprobadas a principios de los a?os 90, no eran asociaciones armadas.
¡°Las Convivir tambi¨¦n buscaban la mejor comunicaci¨®n entre propietarios de tierras y las fuerzas armadas¡±, cuenta Reyes. ¡°Pero cuando nacieron ya exist¨ªan los grupos paramilitares, y fueron absorbidas por estos, porque para los paramilitares eran la posibilidad de tener visos de legalidad¡±, a?ade. Eso, adem¨¢s de contar con el capital de los empresarios para comprar armas o uniformes.
En principio, la comunicaci¨®n entre fuerza p¨²blica y ciudadanos es positiva. ¡°El problema son las derivaciones en conductas criminales, que es lo que nos ha pasado en Colombia, pasar de la leg¨ªtima defensa al asesinato. Uno de los ganaderos que hizo esa transici¨®n fue Salvatore Mancuso: era miembro de la Convivir Papagayo, un colaborador del Ej¨¦rcito para proteger sus tierras, y en tres a?os termin¨® como l¨ªder paramilitar¡±, cuenta Reyes. Mancuso, extraditado hace varios a?os a Estados Unidos, volver¨¢ pronto a Colombia a colaborar con el tribunal de justicia transicional llamado Jurisdicci¨®n Especial para la Paz. Entre las m¨²ltiples personas a las que ha se?alado de ser aliado de los paramilitares est¨¢ Lafaurie ¡ª acusaciones que el l¨ªder ganadero ha negado.
¡°Estamos jugando con fuego¡±, advierte Reyes sobre la iniciativa de Lafaurie, y a?ade: ¡°Yo no veo la capacidad del Estado para ponerle control a esa iniciativa de manera que no derive hacia la organizaci¨®n de grupos criminales. Si el Estado hoy a¨²n no controla su territorio, menos va a poder controlar a los ganaderos¡±.
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