El cabildo abierto de Petro

Si el presidente Gustavo Petro no cambia de opini¨®n sobre la necesidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente para ¡°corregir los errores de los sistemas actuales y contrarrestar las crisis que vengan¡±, no le quedar¨¢ tiempo para gobernar. Si insiste en su propuesta del poder constituyente, tendr¨¢ que dedicarle todo su Gobierno a la organizaci¨®n para que el pueblo decida, y para el presidente el pueblo no es el Congreso. El pueblo son los comit¨¦s municipales. As¨ª lo explic¨®: ¡°Convocar el pueblo a la movilizaci¨®n, a la calle, al debate, a ejercer el poder constituyente que se puede ejercer ya en unos niveles que la Constituci¨®n del 91 permite, que est¨¢n definidos como cabildos abiertos, que son mecanismos de participaci¨®n ciudadana vigentes. Por eso yo digo que comenzamos un proceso constituyente y comienza en la base de la sociedad y en todos los pueblos de Colombia¡±.

Ese es el mecanismo en el que el presidente Petro est¨¢ pensando para hilvanar la Asamblea Constituyente basado en el art¨ªculo 103 de la Constituci¨®n en el que se definen los mecanismos de participaci¨®n democr¨¢tica del pueblo en ejercicio de su soberan¨ªa: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. El cabildo abierto es la reuni¨®n p¨²blica de los concejos distritales o municipales o de las juntas de administradores locales, en la cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asuntos de inter¨¦s para la comunidad. Cuando el director de El Tiempo, Andr¨¦s Mompotes, le pregunta c¨®mo piensa sacar adelante la iniciativa de la Asamblea Constituyente, el presidente contesta: ¡±Hay varios caminos. Yo soy un poder constituido, no soy el poder constituyente. No es un problema de mayor¨ªas, es un problema de fuerza popular. Es el pueblo decidiendo, el momento constituyente es siempre. Si el pueblo decide, el poder constituido tiene que aceptar, no lo puede desconocer. El poder constituido es subordinado¡±.

El presidente no habla de ley, habla de votos. Est¨¢ pensando en algo as¨ª como la s¨¦ptima papeleta que surgi¨® de un movimiento estudiantil para depositar una papeleta en apoyo para realizar una nueva Constituci¨®n Pol¨ªtica el 11 de marzo de 1990 y recibi¨® el visto bueno del poder judicial.

Dice el presidente que propone solo temas que requieren atenci¨®n urgente: la implementaci¨®n del acuerdo de paz de 2016, la reforma agraria; la soluci¨®n al programa de las drogas il¨ªcitas; un acuerdo para hacer frente a los desaf¨ªos actuales de la violencia; la garant¨ªa de las condiciones m¨ªnimas de vida digna que incluyan salud, pensi¨®n y acceso al agua para las poblaciones hist¨®ricamente excluidas; una reforma judicial que acerque al ciudadano; la verdad como eje de la justicia (sin verdad no hay perd¨®n ni reconciliaci¨®n); el reordenamiento territorial; la atenci¨®n prioritaria a la educaci¨®n; el di¨¢logo en torno al fin de la violencia en Colombia y la reconciliaci¨®n; el cambio clim¨¢tico. No se entiende c¨®mo desde el Gobierno se reconoce que todas estas iniciativas que no necesitan cambios en la Constituci¨®n para su aplicaci¨®n si, precisamente, para eso se es Gobierno.

Se le olvida al se?or presidente que la Corte ya dijo que la Asamblea Constituyente es omn¨ªmoda y por consiguiente es in¨²til ponerle l¨ªmites a una posible convocatoria. El senador Humberto de la Calle, quien fue art¨ªfice de la Constituci¨®n del 91, sostiene ¡°que es el 2026 el que est¨¢ en juego¡±. Y a?ade: ¡°El talism¨¢n de la Constituyente ser¨¢ el eje de la campa?a del Pacto Hist¨®rico. La agitaci¨®n permanente mediante cabildos abiertos cuyo sustrato ser¨¢ la a?eja idea del poder constituyente primario¡±.

Paz total m¨¢s constituyente es enmara?ar el futuro inmediato.

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