La participaci¨®n de la sociedad civil en los di¨¢logos con el ELN, entre acelerar o dilatar el proceso
La discusi¨®n del modelo de participaci¨®n de la sociedad en la construcci¨®n de la paz llegar¨¢ a la mesa de negociaciones en medio de tensi¨®n y controversias
Las negociaciones entre el Gobierno colombiano y el ELN, la ¨²ltima guerrilla en armas del pa¨ªs, enfrentan su m¨¢xima paradoja. El proceso est¨¢ en su momento de mayor tensi¨®n y, sin embargo, nunca antes hab¨ªa avanzado tanto como hasta hoy. Las partes se aproximan al que ser¨ªa el hito m¨¢s claro desde que se reanudaron los acercamientos tras la llegada del presidente Gustavo Petro al poder, con la eventual firma del modelo para la participaci¨®n de la sociedad civil en la construcci¨®n de la paz, en una reuni¨®n extraordinaria que tendr¨¢ lugar a partir de este 20 de mayo en Caracas, Venezuela.
Se trata de un documento de 10 p¨¢ginas que explica la ruta para involucrar a la sociedad colombiana en la estructuraci¨®n de un plan de transformaciones ¡°que conlleve a un Gran Acuerdo Nacional para la superaci¨®n del conflicto pol¨ªtico, social, econ¨®mico y armado¡±, se lee en el borrador. Fue dise?ado en el Comit¨¦ Nacional de Participaci¨®n -una instancia transitoria creada con la representaci¨®n de 30 organizaciones sociales, gremiales y de Derechos Humanos¨C despu¨¦s de encuentros que sumaron la asistencia de 8.000 personas en 35 municipios del pa¨ªs, 19 c¨¢rceles nacionales y tres ciudades de Europa.
La propuesta llegar¨¢ a la mesa de di¨¢logo en medio de nuevas tensiones entre las partes y de reparos sobre su contenido. La superaci¨®n de esos escollos definir¨¢ si las negociaciones toman o no un nuevo aire. La fractura m¨¢s reciente es tambi¨¦n la m¨¢s profunda desde que se restablecieron las conversaciones en noviembre de 2022, cuando arrancaba el Gobierno Petro. Se debe al rechazo del ELN a las conversaciones paralelas que sostiene la oficina del Alto Comisionado de Paz de la Presidencia con Comuneros del Sur, una estructura declarada en rebeld¨ªa frente a la direcci¨®n nacional de la agrupaci¨®n y que opera desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas en Nari?o. El jefe del equipo negociador de la guerrilla, Pablo Beltr¨¢n, lleg¨® a asegurar en entrevista con EL PA?S que el proceso estaba en peligro de muerte por el di¨¢logo alterno que calific¨® como una traici¨®n.
El grupo armado, adem¨¢s, anunci¨® el regreso al secuestro con fines extorsivos, pese a haberse comprometido a ¡°suspender de manera unilateral y temporal las retenciones de car¨¢cter econ¨®mico¡± cuando se prolong¨® el cese al fuego bilateral hasta agosto de este a?o, y despu¨¦s del repudio colectivo que despert¨® el secuestro del padre del futbolista Luis D¨ªaz en octubre de 2023. Aunque la pr¨®rroga no se ha cumplido, el ELN culpa al Gobierno de mostrar poca voluntad de avanzar con la creaci¨®n de un fondo de donantes para asegurar una financiaci¨®n alternativa. La delegaci¨®n del Gobierno respondi¨® en un comunicado: ¡°Al ELN le reiteramos que le corresponde cumplir con su compromiso de suspender el secuestro con fines econ¨®micos y sobre todo tomar decisiones para no seguir perdiendo tiempo en di¨¢logos indefinidos¡±, enfatiz¨®.
#Atenci¨®n. Comunicado a la opini¨®n p¨²blica de la Delegaci¨®n del Gobierno de la Rep¨²blica de Colombia en la mesa de di¨¢logos para la paz con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional ¨C ELN pic.twitter.com/GTqxp9jwrC
— Delegaci¨®n de Paz del Gobierno de Colombia (@DelegacionGob) May 11, 2024
Por otra parte, la propuesta del modelo de participaci¨®n no est¨¢ libre de controversias. Los grandes gremios empresariales y productivos que ya han tenido diferencias con el Gobierno ¨Cdesde los industriales, pasando por los sectores de miner¨ªa e hidrocarburos, los generadores de energ¨ªa el¨¦ctrica, las c¨¢maras de comercio, fiduciarias y agricultores¨C han expresado su preocupaci¨®n y reparos. En una comunicaci¨®n dirigida a Vera Grabe, jefa de la delegaci¨®n del Gobierno, siete de sus dirigentes bajo la sombrilla del Consejo Gremial Nacional lanzan fuertes advertencias. La carta, conocida este s¨¢bado, se?ala que el documento con el modelo de participaci¨®n excede el prop¨®sito de establecer metodolog¨ªas para asegurar una participaci¨®n eficiente de las organizaciones sociales, al pasar a determinar una agenda de reformas estructurales y pretendiendo legitimar temas que requieren la aprobaci¨®n del Congreso o incluso revisiones de la Corte Constitucional.
Se refieren, especialmente, al tercer cap¨ªtulo del documento, titulado ¡°ejes de las transformaciones¡±, que toca varios nervios sensibles para los sectores productivos en asuntos como el modelo democr¨¢tico; propiedad, uso y tenencia de la tierra, o el sistema electoral.
¡°Instamos a que el Comit¨¦ sea claro con el sujeto de la participaci¨®n, en el sentido de indicar que la vinculaci¨®n a que se refiere es de car¨¢cter pol¨ªtico; y que, en virtud del orden constitucional vigente, las decisiones tomadas en estos espacios solo generar¨ªan el deber de presentar proyectos de ley o de Acto Legislativo al Congreso, para que por medio de un debate plural, p¨²blico y de consenso mayoritario se busque la aprobaci¨®n de normas jur¨ªdicas que ser¨¢n el sustento de las pol¨ªticas p¨²blicas necesarias para llevar a cabo lo decidido en los espacios de participaci¨®n social¡±, demandan. Los gremios piden que las aclaraciones se realicen antes de someter el modelo a aprobaci¨®n en la mesa de di¨¢logos.
Cerca de convertirse en hito
Si el modelo de participaci¨®n de la sociedad en la construcci¨®n de la paz se aprueba en Caracas puede suponer el cumplimiento del primer punto de la agenda que se pact¨® en el ¡®Acuerdo de M¨¦xico¡¯, el 10 de marzo de 2023, como un nuevo impulso a los di¨¢logos despu¨¦s de la suspensi¨®n en la administraci¨®n de Iv¨¢n Duque, en 2019. Ser¨ªa, adem¨¢s, el primer acuerdo parcial que se alcanzar¨ªa en 30 a?os, en el marco de una agenda de paz con el ELN.
Los otros cinco puntos de la agenda que est¨¢ en marcha se centran en la democracia para la paz, transformaciones para la paz, v¨ªctimas y fin del conflicto armado, adem¨¢s del plan de ejecuci¨®n de los acuerdos. Claudia Rodr¨ªguez, delegada de la gestor¨ªa de paz del ELN, explica que la mesa de di¨¢logo ha consagrado la participaci¨®n de la sociedad como el coraz¨®n del proceso. ¡°Se trata de un di¨¢logo democr¨¢tico donde la misma sociedad colombiana diga cu¨¢les son los cambios que se requieren para que en el pa¨ªs podamos decir que empezamos a construir una paz integral¡±, subraya.
Rodr¨ªguez habla desde la instituci¨®n educativa Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s en Leticia (Amazonas), que se convirti¨® en sede del encuentro con organizaciones de seis departamentos de la Amazon¨ªa, en la recta final de la construcci¨®n del modelo para la participaci¨®n. De esa forma, el proceso de paz se acerca a territorios hist¨®ricamente excluidos, con pocas posibilidades de que sus voces alcancen despachos centralizados en la capital. Es tal la lejan¨ªa que no sorprende que habitantes de esos lugares remotos aborden a visitantes con apariencia de funcionarios p¨²blicos, as¨ª no lo sean, con la esperanza de encontrar una soluci¨®n a sus angustias.
El encuentro en Leticia se sell¨® como el n¨²mero 77, tres veces m¨¢s de los contemplados por el Comit¨¦ Nacional de Participaci¨®n. Aunque anteriores procesos de paz, como el que se cerr¨® con la antigua guerrilla de las FARC, tambi¨¦n han involucrado a distintos sectores, en el actual la participaci¨®n ha sido permanente, destaca Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU en Colombia. ¡°Es un modelo en el cual no se le consulta a la sociedad, sino que la sociedad est¨¢ construyendo la paz de manera activa. Funciona de abajo hacia arriba, y eso es bastante distintivo de cualquier otro proceso en Colombia e in¨¦dito casi a nivel global.¡±
La participaci¨®n social ha resistido a los obst¨¢culos recurrentes de las negociaciones entre el Gobierno y el ELN. Jairo Sedano, l¨ªder ambiental del departamento del Guaviare, destaca que las dificultades forman parte de la naturaleza de una mesa de negociaci¨®n. ¡°Tiene que haber tropiezos, idas y venidas, subidas y bajadas. Lo que s¨ª reclamamos es seriedad de las partes cuando se propongan detener las hostilidades contra la poblaci¨®n¡±, exige.
El campesino celebra los espacios participativos y pide que se incluya la protecci¨®n de la Amazon¨ªa como uno de los puntos clave de la transformaci¨®n. Las mujeres v¨ªctimas del desplazamiento forzado tambi¨¦n esperan que las negociaciones se mantengan para evitar m¨¢s sufrimiento. ¡°Si el proceso se rompe quedamos en las mismas. Las mujeres somos las que llevamos la peor parte del conflicto porque matan al hombre, o el esposo se va para la guerrilla, y la mujer queda con los hijos a ver c¨®mo puede sacarlos adelante¡±, expresa Digna Burbano, miembro de la Organizaci¨®n Nueva Esperanza del departamento de Putumayo.
En medio de esas voces tambi¨¦n se asoma el escepticismo. A Susan Cano Apraez, integrante de una mesa de organizaciones de j¨®venes, le preocupa que los documentos o los acuerdos que se discuten no se reflejen en zonas sin acceso a la educaci¨®n superior p¨²blica, con escasas oportunidades para ellos. ¡°Mientras avanzan las mesas, en Putumayo todos los d¨ªas se nos desaparecen j¨®venes que llegan a las filas de esos grupos armados. Despertemos a la realidad. Muy ch¨¦veres las mesas, pero all¨¢ en territorio las condiciones son totalmente indignas¡±, reclama.
Justamente, un gran desaf¨ªo de la firma de cualquier modelo de participaci¨®n es evitar que termine siendo un ejercicio m¨¢s, que no llene las expectativas de las comunidades o que no tenga suficiente representaci¨®n. Otro de los retos es asegurar una participaci¨®n libre y segura, sin presiones o amenazas por parte de los grupos armados ilegales.
Los intentos de negociaci¨®n con el ELN ¨Cuna agrupaci¨®n que surgi¨® en el a?o 1964 y que cuenta con unos 2.350 combatientes principalmente en los departamentos de Norte de Santander, Arauca, Nari?o y Choc¨®, adem¨¢s de su presencia del lado de Venezuela¨C han sido pedregosos. Vera Grabe, jefa de la delegaci¨®n del Gobierno, destaca que la sociedad ha sido el soporte para superar las crisis. ¡°Hay momentos complejos, pero el proceso est¨¢ vivo y lo m¨¢s importante es que es por la sociedad. A eso hay que darle un inmenso valor. El cese al fuego m¨¢s los otros temas son importantes, pero este es el gran coraz¨®n que le da sentido. Es tambi¨¦n un mandato porque son las comunidades diciendo ¡®queremos la paz, queremos que la mesa se mantenga y se fortalezca¡±, afirma en conversaci¨®n con este diario.
Por su parte, Mar¨ªa Victoria Llorente, directora de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP), opina que el proceso est¨¢ pasando por el peor momento porque no se han abordado puntos sustanciales y porque los tiempos no dan para que el ELN alcance a dejar las armas antes de que concluya el periodo presidencial de Gustavo Petro, en agosto de 2026. ¡°El Gobierno est¨¢ pensando m¨¢s en c¨®mo llegar a un punto de no retorno, un punto de madurez que evite echar para atr¨¢s los avances, pero no est¨¢ muy claro cu¨¢l es, ni c¨®mo se puede lograr en los dos a?os que quedan¡±, valora.
Sin embargo, Ruiz Massieu, jefe de la misi¨®n de verificaci¨®n de la ONU en Colombia, cree que hay razones para el optimismo. ¡°Primero, porque la voluntad de las partes siempre se ha mantenido comprometida con resolver a trav¨¦s del di¨¢logo sus diferencias. En los procesos de di¨¢logo hay momentos buenos, malos, dif¨ªciles, y nosotros tenemos confianza en que se van a ir resolviendo¡±, afirma.
Seg¨²n la Comisi¨®n de la Verdad, creada luego de la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, el conflicto armado en Colombia hab¨ªa dejado hasta entonces m¨¢s de 9 millones de v¨ªctimas. Nueve de cada diez eran civiles, la mayor¨ªa habitantes de zonas rurales. La sociedad civil, la que m¨¢s muertos pone en las confrontaciones armadas, es la que m¨¢s reclama el di¨¢logo como salida a la violencia. ¡°Es el claro mensaje que le manda la sociedad a las partes, a la mesa en general, de su expectativa de que esto tiene que seguir adelante. Que no cesen los esfuerzos por llegar a acuerdos¡±, puntualiza Ruiz Massieu.
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