Helena Ur¨¢n y las banderas del M-19: un s¨ªmbolo de Petro se torna en un debate sobre la reconciliaci¨®n
El presidente no ha respondido directamente a la hija de una de las v¨ªctimas de la toma y retoma del Palacio de Justicia, en 1985, quien trabajaba en su Gobierno y lo ha criticado varias veces por relucir la bandera de la antigua guerrilla
El presidente de la paz total no ha respondido a¨²n directamente a un delicado debate sobre la reconciliaci¨®n que le ha planteado la hija de una de las v¨ªctimas de la guerra y, hasta hace pocos d¨ªas, funcionaria de su Gobierno. Helena Ur¨¢n, polit¨®loga y escritora, es hija de un magistrado llamado Carlos Horacio Ur¨¢n que fue asesinado en 1985: lo mat¨® el ej¨¦rcito en lo que se llam¨® la retoma del Palacio de Justicia, la respuesta estatal a la toma del lugar por la entonces guerrilla del M-19. Desde abril, ella ha cuestionado p¨²blicamente al presidente por ondear en eventos p¨²blicos las banderas de aquella guerrilla a la que perteneci¨® Petro. ¡°No es sacando banderas o glorificando pasados violentos, sino reconociendo y ofreciendo escenarios de participaci¨®n democr¨¢tica, que podremos acercarnos a la reconciliaci¨®n y a la paz¡±, le escribi¨® en X. Tambi¨¦n le envi¨® una carta pidiendo un debate m¨¢s amplio sobre los s¨ªmbolos de los ej¨¦rcitos l¨ªcitos o il¨ªcitos del pa¨ªs. Despu¨¦s de meses de silencio del mandatario, la Canciller¨ªa no le renov¨® el contrato a Ur¨¢n, quien era asesora en asuntos sobre la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Ella entendi¨® el gesto como una respuesta, indirecta, a sus cr¨ªticas.
¡°Ya ven¨ªa teniendo problemas en la Canciller¨ªa, porque no me citaban a reuniones donde deber¨ªa estar, me cancelaban eventos, no pod¨ªa comunicarme con el canciller Luis Gilberto Murillo¡±, dice Ur¨¢n a EL PA?S. Escuch¨® en d¨ªas pasados, por un tercero que prefiere no revelar, que al nuevo canciller ¡°le parec¨ªa el colmo que yo saliera a criticar al presidente por el uso de las banderas¡±. Pero los dos no han tenido una conversaci¨®n al respecto. Su contrato se vence a fin de mes y, cuando pregunt¨® sobre su futuro esta semana, la directora de cooperaci¨®n internacional le indic¨® que no habr¨ªa renovaci¨®n. Las razones no fueron expl¨ªcitas. La noticia le lleg¨® justo antes de que empiece una audiencia judicial en Miami contra el coronel retirado Alfonso Plazas Vega, quien lider¨® la retoma en la que muri¨® Carlos Ur¨¢n.
El presidente, que pasa buena parte de su d¨ªa escribiendo en X, nunca le respondi¨® a Helena Ur¨¢n sobre la bandera. Tampoco contest¨® la carta que ella le envi¨® el 3 de mayo. ¡°Quisiera yo tambi¨¦n entender su punto, pues no entiendo c¨®mo sacar una bandera que genera controversia, sin posibilidad de discusi¨®n, podr¨ªa fortalecer la memoria¡±, dice en la carta.
Pero el presidente s¨ª ha expresado su inconformidad por las cr¨ªticas, en tarimas o en X. ¡°No les gusta que la saquemos, pero no va a estar debajo de los colchones¡±, dijo Petro sobre la bandera en abril, cuando permiti¨® que fuera ondeada en un evento de gobierno. ¡°Esa bandera, que ahora dicen que est¨¢ prohibida, que ahora dicen que no podemos sacar, que es un pecado¡±, dijo d¨ªas despu¨¦s, en su discurso del Primero de Mayo, frente a una multitud en la que ondeaban varias banderas del M-19 en la plaza de Bol¨ªvar.
?Qui¨¦nes no le dejan? ¡°La oligarqu¨ªa¡±, aclar¨®. Esta semana, en X, el presidente dijo que se ha ¡°puesto de moda¡± no poder ¡°hacer uso de los s¨ªmbolos de la fuerza que fue mayor¨ªa por voto popular¡± en 1991. De nuevo, haciendo alusi¨®n a la misma bandera, el presidente alega que ¨¦l est¨¢ defendiendo un s¨ªmbolo de una fuerza pol¨ªtica que fue elegida para la Asamblea Nacional de 1990.
Ur¨¢n ha insistido que eso es una tergiversaci¨®n. Esa fuerza pol¨ªtica elegida para la constituyente (que no fue mayor¨ªa sino la segunda m¨¢s votada, con el 27%) surgi¨® de la desmovilizaci¨®n de la guerrilla del M-19, y se llam¨® Alianza Democr¨¢tica M-19. Las banderas de la AD-M19 y del M-19 son muy parecidas, con los colores azul, blanco y rojo, pero distintas: la primera tiene rayas curvas y las letras AD en la esquina inferior derecha; la segunda tiene rayas horizontales. La que el presidente ha defendido es la bandera de la antigua guerrilla, que ahora ofrecen los vendedores ambulantes a quienes acuden a los eventos p¨²blicos del presidente.
¡°Lo que pido es un debate sobre la simbolog¨ªa en Colombia, para hacer educaci¨®n pol¨ªtica, porque considero que tenemos una cultura muy guerrerista¡±, dice Ur¨¢n a EL PA?S al explicar su posici¨®n. ¡°Como cuestionar los s¨ªmbolos del ej¨¦rcito colombiano, cuando dicen que los soldados son ¡®heroes de la patria¡¯. H¨¦roes son quienes hacen actos excepcionales, y no por ser de la fuerza p¨²blica uno se convierte en h¨¦roe inmediatamente¡±, a?ade. El M-19, insiste Ur¨¢n, si bien no fue quien asesin¨® a su padre, s¨ª tiene una responsabilidad frente a lo ocurrido en el Palacio de Justicia y durante la guerra en general. ¡°Romantizar p¨²blicamente al EME es violento y empodera a quienes no quieren justicia ni verdad¡±, fue el primer mensaje de ella al presidente en X.
El debate es particularmente delicado para Petro. El presidente usa s¨ªmbolos constantemente para gobernar, varios alusivos a la historia del M-19: su primer orden como mandatario fue pedir que la espada de Bol¨ªvar, que el M-19 hab¨ªa robado hace d¨¦cadas, estuviera presente en su ceremonia de posesi¨®n. Ese d¨ªa, quien le impuso la banda presidencial fue la senadora Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro, hija de Carlos Pizarro, el l¨ªder del M-19 que firm¨® la paz y fue asesinado en 1990, cuando era candidato presidencial de la AD-M19. La misma guerrilla sol¨ªa hacer actos simb¨®licos en su actuar pol¨ªtico, como robar un cami¨®n de leche para d¨¢rsela a los pobres.
Petro tambi¨¦n es un presidente que busca ser reconocido como el de la reconciliaci¨®n y la paz: un exguerrillero que lleg¨® al poder y es jefe del Ej¨¦rcito, quien se reuni¨® con sus antiguos enemigos a inicios de su Gobierno, y quien abri¨® di¨¢logos de paz con todos los armados del pa¨ªs. Las cr¨ªticas de una v¨ªctima de la guerra, cuyo padre fue asesinado por el mismo Estado represivo que Petro combati¨®, es terreno sensible para el presidente. Y m¨¢s que Ur¨¢n lo haga aludiendo a la tragedia del Palacio de Justicia, uno de los peores errores militares del M-19, y por el que algunos de sus miembros vivos han pedido perd¨®n p¨²blicamente.
Algunos de los excompa?eros del M-19, sin embargo, esquivan menos que Petro el debate de Ur¨¢n. Jos¨¦ Cuesta, exmiembro del M-19, fil¨®sofo y concejal de Bogot¨¢, dice que la escuch¨® una vez en W Radio y le impact¨®. ¡°Me conect¨¦ mucho con sus palabras, creo que tiene mucho sentido lo que dice, y desde entonces me pregunto c¨®mo responderle¡±, dice.
Le explica a EL PA?S que le dir¨ªa algo as¨ª: que el M-19 es ¡°un conjunto de actuaciones, no solo una acci¨®n infausta, como lo ocurrido en el Palacio de Justicia. Como cualquier ser vivo, el M-19 tuvo cosas maravillosas, como un proyecto profundamente humanista, y decisiones muy equivocadas. Y no nos avergonzamos de nuestra historia, que tiene lo bueno y lo malo, lo generoso y lo mezquino¡±. Tambi¨¦n fue un proyecto pol¨ªtico que le apost¨® a la paz, a?ade, incluso cuando asesinaron a Pizarro. ¡°El M-19, para m¨ª, fue la vida entera¡±, dice Cuesta. Una vida con sus altos y bajos, y la bandera que le guarda esa memoria pol¨ªtica. ¡°La bandera es una s¨ªntesis de todo lo que somos y s¨ª, claro, a veces debemos tener cuidado para no herir sensibilidades¡±, a?ade.
Cuesta se refiere a una protesta, frente al nuevo Palacio de Justicia, en febrero pasado. All¨ª llegaron simpatizantes del presidente que quer¨ªan presionar a los magistrados para que eligieran la nueva fiscal general, varios con banderas del M-19. Ese gesto apel¨® inmediatamente a lo ocurrido en 1985. ¡°Ah¨ª s¨ª creo que hubo un exceso de protagonismo, innecesario, y apenas vi las banderas, pens¨¦: la oposici¨®n va a utilizar esto con lo ocurrido en el 85. Dicho y hecho, fue la matriz medi¨¢tica de todo ese d¨ªa¡±, a?ade.
Antonio Sanguino, exsenador y quien fue tambi¨¦n militante de izquierdas cercano a la guerrilla del ELN, concuerda en que ese hecho fue un error, y considera que el presidente s¨ª deber¨ªa ¡°tomar nota de lo que dice Helena Ur¨¢n, porque quien le habla es una v¨ªctima de la toma y la retoma del Palacio de Justicia, y a las v¨ªctimas hay que o¨ªrles, merecen un tratamiento cuidadoso por parte de quienes hemos participado en el conflicto. Si queremos reconciliarnos, tenemos que escucharla¡±.
Pero Sanguino tambi¨¦n entiende a quienes reclaman un momento hist¨®rico al sacar la bandera a la calle. ¡°El M-19 fue una guerrilla que, como ninguna otra, ha reclamado su condici¨®n de v¨ªctimas, sobre todo despu¨¦s del asesinato a Carlos Pizarro, y es que a nadie le matan un comandante justo cuando firman un proceso de paz¡±, dice. Victimario y v¨ªctima, entre esas dos palabras est¨¢ el debate de la bandera del M-19. Un debate al que el presidente alude seguido, pero sin responder directamente a Helena Ur¨¢n.
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