Bancos, recortes y veh¨ªculos el¨¦ctricos
El Gobierno se equivoca si cree que los bur¨®cratas deben dedicarse a dar cr¨¦ditos y si considera que maltratar a las empresas le ayudar¨¢ a mejorar el recaudo tributario
?Qu¨¦ es un banco?
La esencia de un banco es conocer a sus prestatarios. Donde gana o pierde plata es en la certidumbre con la que entrega los cr¨¦ditos, a la espera de que sean devueltos muchos meses despu¨¦s, con los respectivos intereses. Si escoge mal, no recupera la cartera de cr¨¦ditos, y tarde o temprano fenece.
Claro est¨¢, los bancos adem¨¢s tienen cajeros humanos y electr¨®nicos, oficinas por todos lados, sistemas en l¨ªnea, etc¨¦tera, pero todo eso lo paga el margen que obtiene al intermediar entre dep¨®sitos y cr¨¦ditos, y las (altas) comisiones que cobran por las transacciones.
El negocio del banco es, pues, el conocimiento. Cuando un Gobierno dice que puede reemplazar a los bancos en la tarea de otorgar cr¨¦ditos, y aparte de eso, darlos subsidiados, como o¨ªmos en Colombia la semana pasada, la pregunta obvia es: ?Pueden unos bur¨®cratas llegar a conocer a los potenciales deudores a quienes van a desembolsar sumas importantes de dinero, tan bien o mejor que los banqueros? La respuesta es: No.
La raz¨®n es sencilla. Si los bur¨®cratas del Gobierno escogen mal a sus deudores, no se juegan su supervivencia. El banco s¨ª. Los primeros no se juegan el pellejo, los banqueros s¨ª. Por eso, desechemos de plano esa idea simplona y fr¨ªvola, seg¨²n la cual todo el mundo estar¨ªa mejor si los bancos le dieran la plata al Gobierno en unas inversiones forzosas. Nada forzoso suena bien en un mercado. Los bur¨®cratas deben enfocarse en usar bien los impuestos que les pagamos, de por s¨ª una tarea tit¨¢nica, y dejar que los bancos usen bien los dep¨®sitos de los ahorradores. Zapatero a tus zapatos.
Recortes de gasto
El Ministerio de Hacienda dice que se equivoc¨® en 20 billones de pesos en la predicci¨®n del recaudo tributario de 2024. Esto a pesar de que est¨¢ recaudando dos reformas tributarias seguidas, las de los ministros Restrepo y Ocampo. Como lo veo, la raz¨®n es que la base de los impuestos son las utilidades de las empresas, y el Gobierno lleva 22 meses maltratando a sus principales contribuyentes. Es lo que se describe como ¡°un tiro en el pie¡±.
En el mejor inter¨¦s del Gobierno est¨¢ que las empresas privadas funcionen bien, pues es socio de una tercera parte de sus utilidades. Esa tercera parte es el pago por contar con: 1) instituciones estables; 2) reglas del juego claras; 3) un sistema judicial efectivo donde evacuar disputas; 4) una regulaci¨®n no invasiva que deje trabajar; 5) un ambiente de seguridad social que otorgue a las familias de los trabajadores educaci¨®n para los hijos, salud a la familia, ahorro para la vejez y protecci¨®n contra el desempleo; 6) un sistema de pago de largo plazo que promueva la construcci¨®n y mantenimiento de la infraestructura y los servicios p¨²blicos; y 7) un sistema honesto y eficaz de seguridad f¨ªsica, basado en unas las fuerzas del orden que nos defienda del crimen.
Parece que en el Gobierno consideran que estas siete tareas no son su obligaci¨®n, a cambio de cobrar impuestos, pues socava cada uno de esos frentes con las reformas que propone.
Por una raz¨®n dif¨ªcil de entender, pero que los expertos en conflictos conyugales describen como ¡°el s¨ªndrome de tener raz¨®n, en lugar de ser feliz¡±, el Gobierno decidi¨® vapulear la confianza empresarial, hasta dejarla tirada en la lona a punta de pu?etazos. Ahora las empresas hacen pagos de impuestos inferiores a lo esperado. Algo similar sucede con las familias de profesionales que pagan renta e IVA.
Por favor, para los dos a?os que quedan del Gobierno Petro, traten bien a las empresas, para que prosperen y paguen altos impuestos. El actual pierde-pierde no le conviene a nadie.
Mientras se recupera la confianza mutua entre el Gobierno y los empresarios, el ministro de Hacienda recort¨® 20 billones de gasto p¨²blico, acto valeroso y responsable. Ahora bien, eso solo cubre el hueco creado a mayo. En los siete meses que quedan ese hueco se ampliar¨¢ a 30 billones. Con lo cual, o bien en octubre habr¨¢ otro recorte de 10 billones adicionales; o bien incumplir¨¢ la meta de d¨¦ficit fiscal a fin de a?o, y en lugar de 5,6% llegar¨¢n al 6% del PIB.
?Veh¨ªculos completamente el¨¦ctricos?
Empecemos con Toyota. La primera productora de autom¨®viles del mundo, con 11,3 millones de autos nuevos en 2023, dice en su publicidad: ¡°Nuestra meta es reducir las emisiones de carb¨®n tanto como sea posible, tan r¨¢pido como sea posible¡±. Su compromiso es ofrecer a una amplia gama de veh¨ªculos total o parcialmente el¨¦ctricos, que den a sus clientes la posibilidad de reducir su huella de carbono. Esperan ser carbono neutral en sus plantas en 2035 y en sus veh¨ªculos en 2050.
Ahora bien, sigue su publicidad, en EE. UU. hay obst¨¢culos importantes para transitar hacia la oferta generalizada de veh¨ªculos movidos exclusivamente por bater¨ªas el¨¦ctricas; se necesitar¨ªan m¨¢s de 300 minas nuevas de litio, cobalto, n¨ªquel y grafito para suplir a 2035 la demanda esperada de bater¨ªas. El ritmo de nueva miner¨ªa y su procesamiento probablemente se quedar¨¢ corto (s¨®lo para EE. UU., no es a¨²n el mundo entero).
En cuanto a la infraestructura de carga de bater¨ªas: solo el 12% de los cargadores p¨²blicos son de cargue r¨¢pido, que toman de 20 a 60 minutos en llegar al 80% de carga. La mayor¨ªa de las estaciones p¨²blicas toman entre 8 y 30 horas. Para alcanzar las metas de pol¨ªtica para 2030, se necesitar¨ªa 1,2 millones de terminales de carga. Eso implicar¨ªa instalar 400 cargadores por d¨ªa, versus los 50 que se instalan actualmente; adicionales a 28 millones de cargadores residenciales de veh¨ªculos el¨¦ctricos.
Toyota pasa a mirar la capacidad de pago de las familias: el costo promedio de un veh¨ªculo de combusti¨®n interna es 48.000 d¨®lares, versus 58.000 el de un veh¨ªculo el¨¦ctrico. Adem¨¢s, instalar una unidad de carga en la casa son 1.300 d¨®lares.
?Cu¨¢l es entonces ¡°la senda pr¨¢ctica hacia adelante¡±? Una mezcla de veh¨ªculos el¨¦ctricos, h¨ªbridos enchufables (¡°plug-in¡±, que tienen bater¨ªas m¨¢s peque?as, duran menos en cargar y tienen menor autonom¨ªa); y veh¨ªculos h¨ªbridos. El dilema entre los tres tipos de veh¨ªculo, es la regla 1:6:90: la misma cantidad de materias primas (minerales mencionados), se puede usar para 1 veh¨ªculo el¨¦ctrico; 6 h¨ªbridos enchufables; o 90 h¨ªbridos. Pero la reducci¨®n de emisiones de carbono de los 90 h¨ªbridos a lo largo de su vida ¨²til, es 37 veces la de un veh¨ªculo el¨¦ctrico. Blanco es, gallina lo pone.
Veamos otras marcas. Volkswagen apost¨® por los veh¨ªculos el¨¦ctricos, y lleg¨® a medio mill¨®n de autos antes de lo esperado; pero ven que el ¨¢nimo de los consumidores se ha enfriado. Un reporte de la revista The Drive dice que Ford, General Motors y Mercedes-Benz han hecho aclaraciones respecto de sus estrategias de electrificaci¨®n. La l¨ªnea totalmente el¨¦ctrica de GM ahora se desarrollar¨¢ ¡°durante d¨¦cadas¡±, en lugar de completarla en 2035; para Mercedes-Benz los veh¨ªculos el¨¦ctricos son la estrategia a largo plazo, pero veh¨ªculos de combusti¨®n interna, los h¨ªbridos y los h¨ªbridos enchufables ofrecen un mejor balance en la actualidad.
En cuanto al costo, The Wall Street Journal muestra que en Estados Unidos los veh¨ªculos el¨¦ctricos valen m¨¢s, son m¨¢s costosos de reparar y de asegurar. La reparaci¨®n promedio de un veh¨ªculo el¨¦ctrico es 6.066 d¨®lares, 2.000 d¨®lares m¨¢s que la de un veh¨ªculo de combusti¨®n interna. Hertz, la compa?¨ªa de alquiler de carros, iba a comprar 100.000 Teslas y se ech¨® para atr¨¢s por los gastos por reparaciones. En China, 2/5 de los carros nuevos son el¨¦ctricos, pero el aseguramiento a tambi¨¦n una preocupaci¨®n.
En suma, los veh¨ªculos el¨¦ctricos llegaron con fuerza, pero su adopci¨®n ser¨¢ m¨¢s lenta de lo que anuncian los pol¨ªticos, y seguiremos usando combustibles f¨®siles por mucho m¨¢s tiempo.
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