Al borde del precipicio
El colapso final del sistema de salud significa el triunfo de la incompetencia sobre la diligencia, de la ignorancia sobre el an¨¢lisis, de la soberbia sobre el servicio al p¨²blico
De las muchas malas semanas de estos dos a?os, la que acaba de pasar fue la peor, por el colapso final del sistema de salud. Significa el triunfo de la incompetencia sobre la diligencia, de la ignorancia sobre el an¨¢lisis, de la soberbia sobre el servicio al p¨²blico, de la irresponsabilidad sobre la seriedad, del caos sobre el orden. La salud de 50 millones de colombianos queda en manos equivocadas. ?C¨®mo llegamos aqu¨ª?
1. La plata empez¨® a faltar de tiempo atr¨¢s en el sistema de salud, porque los jueces y la Corte Constitucional, y alg¨²n ministro de Salud m¨¢s generoso que riguroso, decidieron que todos los tratamientos (o casi todos), y todos los medicamentos (o casi todos), deb¨ªan ser cubiertos por el sistema.
2. Adem¨¢s, que no deb¨ªa haber diferencia entre los que pagaban (sistema contributivo) y los que no (subsidiado).
3. El sistema fue v¨ªctima de su propio ¨¦xito, pues en los ¨²ltimos 20 a?os la demanda de servicios por habitante aument¨® casi 40%, esto es, la frecuencia de uso por cada colombiano. La gente confiaba en el sistema, y ¨¦ste gozaba de buena reputaci¨®n. La consecuencia fue un exceso de demanda que dispar¨® los costos versus lo que se hab¨ªa planificado.
4. Desde principio del siglo la poblaci¨®n empez¨® a envejecer m¨¢s aceleradamente y a ser m¨¢s longevos de lo que contemplaron los dem¨®grafos. Con menos j¨®venes y m¨¢s viejos, el sistema revel¨® que los costos crecientes no se pod¨ªan satisfacer con los aportes contemplados. El hecho fue cubierto con impuestos.
5. Luego surgi¨® el problema de validaci¨®n de facturas, retrasos en los reconocimientos de los tratamientos efectivamente realizados, de los que se deriv¨® buena parte de los problemas de caja de las aseguradoras (EPS) y las prestadoras (IPS).
6. En salud, a diferencia de otros sectores, el cambio tecnol¨®gico, en lugar de bajar costos, los aument¨®. Es particular, los nuevos medicamentos m¨¢s que las cirug¨ªas u otras tecnolog¨ªas. A ra¨ªz de la propiedad intelectual, los medicamentos nuevos contra el c¨¢ncer, el Alzheimer, etc., han incrementado el costo de la salud en todo el mundo. Dado que los jueces decidieron dar todo a todo el mundo, esto repercuti¨® en la insostenibilidad financiera.
En esas estaba el sistema de salud cuando lleg¨® el actual Gobierno. La animadversi¨®n con un sistema que combinaba agentes privados y p¨²blicos llev¨® al Gobierno a tomar una serie de decisiones desacertadas:
a) No aument¨® el monto del pago por afiliado para las EPS. Los c¨¢lculos m¨¢s conservadores muestran que el aumento con la tasa de inflaci¨®n de 2022, fue al menos cinco puntos porcentuales menor que el de los costos de salud.
b) No hizo los pagos de los llamados ¡°Presupuestos M¨¢ximos¡± (PM, una cantidad adicional peque?a por afiliado a la EPS para cubrir servicios no cubiertos por el plan de beneficios); hasta que la Corte Constitucional orden¨® hacerlo, en octubre de 2023. Incluso entonces, el Gobierno no pag¨® el monto total adeudado.
c) Retuvo dineros adeudados a las EPS, especialmente por pagos y servicios prestados durante la emergencia del COVID.
d) Reasign¨® muchos pacientes con enfermedades cr¨®nicas a las mejores EPS (Salud Total, Sanitas y Sura), aumentando sustancialmente su costo, sin subir los recursos.
e) Hizo un cese repentino de la atenci¨®n a problemas sist¨¦micos represados desde la pandemia, como cirug¨ªas, procedimientos y tratamientos de alto costo.
Con esta seguidilla de acciones se dio el puntillazo final al sistema de salud. Creer, como hace el Gobierno, que remover las EPS resuelve los problemas de fondo es equivocado. Sin las EPS aparecen otros problemas.
Desaparece el doliente de los costos y se entra a un periodo de inflaci¨®n de precios de tratamientos y medicamentos, sin que ning¨²n agente ejerza control. Ser¨ªa como remover el Banco de la Rep¨²blica y rezar para que la inflaci¨®n no nos ahogue. La auditor¨ªa sobre el 15% de las prestaciones la har¨¢ la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), cosa que sobrepasa a esa entidad; el 85% restante quedar¨¢ sin auditor¨ªa.
El control fiscal lo deber¨¢ hacer cada alcalde (de los cuales hay 1.120, la mayor¨ªa sin capacidad para el efecto), el gobernador o vaya usted a saber qui¨¦n. En Colombia, a finales de 2023, se prestaban alrededor de 1.100 millones de servicios de salud al a?o (alrededor de tres millones por d¨ªa). ?Qui¨¦n va a auditarlos y comprobar que efectivamente fueron servicios prestados? Si el lector se imagina que ah¨ª puede surgir una corrupci¨®n de proporciones b¨ªblicas, est¨¢ en lo correcto.
Desaparece el responsable real de la salud de los pacientes. Las propias asociaciones de pacientes piden eso: ?A qui¨¦n le vamos a reclamar ahora? Las obligaciones que reca¨ªan en las EPS se diluir¨¢n entre una telara?a de organismos y empleados p¨²blicos, sin que nadie responda, como sucede en la actualidad con la salud de los maestros; mientras la salud de la gente se deteriora, los medicamentos no aparecer¨¢n, cosa que ocurre, por primera vez en 30 a?os, y no se proporcionar¨¢n tratamientos.
El riesgo fiscal para los contribuyentes en los pr¨®ximos cinco a diez a?os puede ser descomunal. En Estados Unidos, la naci¨®n m¨¢s rica de la tierra y de la historia, no pretenden que todo el mundo debe estar cubierto frente a todo, contra un fondo p¨²blico. All¨¢ saben que eso es insostenible. Tendr¨ªa como consecuencia succionar de las empresas y las familias una cantidad de ahorro que es con lo que la econom¨ªa funciona y crece. Algo similar pasa con las pensiones. All¨¢ no pretenden tener un sistema p¨²blico que pague a todo el mundo una pensi¨®n, pues es inviable, inclusive si se cubren los faltantes con impuestos. Se correr¨ªa el riesgo de ahogar a los hogares y empresas a punta de tributos.
Esos dos sistemas, la salud y las pensiones, que son meritorios desde el punto de vista de justicia social, mal dise?ados socavar¨ªan la capacidad de pago de las familias, las empresas y de la naci¨®n como un todo.
Se estancar¨ªa la econom¨ªa y se la empujar¨ªa a un c¨ªrculo vicioso de no crecer, perder a¨²n m¨¢s capacidad de pago, aumentar la deuda, socavar el incentivo para crear riqueza, atrapada para esos pagos, ergo no crecer, y as¨ª sucesivamente.
Esa es la verdadera definici¨®n de insostenibilidad tanto fiscal como econ¨®mica, del pa¨ªs como un todo. Es lo que se trat¨® de evitar en Colombia en 2011 cuando el Congreso aprob¨® la reforma constitucional de sostenibilidad fiscal. Las reformas de salud y pensiones del Gobierno Petro incumplen esa condici¨®n. Ni la naci¨®n m¨¢s rica de la tierra se impone condiciones explosivas de costos.
?Por qu¨¦ Colombia cree que puede hacerlo? Por falta de pensar a fondo los problemas y falta de decirse las verdades. Por pensar con el deseo y no con la cabeza.
Se llega al borde del precipicio econ¨®mico cuando se pide a una entidad, una persona, una familia, una empresa o un Estado algo que f¨ªsica y econ¨®micamente no pueden dar de s¨ª. Pagar: salud + medicamentos + pensi¨®n + universidad gratis + vivienda gratis + un predio de 10 hect¨¢reas si es campesino + una plata al mes por hijo + una plata al mes por adulto + una plata para los delincuentes a ver si dejan eso + transporte urbano gratis + SOAT gratis + electricidad gratis + agua gratis + lo que se nos ocurra porque este pa¨ªs es muy injusto.
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