La pol¨ªtica de las ¡®jugaditas¡¯
La reforma pensional se aprob¨® con cr¨ªticas por las maniobras de lado y lado. Ahora depende de la revisi¨®n de la Corte Constitucional
Es lamentable que una reforma tan importante y necesaria como la pensional no haya salido del Congreso de Colombia con total certeza y genere dudas ante la posibilidad de que se caiga en la Corte Constitucional por lo que pas¨® al final: se aprob¨® sin ser debatida en la plenaria de la C¨¢mara de Representantes, en donde se acogi¨® por mayor¨ªa el texto como sali¨® del Senado. Los partidarios del proyecto respondieron con esa controvertida maniobra a las muchas ¡°jugaditas¡± que usaron desde la oposici¨®n para bloquearla. Ese ¡°pupitrazo¡±, dicen algunos juristas, la pone en riesgo ante la Corte Constitucional.
En el pa¨ªs hab¨ªa consenso sobre la necesidad de hacer una reforma pensional desde hace tiempo. La que present¨® el Gobierno del presidente Gustavo Petro ten¨ªa un importante nivel de respaldo, se debati¨® en el camino, se modific¨® con aportes de distintos sectores y, como es natural, motiv¨® mucho debate por los detalles: los montos de cotizaci¨®n, las comisiones de los fondos privados, los costos, la vigilancia de los dineros del ahorro pensional, el momento para ponerla en marcha y las excepciones sobre la norma general, entre otros puntos de discordia. Contrario a lo que hoy se afirma desde sectores de oposici¨®n, hubo debate amplio y modificaciones al texto original aunque en el ¨²ltimo paso se haya votado sin cumplir ese requisito.
Cada art¨ªculo mueve m¨²ltiples intereses y es natural que en la democracias se enfrenten las distintas posiciones para tratar de ganar las mayor¨ªas en el Congreso. Lo que es menos democr¨¢tico es el uso del pupitrazo, sabotear el tr¨¢mite, abusar con los recursos para enredar lo que es obligaci¨®n para los congresistas: el debate y la discusi¨®n sobre las reformas. Sin embargo, desde hace tiempo la pol¨ªtica se hace mucho m¨¢s con las estrategias algo turbias de la politiquer¨ªa y menos con los argumentos y la b¨²squeda de responder a los intereses colectivos.
Hace unos d¨ªas algunos celebramos los acuerdos que se ven¨ªan logrando para sacar adelante varios proyectos en el Congreso sobre la base de la discusi¨®n y la b¨²squeda de acuerdos entre las distintas bancadas. Hoy, volvemos a la realidad de la pol¨ªtica. En esta ocasi¨®n el Gobierno y su bancada, con el apoyo de congresistas de varios partidos, se jugaron la carta de aprobar lo que pas¨® en el Senado con todo el riesgo que corre en la Corte, porque la oposici¨®n tambi¨¦n us¨® todas las herramientas posibles para interrumpir el debate. Seg¨²n la ponente del proyecto, Martha Alfonso Jurado, se presentaron 150 impedimentos, 100 recusaciones, 800 proposiciones para 94 art¨ªculos y en dos ocasiones se logr¨® romper el qu¨®rum. ¡°Nos llevaron contra la pared y a la sin salida. Era esto o que se hundiera la reforma¡±, dijo la representante.
Todas las estrategias que ella cita son de uso frecuente y corriente en el Congreso. Que sea as¨ª no significa que sean pr¨¢cticas convenientes o que le sirvan a la democracia. Lo deseable es que se cumplan los debates, que no se abuse de los recursos de procedimiento, que no se hagan bloqueos al ejercicio democr¨¢tico y se llegue a decisiones por la v¨ªa de la concertaci¨®n y los acuerdos o por la votaci¨®n para que sean las mayor¨ªas las que se pronuncien. Sin embargo, lo deseable en pol¨ªtica nunca es lo real. Las jugaditas, las triqui?uelas pesan m¨¢s que el debate de fondo.
Con la reforma pensional qued¨® claro que el Gobierno ten¨ªa los votos necesarios en la C¨¢mara. No era entonces la falta de respaldo lo que llev¨® al pupitrazo, fue el temor a una dilaci¨®n en el Senado en el momento de la conciliaci¨®n. Eso habr¨ªa hundido la reforma. Se perdieron los ajustes hechos en la comisi¨®n s¨¦ptima de la C¨¢mara que, seg¨²n varias voces de expertos, mejoraban el proyecto y correg¨ªan errores que pueden generar vac¨ªos.
A pesar de todas las dificultades, la aprobada es una reforma que se hab¨ªa aplazado por d¨¦cadas y puede mejorar el panorama actual, en especial porque apunta a resolver la inmensa desigualdad entre los pocos que tienen acceso a una pensi¨®n y los muchos que viven la vejez en la miseria. Tambi¨¦n corrige la inequidad, menos discutida, entre los pensionados de fondos privados y los de Colpensiones. En la reforma por lo menos se plantean las mismas reglas de juego para todos los trabajadores a la hora de recibir una pensi¨®n. Hoy eso no es as¨ª.
Ser¨¢ motivo de debate lo que pase en el futuro con los pensionados de clase media que se ver¨¢n afectados con este cambio. En los detalles hay mucho debate, en el fondo, una reforma que va en el que parece ser el sentido correcto desde el punto de vista de equidad social. Lo que viene ahora es esperar la decisi¨®n de la Corte Constitucional, hacer el complejo proceso de reglamentaci¨®n y la pedagog¨ªa sobre lo que fue aprobado porque hay mucha desinformaci¨®n, generada por los intereses pol¨ªticos.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.