?Hay que tragarse el sapo?
Los acuerdos implican que no solo el que los impulsa se imponga con sus ideas. No hay consensos a la fuerza, ni pactos regidos por la disciplina para perros

Solo usted sabe y siente, en su coraz¨®n, si Dios existe y cu¨¢l es el creador verdadero. No vamos a discutirlo. Se ha hecho ya millones de veces en la historia de la humanidad y con el resultado de esos debates podr¨ªamos llenar de sangre tres o cuatro veces la fosa de las Marianas. Pensemos, si le parece (al menos en terrenos del pasado judeocristiano), que Jes¨²s existi¨® como ser humano maravilloso. La divinidad, repito, no viene al caso.
Un buen d¨ªa, Jes¨²s respondi¨® a sus disc¨ªpulos una inquietud: ?qui¨¦n es el mayor, el m¨¢s grande en el reino de los cielos? ?Cielos, qu¨¦ pregunta! Jes¨²s dio la famosa explicaci¨®n de que solo quienes cambian, y son como ni?os, entran al para¨ªso. Es el mismo d¨ªa en que les record¨® que cuando dos o tres est¨¦n reunidos en su nombre, ¨¦l estar¨¢ con ellos. Tambi¨¦n les asegur¨® que lo atado en la tierra estar¨¢ atado en las alturas, a manera de explicar con sencillez la importancia de un acuerdo.
El presidente Gustavo Petro, que alega de forma vehemente no ser antisemita, seguro que ha le¨ªdo este pasaje con las palabras del preclaro jud¨ªo cuyas ense?anzas siguen hoy millones de personas. Tal vez por ello su insistencia, en reciente alocuci¨®n, al llamado a un di¨¢logo para lograr los cambios que el pa¨ªs necesita. Textualmente dijo: ¡°Prefiero la ¨²ltima opci¨®n y por eso he convocado hace dos a?os a un acuerdo nacional¡±.
Nadie pude negar que el presidente ha pasado meses insistiendo en el acuerdo nacional, pero tal vez el tiempo que ha dedicado a repasar las escrituras no le ha permitido consultar otras fuentes, verbigracia, el diccionario de la lengua espa?ola, donde cualquiera puede entender lo que es un acuerdo.
Se trata de un convenio entre dos o m¨¢s partes. Partes de variados tipos, porque si uno solo puede llegar a acuerdos con subversivos, narcotraficantes, violadores de menores, secuestradores, extorsionistas, cuatreros, traficantes de seres humanos y explotadores ilegales de oro, entonces estar¨ªamos frente a una especie de eunuco del consenso. Acordar, por si alguien no se ¡°acuerda¡±, es determinar o resolver algo con un pacto o por mayor¨ªa de votos.
La mayor¨ªa de votos, precisemos, no da derecho a que una parte o persona haga lo que se le venga en gana. Tal vez en las cavernas o en las hordas, pero no en las democracias. Los acuerdos pueden tener muchas formas, menos la del embudo, porque los embudos son sumamente inc¨®modos, sobre todo si quien tiene el poder les introduce a los dem¨¢s la parte delgada y cil¨ªndrica del admin¨ªculo precisamente en aquellas cuatro ¨²ltimas letras.
El presidente es un hombre abierto a escuchar a los dem¨¢s, pero tambi¨¦n proclive a que las ideas ajenas se estrellen contra la coraza que recubre su manera de entender el mundo. Pide un acuerdo, entendiendo por acuerdo que se acepte a pie juntillas lo que ¨¦l propone.
Si los acuerdos consisten en tragar entero, seguir¨¢ Petro sufriendo de esa indigesti¨®n que deriva de apetititos insaciables. ?Han visto esos videos de sapos con ojos saltones que tragan presas enormes, incluso cong¨¦neres, hasta asfixiarse y morir? El poder es as¨ª. Y no estamos obligados los colombianos a tragarnos el sapo de la imposici¨®n.
El petrismo pone al pa¨ªs a gastar energ¨ªas en conversaciones y di¨¢logos, pero, en ¨²ltimas, lleva al Congreso reformas que no reflejan consensos de fondo. A eso los entendidos en cultura popular lo llaman ¡°dar contentillo¡± o ¡°dar caramelo¡±. Caramelo bastante amargo, por dem¨¢s. Proteja la Providencia al ministro Juan Fernando Cristo, encargado de cristalizar alianzas de porcelana que se rompen al primer golpe del l¨¢piz de Petro sobre el atril de las alocuciones.
Tal vez el ¨²nico Petro que llegue a un acuerdo valioso sea Nicol¨¢s. Uno con la Fiscal¨ªa, entidad que pareciera dispuesta a fluir por el angosto canal del embudo para complacer al padre del delf¨ªn criado sin padre.
***
Retaguardia. Los congresistas de la U, el partido Conservador y el Liberal no resistieron la tentaci¨®n de apoyar la candidatura a procurador de Gregorio Eljach, amigo y escudero. Claro que se puede votar por el generoso Gregorio, pero han debido, por decoro, ahorrarse el espect¨¢culo grotesco de exhibir las agallas antes de tiempo. No esperaron la llegada de los papeles de los candidatos al Congreso, ni se molestaron en o¨ªrlos. Aunque si Petro, ¨ªcono de la izquierda, vot¨® para procurador por ese Alejandro Ord¨®?ez que flotaba en azul de metileno, ?qu¨¦ se puede esperar de nuestros siempre bien aceitados congresistas!
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