Dos ¡®influencers¡¯ reabren el debate sobre el machismo y el clasismo en el espacio p¨²blico de Medell¨ªn
Unos guardias de seguridad privada echaron a Jos¨¦ y Mar¨ªa Fernanda V¨¢squez de Provenza, una zona de bares y discotecas en la capital antioque?a. ¡°No puede ingresar a menos que baje la falda¡±, justific¨® uno de ellos. ¡°Aqu¨ª nada es barato¡±, dijo otro
Casi toda la escena de discriminaci¨®n qued¨® registrada en un video de seis minutos. Se escucha c¨®mo un guardia de seguridad privada le pide a dos hermanos influencers que se retiren de Provenza, una zona de bares y discotecas de Medell¨ªn que Karol G catapult¨® a la fama en su ¨¢lbum Ma?ana ser¨¢ bonito. ¡°Es un c¨®digo de ¨¦tica [de vestimenta] de ac¨¢, de la Alcald¨ªa. Qu¨¦ pena¡±, justifica el vigilante. Mientras, los j¨®venes muestran c¨®mo est¨¢n vestidos: ¨¦l, con un jean celeste y una camiseta tipo esqueleto (sin mangas) que deja el ombligo al descubierto; ella, con una falda corta y una blusa manga larga. Despu¨¦s, el guardia aclara que el problema es la mujer. ¡°Es ella. Ella sabe que estamos hablando de ella¡±, afirma. El joven muestra su incredulidad y confronta, pregunta qui¨¦n da la orden y qu¨¦ deben hacer. El guardia responde que no puede informar eso y reitera: ¡°No se puede ingresar as¨ª a menos que baje la falda o cambie la vestimenta¡±. Horas despu¨¦s, el video se viraliza.
@josevasqueztv Nos sacaron de PROVENZA por nuestra VESTIMENTA ? p1
? sonido original - Jose Vasquez ?
La escena, acontecida el viernes 20 de septiembre, no es nueva. Varios usuarios de redes sociales han comentado en los ¨²ltimos d¨ªas que han vivido situaciones similares con guardias que no solo vigilan los bares y discotecas, sino tambi¨¦n la v¨ªa p¨²blica, en la que no aplica el derecho a reservarse la admisi¨®n que tienen los establecimientos privados. La diferencia es que esta vez los abusos quedaron registrados y que los afectados fueron influencers con millones de admiradores. Jos¨¦ V¨¢squez tiene 12,5 millones de seguidores en TikTok y su hermana, Mar¨ªa Fernanda, suma otros 14,4 millones. No fue dif¨ªcil que el video corriera como p¨®lvora en los d¨ªas posteriores al incidente y reabriera el debate sobre el machismo y el clasismo que atraviesan los espacios p¨²blicos de Medell¨ªn.
La grabaci¨®n, adem¨¢s, sorprende por su crudeza. Los guardias no se guardaron ning¨²n prejuicio. Primero fue el machismo: el primer vigilante aclar¨® varias veces que el problema es la vestimenta de ella y no la de ¨¦l. Seg¨²n aseguran los hermanos, incluso dijo que Mar¨ªa Fernanda solo pod¨ªa entrar luego de la medianoche, en referencia al trabajo sexual. Despu¨¦s, otros guardias a los que acudieron los j¨®venes cometieron otra discriminaci¨®n. Tras reconocer que Mar¨ªa Fernanda no estaba ¡°tan mal vestida¡±, uno de ellos opt¨® por comentarios clasistas para justificar la exclusi¨®n. ¡°?C¨®mo les dir¨ªa yo? Es gentecita de plata [la que viene a Provenza], y aqu¨ª nada es barato¡±, se escucha en el video. Jos¨¦ los deja en evidencia: ¡°?Qu¨¦ tiene que ver el dinero? ?Est¨¢s diciendo que por estar vestidos as¨ª no tenemos con qu¨¦ pagar el plato ac¨¢?¡±.
En unos audios difundidos a medios de comunicaci¨®n, Jos¨¦ da m¨¢s detalles sobre el episodio. Cuenta que es cantante y que esa noche se dirig¨ªa con su hermana a un restaurante para el lanzamiento del sencillo Parcerito. ¡°Ten¨ªamos todo preparado. Ya me hab¨ªa tocado pagar reserva, hab¨ªamos hecho el acuerdo del men¨² y los platos, ya nuestros amigos nos estaban esperando¡±, relata. Tambi¨¦n comenta que ella sugiri¨® irse a cambiar de falda, pero que ¨¦l descart¨® esta opci¨®n. ¡°No, mi beb¨¦, t¨² no te tienes por qu¨¦ cambiar. No te vas a cambiar, mor, porque estamos en la calle¡±, reconstruye sobre el di¨¢logo entre ellos. Enfatiza, adem¨¢s, que no fue un factor que Mar¨ªa Fernanda tenga 17 a?os: reitera que iban a un restaurante y asegura que ella tiene permisos para conciertos en locales nocturnos.
Repercusiones
El video toc¨® una fibra sensible en Medell¨ªn. La segunda ciudad de Colombia experimenta claras tensiones entre su creciente atractivo para los turistas extranjeros y las medidas denunciadas como excluyentes hacia la poblaci¨®n local. A principios de 2023, caus¨® revuelo la decisi¨®n del exalcalde Daniel Quintero de rodear la ic¨®nica Plaza Botero con vallas de la Polic¨ªa para controlar qui¨¦n entraba y qui¨¦n no. La decisi¨®n, criticada como discriminatoria con grupos como trabajadoras sexuales y habitantes de calle, incluso produjo una queja p¨²blica del famoso pintor que le da nombre al espacio. Meses despu¨¦s, la Alcald¨ªa cerr¨® el Parque Lleras, uno de los atractivos tur¨ªsticos del pudiente barrio de El Poblado, a pocas cuadras de la v¨ªa Provenza. El nuevo alcalde, Federico Guti¨¦rrez, busc¨® diferenciarse: reabri¨® la Plaza Botero en enero de 2024 y el Lleras unos meses despu¨¦s.
Algunas de estas tensiones resurgieron con el video de los hermanos V¨¢squez. ¡°?Como as¨ª? Si van los blancos, que van de manera m¨¢s sencilla, no los sacan¡±, coment¨® una usuaria en TikTok. ¡°Es que piensan que no tiene d¨®lares. Ya eso se volvi¨® internacional, todo es demasiado costoso por todos lados¡±, acot¨® otro. Tambi¨¦n hubo quienes conjeturaron que la exclusi¨®n se debi¨® a cuestiones de orientaci¨®n sexual o identidad de g¨¦nero o visiones puritanas vinculadas a la religi¨®n. Incluso el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se pronunci¨® en X: ¡°Esto se llama franquismo. ?De d¨®nde sacan los franquistas colombianos que defienden la libertad?¡±. Otros usuarios, sin embargo, cuestionaron a los V¨¢squez por expresar que eran ¡°super artistas¡± ¡ªJos¨¦ justific¨® que por eso se vest¨ªan as¨ª¡ª o defendieron el presunto derecho de Provenza a reservarse la admisi¨®n.
La Alcald¨ªa se pronunci¨® varios d¨ªas despu¨¦s. El secretario de Seguridad, Manuel Villa, desminti¨® el lunes que los guardias de seguridad privada cumplieran con disposiciones del Distrito. ¡°El espacio es p¨²blico y no puede estar restringido ni vetado para nadie, a menos que exista una norma vigente que as¨ª lo establezca. No es el caso del que estamos hablando¡±, dijo. El alcalde Guti¨¦rrez, por su parte, coment¨® el mi¨¦rcoles que lo ocurrido era ¡°un absurdo¡± que no pod¨ªa permitirse. ¡°He hablado con due?os de restaurantes, bares y corporaciones para decirles que una cosa es el derecho a la admisi¨®n de cada uno de los establecimientos (...) y otra es el espacio p¨²blico, donde no pueden sacar a alguien por c¨®mo se vista o por cualquier otra raz¨®n¡±, remarc¨®. ¡°Es incre¨ªble que haya personas que se creen las due?as del espacio p¨²blico. Si no cumplen [las disposiciones], ya vendr¨¢n sanciones claras¡±, a?adi¨®.
La Corporaci¨®n Provenza, que agrupa a decenas de comerciantes, niega que los guardias prohibieran el ingreso de los hermanos V¨¢squez al ¨¢rea de bares y discotecas. ¡°Ellos ya estaban adentro. Entraron por toda Provenza y estaban adentro. Hubo un evento desafortunado con la informaci¨®n del vigilante, pero eso ya se habl¨® con ellos y se dej¨® claro que ese no es el modo de proceder y ya est¨¢. No vamos a pronunciarnos m¨¢s porque no fue la Corporaci¨®n la que dio esa informaci¨®n, sino el guarda de seguridad¡±, se?ala la directora de la agremiaci¨®n, Juana Cogollo, a trav¨¦s de un audio de WhatsApp. Ante una repregunta, agrega: ¡°El guarda de seguridad se equivoc¨® al decir que era una orden de la Alcald¨ªa, pero a nadie se le neg¨® el ingreso. Simplemente se le dijo a la chica que se baje la falda. Y despu¨¦s el guarda se vio acosado porque lo empezaron a grabar, lo intimidaron, cuando ¨¦l pidi¨® que no lo grabaran¡±. Los incidentes, sin embargo, no se detienen: el martes se viraliz¨® el video de dos mujeres que denunciaban un caso similar a los V¨¢squez.
?rea de Revitalizaci¨®n Econ¨®mica
En el medio han quedado los debates por los l¨ªmites entre lo p¨²blico y lo privado en espacios como Provenza. La zona es un ?rea de Revitalizaci¨®n Econ¨®mica, una figura que cre¨® el exalcalde Quintero hace dos a?os para entregar el espacio a la agremiaci¨®n de comerciantes que dirige Cogollo. Seg¨²n explica el exconcejal Daniel Duque, experto en procesos urbanos y ambientales, esto no implica que el espacio deje de ser p¨²blico. ¡°Pagarle a la Alcald¨ªa para usufructuar la calle [con terrazas] no puede derivar en que los comerciantes crean que tienen el derecho a restringir el acceso a un lugar que sigue siendo de todo el mundo¡±, remarca en una llamada telef¨®nica. Para ¨¦l, la Alcald¨ªa debe peatonalizar m¨¢s calles y firmar m¨¢s acuerdos, pero vigilar mejor que el usufructo ¡°se haga en condiciones que respeten la dignidad humana¡±.
Max Yuri Gil, director del Instituto de Estudios Pol¨ªticos de la Universidad de Antioquia, tiene una visi¨®n a¨²n m¨¢s cr¨ªtica. Cree que estos acuerdos de coadministraci¨®n son ¡°una desvirtuaci¨®n de lo p¨²blico¡± y que siempre abrir¨¢n la puerta a perpetuar exclusiones, especialmente en una ciudad a¨²n marcada por la violencia. ¡°?C¨®mo lo regulas? ?C¨®mo te aseguras de que no digan que alguien tiene cara de puta, otro de pobre y otro de indio?¡±, se pregunta por tel¨¦fono. ¡°Es una forma de privatizaci¨®n que tiene efectos tan indeseados como este. Da un mensaje terrible: garantizo a algunos la seguridad con empresas privadas, mientras proh¨ªbo que otros transiten¡±, a?ade. En su visi¨®n, la Alcald¨ªa solo se pronunci¨® ante la presi¨®n por el esc¨¢ndalo, pero no tiene voluntad de enfrentar el problema. ¡°El accionar de ese grupo de seguridad privada no ocurre al margen de las autoridades¡±, dice el soci¨®logo.
Ambos expertos coinciden en definir lo acontecido con los hermanos V¨¢squez como un acto de discriminaci¨®n. ¡°Hay un alto componente clasista y racista. Si hubiera sido un rubio de 1,8 metros que hablaba ingl¨¦s, los vigilantes no lo sacan¡±, comenta Gil. El exconcejal coincide: ¡°Todos los d¨ªas pasan muchas mujeres en situaci¨®n de prostituci¨®n con un extranjero y nunca les restringen el paso¡±. Para Duque, adem¨¢s, hay una paradoja en que Medell¨ªn busque abrirse al mundo mientras mantiene valores conservadores y excluyentes contra su propia poblaci¨®n. ¡°Cada d¨ªa ves m¨¢s estadounidenses, alemanes y australianos regados por todas partes. Eso deber¨ªa ser una cosa valiosa, que deber¨ªa servirnos por el contacto constante con m¨²ltiples culturas. Pero lo que estamos haciendo es restringir ciertos modos de habitar la ciudad¡±, subraya.
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