Un bus a Colombia, el ¡®plan C¡¯ de las mujeres venezolanas que buscan abortar
Cruzar la frontera hacia el lado colombiano, donde la interrupci¨®n del embarazo est¨¢ permitida desde 2022 hasta la semana 24, se ha convertido en una opci¨®n cada vez m¨¢s com¨²n para decenas de mujeres
Cuando Mar¨ªa Fernanda, una mujer venezolana de 27 a?os, decidi¨® que quer¨ªa abortar el a?o pasado, sab¨ªa que sus opciones eran limitadas. En su pa¨ªs el aborto es ilegal, excepto en el caso de que la vida de la mujer est¨¦ en peligro, y puede ser sancionado con prisi¨®n de seis meses a dos a?os. Una amiga que hab¨ªa abortado antes le recomend¨® hablar con una red feminista, y as¨ª Mar¨ªa Fernanda lleg¨® a su casa de Maracaibo con un paquete de p¨ªldoras. Era junio de 2023.
Seg¨²n las recomendaciones de la organizaci¨®n, ten¨ªa que tomar una pastilla de mifepristona seguida por cuatro de misoprostol. Son medicamentos usados com¨²nmente para interrumpir un embarazo no deseado. Mar¨ªa Fernanda, quien prefiere no usar su apellido, sigui¨® las indicaciones y esper¨®. Pero, en lugar de notar alg¨²n indicio de que ya no estuviera embarazada, volvieron las n¨¢useas. Cuando una ecograf¨ªa confirm¨® que segu¨ªa embarazada, se desesper¨®. Pens¨® que el ¨²nico camino que le quedaba era tener el beb¨¦.
Pero la organizaci¨®n le ofreci¨® una ¨²ltima opci¨®n, el ¡°plan C¡±. La red le inform¨® que en Colombia el aborto es legal hasta las 24 semanas de embarazo y que, si cruzaba la frontera, en un centro m¨¦dica le podr¨ªan realizar el procedimiento. Mar¨ªa Fernanda no dud¨® y viaj¨® en los siguientes d¨ªas.
Desde que la Corte Constitucional colombiana despenaliz¨® el aborto en 2022, los expertos han notado un incremento leve en la demanda de mujeres que residen en Venezuela. Viajan para acceder un aborto en las ciudades fronterizas de Colombia, explica Suzany Gonz¨¢lez, directora del Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos (Cedesex) en Venezuela. Entre las ciudades colombianas que m¨¢s reciben estos casos est¨¢ la fronteriza C¨²cuta, donde el centro m¨¦dico Ori¨¦ntame ha registrado m¨¢s de 30 casos en lo que va el a?o, alrededor del 10% de todos los procedimientos de aborto que ha realizado.
Gonz¨¢lez explica que la criminalizaci¨®n y la crisis humanitaria han forzado a las mujeres venezolanas a buscar nuevas rutas para abortar. ¡°El acceso a m¨¦todos anticonceptivos es complejo, los servicios a los derechos sexuales y reproductivos son deficientes en el sistema p¨²blico de salud. Esto expone a las mujeres y ni?as a embarazos forzados o no deseados¡±, dice la experta. ¡°Las mujeres empiezan desesperadamente a buscar otras oportunidades de aborto y eso est¨¢ ocurriendo en la frontera¡±.
En Maracaibo, la segunda ciudad m¨¢s grande de Venezuela, Mar¨ªa Fernanda y su familia sobreviven con la pensi¨®n de su pap¨¢, que no pasa de los seis d¨®lares mensuales al cambio oficial, y los ingresos que generan ella y su hermana menor. A pesar de que Mar¨ªa Fernanda gana 260 d¨®lares al mes trabajando para una empresa extranjera, muy por encima del salario m¨ªnimo de 3,5 d¨®lares, explica que la mayor parte de su ingreso se va cubriendo las necesidades b¨¢sicas de la casa. Por la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, ve¨ªa con dificultad criar un ni?o con su novio, quien se encontraba desempleado. ¡°Si apenas tenemos el dinero para sobrevivir el mes, ?c¨®mo podr¨ªamos hacer si tuvi¨¦ramos un beb¨¦?¡±, dice la mujer.
Por eso, opt¨® por el plan C. Reuni¨® 260 d¨®lares con sus amigos y sali¨® con su pareja en un viaje de 12 horas por tierra a C¨²cuta. Llegaron un s¨¢bado por la ma?ana. Cuando entr¨® a la sala de espera de Ori¨¦ntame, ese mismo d¨ªa, sinti¨® una mezcla de temor y alivio. Narra que su novio la tom¨® de la mano y le asegur¨® que, ya estando en Colombia, todo iba a salir bien. Despu¨¦s del procedimiento, Mar¨ªa Fernanda sali¨® del consultorio caminando lento y adolorida, pero segura de su decisi¨®n. ¡°M¨¢s adelante, no vamos a sufrir por tener un beb¨¦ y preguntarnos de d¨®nde vamos a sacar para pagar una leche y unos pa?ales¡±, explica.
Seg¨²n Estefany Jaimes, enfermera de salud sexual y reproductiva en la sede de Ori¨¦ntame en C¨²cuta, casos como el de Mar¨ªa Fernanda se han vuelto m¨¢s comunes en la cl¨ªnica. Este a?o, han recibido una paciente que llega de Venezuela casi cada semana. Los casos var¨ªan: han recibido v¨ªctimas de abuso sexual a quienes se les ha negado el aborto en Venezuela, o mujeres que usaron p¨ªldoras abortivas de dudosa procedencia. Las pastillas se consiguen por las redes sociales o en farmacias clandestinas, pero muchas veces no se sabe con certeza qu¨¦ medicamento es, pues llegan en bolsas pl¨¢sticas en lugar de los empaques originales. ¡°En la mayor¨ªa de casos no les funciona y llegan ac¨¢ buscando ayuda¡±, dice Jaimes.
Gonz¨¢lez, la directora de Cedesex, explica que en Venezuela y en otros pa¨ªses donde el aborto es ilegal, existe un mercado negro de medicamentos para el aborto, que cada vez es m¨¢s inseguro. A pesar de que algunas organizaciones feministas sirven como un puente entre las pacientes y los vendedores de medicamentos, estas redes son cada vez m¨¢s perseguidas. ¡°La clandestinidad queda en las manos de los grandes delincuentes, que lo ven como un negocio y no necesariamente como una oportunidad para salvar vidas¡±, concluye Gonz¨¢lez.
La experta asegura que un tratamiento en Venezuela, incluyendo el costo de pastillas y ecograf¨ªas, est¨¢ entre los 200 d¨®lares y los 400 d¨®lares. Por los altos costos, viajar hasta Colombia puede ser una opci¨®n m¨¢s econ¨®mica y segura. La gran mayor¨ªa de las pacientes venezolanas que llegan a Ori¨¦ntame provienen de estados fronterizos, pero Jaimes dice que han llegado desde Portuguesa, un estado ubicado a unas 12 a 14 horas de C¨²cuta por bus. En esa ciudad, Ori¨¦ntame ofrece la posibilidad de un aborto quir¨²rgico y en algunos casos ofrece bonos para los procedimientos. Pero los pacientes tambi¨¦n pueden acceder a una evaluaci¨®n por telemedicina desde su casa, recoger los medicamentos en C¨²cuta y realizarse el aborto en casa. En este ¨²ltimo caso, pueden consultar un profesional de Ori¨¦ntame durante y despu¨¦s del procedimiento. ¡°En muchas ocasiones me dicen: ¡®Que maravilla. ?Por qu¨¦ en Venezuela no es as¨ª?¡±, dice Jaimes.
El d¨ªa despu¨¦s del aborto, Mar¨ªa Fernanda despert¨® en el hotel que eligi¨® para recuperarse del procedimiento. Hab¨ªa llorado esa ma?ana al pensar en todo lo que hab¨ªa pasado para acceder a un derecho. Pero tambi¨¦n se asombraba de lo apoyada que se sinti¨® en Colombia. ¡°Cuando sal¨ª de la cl¨ªnica, no tem¨ª que alguien me fuera a decir criminal o pecadora. Ac¨¢ no me sent¨ª juzgada¡±.
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