?Enhorabuena, se?or presidente!

Nos acostamos y despertamos con un presidente investigado. No, no hay de qu¨¦ preocuparse. Es una investigaci¨®n que nace en el Consejo Nacional Electoral y que no indica cosa distinta a que esta es una democracia que, ante dudas y escenarios nada claros sobre la campa?a de un presidente, enfoca la lupa para tranquilidad del entonces candidato y su campa?a. Y del pa¨ªs entero.

El presidente Petro, que ha sido objeto de comentarios malintencionados, y blanco de dardos envenenados sobre su campa?a, tiene que ser el m¨¢s interesado en que la investigaci¨®n demuestre la transparencia de su gesta democr¨¢tica y la probidad de todos quienes intervinieron en ella, salvo, tal vez, su hijo, al que ¨¦l no cri¨® y palade¨®, en cambio, un escenario de oscuridad que nos aterra a todos, incluido su padre. Seguimos solidarios con el camino errado que Nicol¨¢s eligi¨® por falta de pap¨¢ en casa. Nicol¨¢s, ese ser privilegiado que eligi¨® el Hades como cancha de juego.

El presidente ha repetido una y otra vez que su campa?a est¨¢ libre de todo cuestionamiento, as¨ª que ser¨¢ el m¨¢s interesado en que la investigaci¨®n que arranca demuestre su transparencia. Porque eso de se?alar euclidismos, marlborismos, hilsaquismos, y dem¨¢s hierbas malsanas del pantano, como apoyadores de la campa?a no tiene por qu¨¦ ofender a un presidente que enarbola las banderas del cambio y de la correcci¨®n pol¨ªtica. Petro naci¨® para flotar sobre el esti¨¦rcol. ?No iba a untarse solo para lograr ser algo tan poco valioso como un inquilino de palacios oscuros y fr¨ªos!

Un presidente frentero y serio como Gustavo Petro quiere y clama por transparencia. Y debe ser el primero en apoyar una investigaci¨®n sobre la eventual financiaci¨®n de su campa?a electoral.

Gracias, presidente, por estar sintonizado con una investigaci¨®n que lo librar¨¢ de ser una nueva especie de Ernesto Samper, que lleva d¨¦cadas en la lengua de los colombianos, como una ¨²lcera mortificante. Ese Samper que lo apoya y respalda en todo, casi como un genuflexo escudero. Un Samper que ha gastado todo, menos las rodillas.

Usted, presidente, y ¨¦l merecen la tranquilidad que dan las investigaciones. Usted no tiene por qu¨¦ ser una especie de protagonista de un proceso 8 mil de segunda, de segunda parte. El drama que acab¨® y salpic¨® de heces el buen nombre de Ernesto Samper no ser¨¢ el suyo.

Vamos a calmarnos, presidente. Respalde a los organismos del Estado que tienen la tarea esclarecer la verdad y fortal¨¦zcase en sinton¨ªa con la ¨¦tica y la moral que definen su obrar. Es lo que siempre ha pregonado.

Si es inocente, prep¨¢rese para el brillo de la verdad. Conf¨ªe en usted. No dude de sus calidades, presidente. Usted es algo muy especial. Y ese car¨¢cter le asegurar¨¢ un trato justo de parte de esa institucionalidad que tanto le incomoda.

Presidente: est¨¦ tranquilo. El que nada debe, nada teme. No hay golpe, ni duro, ni blando ni coloidal. No por lo menos de parte de nosotros hacia usted.

Frente en alto, presidente. ?Enhorabuena, se?or presidente! Haga de cuenta que est¨¢ all¨¢, bien arriba, en el monte del calvario. La sangre que brote de su cuerpo sobre la cruz, lo dignificar¨¢. O tal vez no, presidente. Tal vez no. Esperemos el resultado de la investigaci¨®n. Dios lo guarde, se?or presidente. Ojal¨¢ lo guarde a buen recaudo para bien de la democracia.