La doble v¨ªa del Gobierno: el discurso de Petro y la ocupaci¨®n del Gabinete

Subido a lomos del ¨¦xito internacional que ha supuesto la celebraci¨®n de la COP16 en la ciudad de Cali, el Gobierno de Gustavo Petro enfrenta un final de a?o m¨¢s optimista del esperado. En el evento, que ha sido portada en Le Monde y ha recibido elogios en el New York Times, ha insuflado de optimismo a un Petro que ha abrazado como pocos el rol de presidente ecologista. Sin embargo, Petro, que suele actuar como un agujero negro que atrae toda la atenci¨®n hacia s¨ª mismo, no ha opacado a otras figuras como la vicepresidenta Francia M¨¢rquez; el alcalde de la ciudad, Alejandro Eder; y, sobre todo, Susana Muhamad, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que se ha convertido en uno de los principales activos del mundo petrista, por forma y fondo.

El Gabinete se ha engrasado de una manera que no hab¨ªa logrado hasta ahora, m¨¢s de dos a?os despu¨¦s de su inicio. Aunque la convulsi¨®n alrededor de la investigaci¨®n que inici¨® en su contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) por una supuesta financiaci¨®n ilegal en su campa?a ha bajado de intensidad, Petro no va a cambiar de idea: le tratan de dar un golpe de Estado blando. Los miembros del Gobierno, a las ¨®rdenes del presidente, no le contradicen, pero no han abrazado ese discurso. Creen, a ciencia cierta, que es hora de no polarizar, ni buscar enfrentamientos, ya que consideran que el proceso del CNE no tiene mayor recorrido. Entre otras cosas, le han aconsejado al presidente no convocar marchas ni salir al balc¨®n a arengar a los suyos. Le piden centrarse en el acuerdo nacional -para lo que se trajo al ministro de Interior, Juan Fernando Cristo- y en los aspectos econ¨®micos y pol¨ªticos que de ah¨ª se desprenden.

Alrededor del presidente se ha dibujado un c¨ªrculo que trata de aterrizar sus ideas, a veces muy arriesgadas y ambiciosas por su condici¨®n de estudioso. Lo forman Cristo; la n¨²mero 2 del presidente, Laura Sarabia; la ministra Muhamad; el canciller Luis Gilberto Murillo. A ese nuevo anillo de confianza se ha sumado el ministro de Cultura, Juan David Correa, y, desde el exterior, resulta indudable la influencia del embajador en Caracas, Milton Rengifo. No hay que olvidarse de su compa?ero en el M-19, el director de la Unidad Nacional de Protecci¨®n, Augusto Rodr¨ªguez, de los pocos que se atreven a hablarle al presidente sin rodeos, en territorios en los que otros no se atreven a adentrarse.

Esta forma operativa qued¨® de relieve a principios de esta semana, cuando Petro, en la firma del Pacto por la Democratizaci¨®n del Cr¨¦dito Solidario, anunci¨® la compra de las cosechas de coca de los campesinos en el Cauca, en un intento de buscar alternativas a la econom¨ªa criminal que impone el crimen organizado en esa y otras regiones. ¡°Al campesinado del Micay le vamos a comprar sus cosechas de coca, mientras aparece la econom¨ªa l¨ªcita. Para eso se necesita cr¨¦dito en el Micay. Cr¨¦dito en todas las zonas, las m¨¢s pobres y excluidas de Colombia¡±, dijo Petro, que cree que no hay necesidad de repetir f¨®rmulas anteriores fracasadas: ¡°Si vamos a repetir lo mismo, con los mismos instrumentos, todos sabemos que no se solucionan los problemas¡±.

Alguna vez esa idea hab¨ªa rondado en los consejos de ministros, pero no es de tan f¨¢cil ejecuci¨®n. Cristo, horas despu¨¦s, explic¨® que esa iniciativa estaba en una frase temprana: ¡°Apenas vamos a evaluar la propuesta, obviamente supongo que la directora de cultivos il¨ªcitos de la presidencia tendr¨¢ la propuesta y seguramente ser¨¢ motivo de evaluaci¨®n del Gobierno y vamos a estudiarla¡±. Esta no ha sido la ¨²nica idea del presidente que sus ministros han venido a matizar despu¨¦s, con la realidad en la mano. En Petro bullen ideas que superan la capacidad de ejecuci¨®n del Estado.

En cualquier caso en Casa de Nari?o reina un clima de menor confrontaci¨®n que en ¨¦pocas anteriores. Da la sensaci¨®n de que los asesores leen mejor a Petro y ¨¦l tambi¨¦n se encuentra m¨¢s c¨®modo con la gente que ahora le rodea. En estos d¨ªas se han filtrado cambios en el Gabinete que parecen probables dentro de un tiempo, ya que varios ministros tienen aspiraciones presidenciales, pero la din¨¢mica de trabajo, siempre con Sarabia en el radar, no va a cambiar. El presidente tiene una idea de pa¨ªs en la cabeza y la gente a su lado debe tener la capacidad para aterrizarlas. El ¨¦xito del acople de esas dos dimensiones marcar¨¢ la capacidad del Gobierno de realizar sus cambios.