Los latinos ante Donald Trump
Trump ha dicho que algunos inmigrantes ¡°no son personas¡±, los ha llamado ¡°animales¡±. Pero ustedes, que piensan darle su voto, creen que no son ustedes los objetivos de sus diatribas
En las elecciones del pr¨®ximo martes, los votantes de Estados Unidos ¨Dentre ellos, ustedes: la comunidad latina¨D elegir¨¢n entre dos opciones. Veamos cu¨¢les son.
La primera es un delincuente condenado por 34 delitos, un hombre de negocios culpable de fraude financiero, un acosador sexual confeso que se ha jactado de tocar sin permiso el sexo de las mujeres y ha sido condenado adem¨¢s por difamar a una de las mujeres que acos¨®, un presidente perdedor que incit¨® a la violencia para evitar la transferencia pac¨ªfica del poder, un deshonesto que miente sin parar (The Washington Post cont¨® 30.537 mentiras s¨®lo durante sus cuatro a?os de Gobierno, y desde entonces la cifra se ha multiplicado), un fascista que ha expresado abiertamente admiraci¨®n por Hitler y ha amenazado con usar los poderes de su cargo para perseguir a sus opositores si regresa al poder, un incompetente que fue incapaz de gestionar la pandemia (trat¨® de fingir que la pandemia no exist¨ªa, y luego recomend¨® a la gente beber desinfectante), un negacionista del calentamiento global que lo ha llamado ¡°invento de los chinos¡±, un racista que ha llamado a los Estados africanos ¡°pa¨ªses de mierda¡±, ha acusado a su contendora de no ser negra realmente y la ha llamado ¡°vicepresidente de mierda¡±. Y, finalmente, un xen¨®fobo que ha dicho que los inmigrantes ¨Dque fueron ustedes o sus padres o sus abuelos¨D envenenan la sangre del pa¨ªs.
Todo esto, por un lado. Por el otro lado, una mujer culpable de no haber corregido todo lo que est¨¢ mal en el mundo en cuatro a?os de vicepresidencia.
De manera que no: no me parece normal, ni aceptable, que los dos est¨¦n virtualmente empatados en las encuestas. No me parece normal, ni aceptable, que a Kamala Harris se le exija que nunca se salga de tono, que tenga respuestas para todo y justifique hasta el cansancio que una vez cambi¨® de opini¨®n sobre el fracking, mientras que Trump puede soltar sus mon¨®logos incoherentes, prodigios de disonancia cognitiva llenos de racismo, misoginia y vulgaridad, sin que millones de votantes le pierdan el respeto por completo, o lo vean como un peligro. No s¨®lo para la democracia, como qued¨® probado el 6 de enero de 2021, sino tambi¨¦n para algo mucho m¨¢s fr¨¢gil: la convivencia. Trump ha montado toda su candidatura alrededor de la violencia entre habitantes de Estados Unidos: hablando del ¡°enemigo interior¡±, prometiendo a unos ¡°retribuci¨®n¡± contra los otros, diciendo que habr¨¢ ¡°un ba?o de sangre¡± si ¨¦l no gana. A los inmigrantes los ha llamado vermin, que puede traducirse como ¡°alima?as¡±. Y nada de eso basta para que pierda la simpat¨ªa de tantos latinos: latinos que fueron alguna vez inmigrantes, o cuyos padres o abuelos lo fueron.
Quiero aclarar que no me dirijo a los ignorantes o desinformados que se han cre¨ªdo la idiotez de que Harris es comunista (o que los haitianos comen mascotas o que los dem¨®cratas violan ni?os en la trastienda de una pizzer¨ªa): con ellos es imposible razonar, porque se han desconectado de la realidad visible, y s¨®lo queda recomendarles en buen tono, no vaya a ser que se ofendan, que de vez en cuando salgan de sus burbujas medi¨¢ticas de machos conspiranoides para tomar un poco el aire. Quiero tambi¨¦n aclarar que nada de lo que sucede, a pesar de que me frustre, me parece sorprendente: llevo por lo menos ocho a?os escribiendo sobre la ruptura de nuestra realidad com¨²n y de las consecuencias funestas que el modelo de negocio de las redes sociales pod¨ªa tener en nuestro ejercicio ciudadano. Pero ahora leo que la intenci¨®n de voto por Trump est¨¢ subiendo entre los latinos de Estados Unidos ¨Des decir, entre ustedes¨D, aun despu¨¦s de ocho a?os de agresiones y desprecio expl¨ªcito, y me pregunto si valdr¨¢ la pena tratar de entender por qu¨¦. Sobre todo, me pregunto si valdr¨¢ de algo se?alar que no ha habido candidato presidencial en la historia reciente de Estados Unidos que tenga menos respeto por los latinos, o que est¨¦ m¨¢s dispuesto a hacerles da?o, que Donald Trump. Y, sin embargo, ah¨ª est¨¢n ellos, ah¨ª est¨¢n ustedes: dispuestos a darle su voto.
Tal vez no les parezca a ustedes, votantes potenciales de Trump, que su comportamiento anterior sea suficiente para negarle el voto. Tal vez el que haya llamado violadores a los mexicanos no les parezca a ustedes grave, acaso porque ustedes no son mexicanos (o no son violadores), o acaso porque, siendo mexicanos, ustedes se consideran parte de la diminuta fracci¨®n cuya existencia Trump acept¨® a rega?adientes: ¡°Algunos, asumo, son gente buena¡±. Todav¨ªa hoy hay familias destruidas durante la pol¨ªtica de separaci¨®n de la frontera ¨Dpadres buscando a sus hijos e hijos buscando a sus padres¨D, y Trump ya ha dicho que tan pronto llegue al poder implementar¨¢ la deportaci¨®n masiva m¨¢s grande de la historia, y su banda de supremacistas blancos ha hablado de los campos de detenci¨®n que crear¨¢n para encerrar a los que deban ser deportados. Pero tal vez eso les parezca a ustedes lejano, porque les ocurre a otros que han llegado en otras condiciones. En otras palabras: Trump ha usado su poder ¨Del de su cargo y el de sus palabras¨D para hacer da?o deliberadamente, pero ustedes creen que eso no es con ustedes, sino con los otros: los ilegales, los delincuentes, los bad hombres.
Trump ha dicho que algunos inmigrantes ¡°no son personas¡±, los ha llamado ¡°animales¡±, ha hablado de ¡°invasi¨®n¡±. Pero ustedes, que piensan darle su voto, creen que no son ustedes los objetivos de sus diatribas, o que esas palabras no tendr¨¢n implicaciones para ustedes: que el odio que escupe el trumpismo no es contagioso, no se irradia, no contamina a todos y no los va a tocar nunca. Yo creo que se equivocan. Los expertos en violencia hablan de terrorismo estoc¨¢stico. Se trata de incitar con palabras, de azuzar odios, de atizar el desprecio del otro, para que despu¨¦s sean los dem¨¢s ¨Dlos seguidores del l¨ªder¨D quienes lleven a cabo la violencia mientras el l¨ªder se lava las manos. Es lo que ocurri¨® en el Capitolio; es lo que ocurri¨® en Charlottesville, cuando vimos a neonazis de antorcha en mano de un lado y a todos los dem¨¢s del otro, y Donald Trump dijo para la historia: ¡°Hab¨ªa gente buena en ambos lados¡±. Si ustedes, inmigrantes latinos reci¨¦n naturalizados o hijos o nietos de esos inmigrantes, creen que est¨¢n a salvo de la xenofobia que Trump sacude cada vez que habla, pecan terriblemente de inocencia.
Hace cosa de una semana, en ese rally del Madison Square Garden que pasar¨¢ a la historia como la m¨¢s aterradora exhibici¨®n de xenofobia organizada de nuestro tiempo, un comediante trumpista dijo que Puerto Rico era una isla de basura. Y, ante el espect¨¢culo pat¨¦tico de los latinos que trataron de justificar la broma diciendo que era una broma, yo s¨®lo pod¨ªa pensar en el viejo Freud, que prob¨® para siempre la relaci¨®n directa que hay entre las bromas y el subconsciente: las bromas expresan lo que sentimos pero no podemos expresar en la conversaci¨®n seria. S¨ª: en el Madison Square Garden asistimos al subconsciente del trumpismo, donde el desprecio por los latinos crece cada d¨ªa. Minutos despu¨¦s, uno de los m¨¢s nefastos personajes de la era Trump, el supremacista y ultranacionalista Stephen Miller, dijo: ¡°Am¨¦rica es para los americanos y solamente para los americanos¡±.
Ustedes, que son americanos y por eso pueden votar, creen que Stephen Miller los incluye en su frase.
Est¨¢ bien: todo el mundo tiene derecho de enga?arse como quiera.
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