La lucha por erradicar la mutilaci¨®n genital femenina en Colombia inicia su camino en el Congreso
Un proyecto de ley que cuenta con el apoyo de lideresas ind¨ªgenas busca acabar con la ablaci¨®n en el ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica Latina en el que se realiza esta pr¨¢ctica
La vida de la lideresa embera Francia Elena Giraldo dio un vuelco hace poco m¨¢s de una d¨¦cada. Era 2012 y ella formaba parte de la junta de la autoridad de su resguardo ind¨ªgena, ubicado en el monta?oso departamento de Risaralda, cuando recibi¨® una llamada urgente. ¡°Era el Hospital San Jorge de Pereira [la capital regional]. Se comunicaron para decirme que hab¨ªan remitido a una beb¨¦ de nuestra comunidad con una grave infecci¨®n¡±, relata. La menor hab¨ªa sido v¨ªctima de mutilaci¨®n genital femenina, una pr¨¢ctica prohibida en casi todo el mundo, pero que a¨²n se lleva a cabo en varios pa¨ªses del norte de ?frica y en Colombia. ¡°Los doctores me mostraron a la ni?a y yo solo me pod¨ªa preguntar: ¡®?A qui¨¦n se le ocurre hacer algo as¨ª?¡±, prosigue Giraldo. La ni?a no aguant¨® y muri¨® por una infecci¨®n provocada por la ablaci¨®n. ¡°Desde entonces me propuse que esto no pod¨ªa seguir pasando, as¨ª se me viniera el mundo encima¡±.
El pueblo embera, con m¨¢s de 250.000 personas en Colombia, a¨²n realiza mutilaciones genitales femeninas, en las que generalmente se extirpa el cl¨ªtoris o parte de ¨¦l. Muchas de sus autoridades defienden que se trata de un acto ancestral, que evita, por ejemplo, que las mujeres le sean infieles a sus esposos. Pero gracias al relato de Giraldo y de otras mujeres ind¨ªgenas, varias congresistas han presentado un proyecto de ley para erradicar esta pr¨¢ctica, que la ONU califica de ¡°atroz¡± y de ser un ¡°atentado¡± contra los derechos humanos, que ha afectado la salud e integridad de m¨¢s de 230 millones de mujeres y ni?as en todo el mundo.
Una de las autoras de esta iniciativa es Carolina Giraldo Botero, representante a la C¨¢mara por Risaralda, el departamento en donde m¨¢s casos se registran, seguido por Cauca y Choc¨® ¡ªtodos ubicados en el occidente del pa¨ªs¡ª. ¡°Nuestras aliadas son las mujeres ind¨ªgenas como Francia, que ya est¨¢n impulsando un cambio cultural en sus comunidades¡±, explica la congresista del Partido Verde. La idea de este proyecto, que cuenta con el apoyo de otras legisladoras como la verde Ang¨¦lica Lozano o la izquierdista Jennifer Pedraza, gan¨® m¨¢s empuje por una noticia del pasado junio, cuando se inform¨® de que una ni?a de tres a?os y de otra de apenas 23 d¨ªas de vida fueron v¨ªctimas de la ablaci¨®n en Bogot¨¢.
La propuesta, presentada en septiembre, ha ganado, seg¨²n Giraldo Botero, el apoyo mayoritario de la C¨¢mara, por encima de otro proyecto impulsado en julio por el representante uribista Christian Garc¨¦s, que busca penalizar la MGF. ¡°Lo punitivo no es la soluci¨®n. Lo que hay que hacer es construir una pol¨ªtica p¨²blica para que los ind¨ªgenas entiendan el da?o que esta pr¨¢ctica puede provocar a las ni?as y mujeres¡±, se?ala la representante al t¨¦rmino de un foro organizado por la ONG Equality Now, en el marco de la Conferencia Ministerial sobre la Erradicaci¨®n de la Violencia contra la Ni?ez, que se celebra en Bogot¨¢ este jueves y viernes.
El ejemplo de ?frica
Durante el encuentro participaron mujeres de todo el mundo, como Isata Mahoi, ministra de G¨¦nero e Infancia de Sierra Leona. En esta naci¨®n del este de ?frica, en donde la ablaci¨®n es com¨²n, un 89% de las mujeres entre 15 y 49 a?os est¨¢n mutiladas. Mahoi sostiene que en su pa¨ªs hay voluntad pol¨ªtica para eliminar la mutilaci¨®n, pero tambi¨¦n resistencia social. ¡°Muchas personas dicen que es parte de la cultura, que no estamos listos para un cambio m¨¢s grande¡±, dijo durante el seminario. El Ejecutivo sierraleon¨¦s est¨¢ trabajando en un proyecto de ley para prohibir la mutilaci¨®n de ni?as menores de 18 a?os.
Indrani Sarkar, especialista de protecci¨®n infantil de la oficina de Unicef para ?frica Oriental y Meridional, explic¨® que la pr¨¢ctica es llevada a cabo, mayoritariamente, por mujeres ¡ª abuelas, madres, parteras¡ª, muchas veces sin que haya un m¨¦dico involucrado, lo que eleva los riesgos a que una beb¨¦ muera por una herida o desangrada. Sobre Colombia, la experta dijo que era ¡°descorazonador¡± que algunas comunidades continuasen con esta costumbre. ¡°Apoyamos el proyecto que busca la erradicaci¨®n total¡±, manifest¨®, esperando que se siga el ejemplo de pa¨ªses como Gambia, cuyo Parlamento vot¨® el pasado julio en contra de una iniciativa que buscaba despenalizar la ablaci¨®n.
Uno de los principales problemas que tiene Colombia para eliminar esta problem¨¢tica es el subregistro. En 2023 se estimaron oficialmente 90 casos, pero las expertas sugieren que la cifra real es mayor. Es por eso que la representante Giraldo considera que es necesario trabajar activamente con las comunidades ind¨ªgenas. ¡°Queremos crear un sistema de alerta cuando un caso ocurra en una comunidad, pero para eso necesitamos que las comunidades se atrevan a reportarlo¡±, indica. Esto refuerza su postura, que apoyaron las expertas durante el conversatorio, de que el modelo punitivo no funciona, al menos al inicio de la implementaci¨®n. ¡°Queremos que se construyan mecanismos inter justicia para que pueda darse el di¨¢logo entre autoridades ind¨ªgenas y autoridades civiles¡±.
Francia Giraldo es hija de una mujer mutilada. ¡°Somos nueve hermanas y a ninguna nos realizaron esa pr¨¢ctica. Y me pongo como ejemplo, sigo con mi cl¨ªtoris y no le he sido infiel a mi esposo¡±, sentencia. Para ella, el apoyo de los hombres es vital a favor del cambio en las comunidades ind¨ªgenas, m¨¢s cuando la mayor¨ªa de las autoridades son varones. ¡°Sin la mujer, el hombre no es nadie. Yo solo pido su apoyo, pero a¨²n siento mucho rechazo y machismo¡±. El proyecto de ley, que cuenta con el aval de la lideresa embera, a¨²n tiene pendiente su primer debate. Las art¨ªfices de la propuesta esperan el respaldo de un gran n¨²mero de congresistas. ¡°Cuando se reportaron los casos de Bogot¨¢ este a?o, muchos ni siquiera sab¨ªan que esto segu¨ªa ocurriendo en Colombia¡±, apunta Giraldo Botero.
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