Pedalear m¨¢s all¨¢ de la Bogot¨¢ urbana: 300 kil¨®metros para entregarse a los alrededores de la capital

Pocos a?os antes de cumplir los 70, Pablo Buitrago no se imaginaba que ser¨ªa capaz de ascender en bicicleta las monta?as de Cundinamarca, el departamento del centro de Colombia enclavado en la cordillera de Los Andes. Ahora llega pedaleando con la fuerza de un c¨®ndor a un cerro desde donde se divisa el embalse La Regadera, un espejo de agua en el que se reflejan los pinos de las alturas que rodean la localidad de Usme, en el suroriente de Bogot¨¢. Sobre la alfombra verde que se despliega en el horizonte, las casas se ven como siluetas diminutas. All¨ª, a unos 40 kil¨®metros del ruido de la capital, se respira un aire liviano que solo arrastra el mugido de las vacas.

Buitrago hace una pausa en el mirador despu¨¦s de rodar por dos horas desde el portal Tunal, en el extremo sur de la red de transporte urbano de Transmilenio. Sali¨® la ma?ana de domingo en compa?¨ªa de su hijo Fernando, de 47 a?os. ?l y su hermano, dos a?os mayor, motivaron al padre, un minero retirado, a descubrir un mundo que se escond¨ªa del otro lado de la duda. ¡°Mis hijos me ilusionaron con el cuento de la bicicleta. Yo les dec¨ªa: ¡®Yo tengo un poco de a?os, de pronto no pueda¡¯. Me dijeron: ¡®Pues int¨¦ntelo¡¯. Lo intent¨¦, y aqu¨ª me ven¡±, relata con ojos luminosos y la piel colorada por el viento fr¨ªo que le ha golpeado el rostro. Empez¨® recorriendo la ciclov¨ªa citadina de los domingos y termin¨® explorando nuevas rutas, como un ni?o que ha descubierto un nuevo juego.

El lugar donde Pablo y su hijo se detienen est¨¢ en el mapa del circuito tur¨ªstico BiciBogot¨¢ Regi¨®n, un anillo de 300 kil¨®metros de senderos que rodea a la capital colombiana e incluye sitios tur¨ªsticos, vistas panor¨¢micas, cascadas, lagunas y pueblos. Es el primer circuito perimetral de una capital en Am¨¦rica Latina, comparable con CiclaMadrid, en Espa?a.

Son ocho rutas que se conectan pasando por dos localidades del sur de la capital colombiana ¨CCiudad Bol¨ªvar y Usme¨C y 15 municipios de Cundinamarca, la mayor¨ªa con nombres de origen ind¨ªgena como Zipaquir¨¢, Tocancip¨¢, Guatavita, Choach¨ª, Chipaque o Bojac¨¢. Los segmentos est¨¢n se?alizados con est¨¢ndares internacionales, var¨ªan en grado de dificultad y llevan una designaci¨®n que resalta sus atractivos.

El que recorren los Buitrago es el ¡°Sendero del Frailej¨®n¡±. Exalta el valor de los p¨¢ramos como fuentes de agua y pasa por algunas de las primeras construcciones para el abastecimiento del l¨ªquido que tuvo el pa¨ªs. El embalse La Regadera se construy¨® para el suministro de agua en Bogot¨¢, entre 1934 y 1938, y fue considerada una de las grandes obras de la ingenier¨ªa nacional de la ¨¦poca. Otra ruta es ¡°Reto del Campe¨®n¡±, pues incorpora los ascensos de Zipaquir¨¢, el municipio donde naci¨® y entrenaba Egan Bernal, el primer latinoamericano en coronarse campe¨®n del Tour de Francia, en 2019.

La bicicleta no solo es s¨ªmbolo del j¨²bilo por los triunfos de pedalistas colombianos que han celebrado en el podio con lluvia de champ¨¢n. Tambi¨¦n representa la tenacidad de un pa¨ªs que no para de pedalear ante las adversidades. Es el medio que utilizan campesinos en ruana, sombrero y botas para transitar por sus veredas. El circuito que rodea a Bogot¨¢ ofrece un viaje por v¨ªas secundarias y terciarias desde donde se aprecian llamativas extensiones de cultivos. Casi la mitad de alimentos que llegan a Corabastos, el principal centro de acopio del pa¨ªs, provienen de Cundinamarca.

¡°No s¨®lo es hacer deporte, es acercarse a la vida campesina. Conocer de d¨®nde viene la comida que nos llega al plato, salir a recorrer las zonas rurales, ver la majestuosidad de la naturaleza. Es emocionante¡±, describe Ricardo Agudelo, gerente de la RAP-E Regi¨®n Central, una entidad que articula la planificaci¨®n de Bogot¨¢, Cundinamarca y departamentos vecinos. Con el proyecto de la ruta Trasandina, una red regional, buscan enlazar en un futuro pr¨®ximo los caminos tur¨ªsticos para bicicletas por m¨¢s de 1.600 kil¨®metros, desde la Laguna de Tota, en Boyac¨¢, hasta el parque ecol¨®gico de San Agust¨ªn, en el Huila, pasando por Meta y Tolima.

Los ciclistas hacen una pausa en la ruta de La Regadera y dejan a un lado su bicicleta. Recuperan el aliento, estiran las piernas y descansan el peso del cuerpo en sillas con vista hacia el embalse. Esperanza Gerena aparece con un delantal bien puesto. La campesina cuenta que los productos que venden en el lugar son, en su mayor¨ªa, locales. ¡°Producimos fresas y las vendemos con crema, pero la mayor¨ªa de productos son de nuestros vecinos. Una se?ora hace el arequipe, otra el queso. As¨ª dinamizamos la econom¨ªa y a todos nos va bien¡±, expresa.

Para los visitantes, el agua de panela caliente con queso es un manjar que sabe a recompensa despu¨¦s de poner en movimiento cada tejido de sus m¨²sculos. ¡°Aparte de las piernas, la cabeza es la que ayuda. Es tener mucho coraje, mucha mentalidad. Las piernas duelen y se cansan, pero si la mente ayuda, aguantan¡±, afirma Pablo. Su hijo Fernando celebra la sensaci¨®n de libertad. ¡°El d¨ªa que uno no sale a montar, se siente mal con uno mismo por dejar de hacer lo que le gusta¡±. Su m¨¢xima satisfacci¨®n es haber persuadido a su padre de usar la bicicleta. ¡°Compartir con las personas que uno quiere es lo m¨¢s importante¡±, remarca.

Abrirse a nuevas aventuras no exige ser experto, dice Rafael Daza, gu¨ªa de 360 Colombia, uno de los operadores de biciturismo de Bogot¨¢ y sus alrededores. ¡°La idea es tener estado f¨ªsico, pero hay segmentos para todos. No hay que hacer la ruta completa, ni escoger la m¨¢s dif¨ªcil. Se puede ir explorando. Lo ideal es ir acompa?ado, en lo posible de un veh¨ªculo¡±, se?ala. Recomienda planear el viaje, descargar las rutas de la p¨¢gina web y contactar a los operadores locales. Adem¨¢s, usar elementos de protecci¨®n, llevar hidrataci¨®n y tener conocimientos b¨¢sicos como saber despinchar.

Lanzarse a montar en bicicleta lejos del caos de la ciudad puede darle un nuevo matiz a la vida. ¡°La gente no vuelve a sus casas igual que como sali¨®¡±, sostiene Agudelo, el gerente de la RAP-E. Don Pablo da fe. ¡°Nunca pens¨¦ que un aparato de dos ruedas hiciera semejante cambio. Ni me lo so?¨¦¡±, asiente antes de retomar el camino. Le esperan varios kil¨®metros de recorrido antes de volver a las calles convulsionadas de Bogot¨¢.