Los sindicatos de petr¨®leo, gas y carb¨®n que empujan una transici¨®n justa en Colombia
El colectivo, alineado con las discusiones clim¨¢ticas, respalda la figura de los distritos mineros y propone que la reforma laboral incluya apoyos a los trabajadores ante la descarbonizaci¨®n
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Hace m¨¢s de ocho a?os un grupo de trabajadores de la empresa Drummond, de origen estadounidense y una de las m¨¢s grandes de carb¨®n en Colombia, fue hasta las oficinas de las directivas para preguntar sobre sus planes de transici¨®n energ¨¦tica. ¡°Ven¨ªamos escuchando en las noticias sobre el Acuerdo de Par¨ªs y sobre la necesidad de dejar atr¨¢s el carb¨®n, el gas y petr¨®leo¡±, recuerda Jorge Luis Gonz¨¢lez, representante legal del sindicato Sintradrummond. ¡°Entonces quer¨ªamos iniciar ese di¨¢logo¡±. La respuesta que recibieron fue m¨¢s bien esquiva. ¡°Nos miraron como si estuvi¨¦ramos locos. Que por qu¨¦ hablar de eso si ten¨ªan contratos como hasta 2060¡å. Pero, como dice el l¨ªder, el ¡°tiempo es el mejor juez¡±, y en 2021 el pa¨ªs encar¨® el primer gran cierre de operaciones mineras sin estar preparado para hacerlo.
En febrero de ese a?o, despu¨¦s de una suerte de tira y afloja con el Gobierno, el Grupo Prodeco, filial de la transnacional Suiza Glencore, devolvi¨® tres t¨ªtulos mineros: dos en el proyecto Calenturitas y uno en La Jagua, ambas en Cesar. La empresa no encontraba rentable el negocio frente la ca¨ªda de los precios internacionales del carb¨®n, y la devoluci¨®n de los t¨ªtulos se convirti¨® en una ventana para ver lo que suceder¨¢ en el pa¨ªs si no se dise?a un proceso de transici¨®n energ¨¦tico justo. La decisi¨®n, seg¨²n el Colectivo de Abogados, afect¨® a m¨¢s de 5.000 familias en la regi¨®n y puso en el limbo a m¨¢s de 1.000 trabajadores directos.
Hubo otros coletazos: pocas semanas despu¨¦s, Carbones del Cerrej¨®n inici¨® un proceso de reducci¨®n de 450 puestos de trabajo, afectando la econom¨ªa de cientos de hogares. Mientras se calcula que Prodeco mov¨ªa alrededor del 40% del PIB del Cesar, Cerrej¨®n representa un 43% de la econom¨ªa del departamento de La Guajira.
El escenario, pese a preocupante, fue perfecto para terminar de cocinar una idea que rondaba a los trabajadores desde hace un tiempo: crear el Colectivo de Trabajadores por la Transici¨®n Justa, que actualmente re¨²ne a los gremios de Sintradrummond, Sintracarb¨®n, Sintracerrej¨®n, Sintradem (el Sindicato Nacional de Trabajadores, Enfermos y Discapacitados del Sector Minero) y Sintramienergetica, y que ha sido acompa?ado por la organizaci¨®n CNV Internacional.
Gustavo Benjumea, secretario de Salud y Derechos Humanos de Sintramienergetica, explica que tienen cuatro pilares: el di¨¢logo social, la reconversi¨®n laboral, la diversificaci¨®n econ¨®mica y la protecci¨®n social. ¡°Ninguna transici¨®n justa se puede hacer sin los actores principales, que somos los trabajadores, o sin los defensores del medioambiente¡±, aclara. Jorge Peralta, de Sintracarb¨®n, agrega que ellos ya tienen algo entendido: con un plan de transici¨®n energ¨¦tica o sin uno, el cierre de minas es una certeza, ya sea ¡°por el agotamiento de una beta, por entregas de t¨ªtulo, por el mismo cambio clim¨¢tico, o porque el negocio no es rentable¡±. As¨ª que el ¨²nico escenario para no repetir lo que sucedi¨® con Prodeco ¡ªcompa?¨ªa que, dicen, a¨²n tiene varias deudas ambientales¡ª es hacerlo progresivamente y con pasos definidos.
A trav¨¦s de un di¨¢logo con el Gobierno y las empresas, el colectivo ya ha logrado incidir en dos cosas. Una fue que el Plan Nacional de Desarrollo incluyera la figura de los distritos Mineros Especiales para la Diversificaci¨®n: lugares que se convertir¨¢n en un laboratorio con varios instrumentos de pol¨ªtica para explorar alternativas productivas, nuevos empleos y solucionar conflictos ocasionados por la miner¨ªa. De hecho, el Gobierno ya indic¨® que dos de los 16 distritos mineros que se van a implementar est¨¢n precisamente en Cesar y en La Guajira.
Lo segundo ha sido impulsar un art¨ªculo sobre la protecci¨®n a los trabajadores ante procesos de descarbonizaci¨®n en la Reforma Laboral que a¨²n atraviesa discusiones en Congreso. Seg¨²n el art¨ªculo 33 de la propuesta, toda empresa que realice explotaci¨®n de combustibles f¨®siles debe tener un plan de cierre laboral concertado con los trabajadores, incluyendo identificar cu¨¢ntos trabajadores directos e indirectos se pueden ver afectados, una ruta de reconversi¨®n laboral, posibilidades de reubicarlos en otros sectores y la financiaci¨®n de un fondo destinado a cubrir los baches o desaf¨ªos que deje la transici¨®n energ¨¦tica.
¡°Ha sido una lucha dif¨ªcil, porque es complicado darla incluso dentro de nuestras mismas organizaciones¡±, dice Gonz¨¢lez. Y s¨ª. Suena a contracorriente pensar en sindicatos del gas, el petr¨®leo y el carb¨®n metidos de lleno en impulsar la transici¨®n energ¨¦tica. Pero estos trabajadores est¨¢n ah¨ª, precisamente, porque si no se habla y no se planea, saben que la transici¨®n no va a ser justa con ellos.
A finales del a?o pasado, los tres l¨ªderes sindicalistas viajaron a diversas partes de Europa para ver c¨®mo les hab¨ªa ido con experiencias similares. Vieron c¨®mo hab¨ªa sido el proceso de cierre de minas en Edimburgo y en Holanda, y llegaron con varias preocupaciones y una convicci¨®n: ¡°Los que tenemos que empujar esto somos nosotros¡±, asegura Peralta. Sienten que, si no queda en sus manos, el riesgo es muy alto. ¡°Yo regres¨¦ preocupado de Europa porque, a pesar de que hicieron estos procesos hace 50 a?os, a¨²n hay cosas por resolver¡±, cuenta Gonz¨¢lez, dando pistas sobre la urgencia de poner unas bases s¨®lidas sobre la transici¨®n. Una que quiz¨¢ ya va tarde, pero sobre la que estos sindicatos no temen hablar.