Del descr¨¦dito a sus jueces a las acusaciones de ¡®lawfare¡¯: Uribe retoma la estrategia extrajudicial de Trump

El expresidente de Colombia ?lvaro Uribe V¨¦lez demostr¨® esta semana que a¨²n le quedan varios ases bajo la manga. El Tribunal Superior de Bogot¨¢ suspendi¨® temporalmente el juicio en su contra despu¨¦s de que la defensa alegase que la jueza del caso no ha sido imparcial. El caso iniciado hace siete a?os, por supuesto soborno y manipulaci¨®n de testigos, ha adquirido una atenci¨®n especial, pues la Fiscal¨ªa tiene hasta octubre para conseguir una condena antes de que prescriban los delitos. Por eso, Uribe y su equipo lanzan sus ¨²ltimas ¡ªpero m¨¢s poderosas¡ª municiones: desacreditar a los jueces que lo han procesado o acusar a sus enemigos pol¨ªticos de lawfare. Y, por supuesto, movilizar a sus simpatizantes m¨¢s f¨¦rreos a manifestarse en contra de ¡°la injusticia¡±. Son t¨¢cticas empleadas por uno de los l¨ªderes a quien m¨¢s admira: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Apenas 10 d¨ªas antes de su regreso a la Casa Blanca, el mandatario estadounidense fue declarado culpable por 34 delitos de falsificaci¨®n de facturas y cheques con la intenci¨®n de ocultar el pago que le hizo a la actriz porno Stormy Daniels. Durante el proceso judicial, Trump denunci¨® varias veces ser v¨ªctima de una ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica¡± orquestada a trav¨¦s del juez Juan Merch¨¢n. Lo acus¨®, sin pruebas, de ¡°corrupto¡±, de ser un ¡°partidista radical¡± y de haber contribuido a la campa?a del expresidente Joe Biden. Con adjetivos m¨¢s sutiles, Uribe ha esbozado a lo largo de su propio proceso un escenario similar: que hay una cacer¨ªa de brujas por parte de sus ¡°enemigos pol¨ªticos¡± y que los jueces y fiscales no son imparciales.

La recusaci¨®n, el mecanismo legal con el que se plantea el cuestionamiento a la imparcialidad de un funcionario, a la jueza Sandra Heredia es la ¨²ltima de las t¨¢cticas que ha usado Uribe para desacreditar a quienes lo investigan. Gabriel Vallejo Chujfi, el director del Centro Democr¨¢tico, partido fundado y liderado por el expresidente, argumenta que Heredia evidencia una ¡°clara animadversi¨®n¡± en contra del expresidente por desestimar ¡°de manera sistem¨¢tica¡± sus solicitudes. Su postura se basa en tres decisiones de la jueza: haberle negado a la defensa el tiempo requerido para revisar unas pruebas (el Tribunal Superior de Bogot¨¢ neg¨® un recurso de queja por parte de la defensa para darles m¨¢s plazo); haber rechazado ¡°por lo menos¡± 40 testimonios y pruebas; y haberse negado ¡°de plano¡± a la recusaci¨®n. ¡°?Queda alguna duda sobre la evidente parcializaci¨®n de la juez que adelanta el juicio?¡±, cuestiona.

En 2020, cuando a¨²n era senador y el caso estaba en manos de la Corte Suprema de Justicia, tach¨® al magistrado C¨¦sar Reyes ¡ªquien orden¨® en aquel entonces su detenci¨®n domiciliaria¡ª de tener sesgos pol¨ªticos. En una publicaci¨®n en X, descalific¨® este mes al ¡°juez¡± (us¨® las comillas en iron¨ªa) por ser un contratista de USAID, en un claro gui?o a Trump. ¡°El se?or Reyes tambi¨¦n fue contratista del Gobierno de Santos para el acuerdo con las FARC mientras yo era uno de los l¨ªderes de la oposici¨®n a este acuerdo¡±, se?al¨® por el mismo medio, etiquetando al propio Trump y a su aliado, el magnate Elon Musk. Vallejo afirma que el magistrado Reyes debi¨® declararse impedido por haber trabajado con la esposa de Iv¨¢n Cepeda (senador y una de las v¨ªctimas declaradas en el juicio) y por haber tenido un contrato con el expresidente Santos, del cual Uribe ¡°fue su mayor opositor¡±. Un argumento similar esboza contra el fiscal Gilberto Villarreal, nombrado por Eduardo Montealegre (otra de las v¨ªctimas acreditadas en el juicio) en una etapa previa del caso.

¡°El proceso contra Uribe se ha convertido en una prueba muy dura para la institucionalidad y para la democracia¡±, expone Hubert Ariza, analista pol¨ªtico. ¡°La estrategia discursiva de la defensa se ha basado en que es imposible juzgarlo por dos factores: la gratitud por su servicio p¨²blico durante sus ocho a?os de mandato y el da?o que supondr¨ªa una condena para el pa¨ªs¡±. Para Ariza, el m¨¦todo Uribe se asemeja al de Trump en su intento de atemorizar a los jueces: ¡°Quiere poner a la justicia contra la pared y de hacerla sentir incapaz de dar un veredicto, sea cual sea¡±.

Este discurso ha calado entre los seguidores del expresidente. El lunes, durante la primera audiencia presencial, con Uribe sentado en el banquillo de acusados, decenas de simpatizantes se aglomeraron a las afueras de los juzgados de Paloquemao, en el centro de Bogot¨¢, para protestar contra el proceso. Entre ellos estaban los senadores y precandidatos presidenciales del Centro Democr¨¢tico. Arremetieron contra la justicia. ¡°Es inaceptable que est¨¦ siendo perseguido por quienes derrot¨® pol¨ªtica y militarmente¡±, afirm¨® Miguel Uribe Turbay. Mar¨ªa Fernanda Cabal conden¨® el ¡°intento por judicializar la pol¨ªtica¡±. Paola Holgu¨ªn recalc¨® que es un juicio ¡°con un claro sesgo pol¨ªtico¡±.

En pocas palabras, los aliados de Uribe aseguran que el proceso en contra del mandatario es un juicio pol¨ªtico y que ¨¦l est¨¢ siendo v¨ªctima de lawfare, un t¨¦rmino usado para referirse a la instrumentalizaci¨®n de la justicia para perjudicar a un oponente pol¨ªtico. El abogado penalista Juan Jos¨¦ Castro sostiene que en Colombia ¡°a¨²n no hay escenarios de este tipo¡±. ¡°Estas son acusaciones tremendamente graves que deben estar bien fundamentadas porque esto acaba por usarse para cuestionar las decisiones judiciales¡±, agrega. El tambi¨¦n jurista Francisco Bernate, concuerda en que no es lo que est¨¢ ocurriendo: ¡°Todo ha ocurrido dentro del proceso jur¨ªdico regular y la prueba es que se haya admitido la tutela¡±.

Sin embargo, uno de los abogados de la defensa de Uribe, el reputado penalista Jaime Granados, usa el t¨¦rmino sin matices: ¡°[Uribe] est¨¢ siendo perseguido pol¨ªticamente, es un caso cl¨¢sico de lawfare¡±, dijo en una entrevista con El Colombiano. El director del Centro Democr¨¢tico abunda en esta postura: ¡°La referencia [de Heredia] de tildar a Jaime Granados como alguien que recurre a ¡°malabarismos argumentativos¡± refuerza su postura parcializada y sesgada contra los abogados¡± de Uribe.

El expresidente colombiano ha conseguido tambi¨¦n el apoyo de los correligionarios de Trump. El representante republicano Carlos A. Gim¨¦nez calific¨® a Uribe como el ¡°Abraham Lincoln de Colombia¡± por haber salvado al pa¨ªs de ¡°las garras del terrorismo castrochavista¡±. Para ¨¦l, ¡°lo que est¨¢ enfrentando es todo un juicio pol¨ªtico con tal de desprestigiarlo¡±. Otro congresista de EE UU, Mario D¨ªaz-Balart, rechaz¨® el ¡°juicio farsa en curso¡± que refleja ¡°el avance de fuerzas de extrema izquierda que controlan a Gustavo Petro¡±.

Uno de los puntos en com¨²n de la ret¨®rica entre Uribe y Trump es la ¡°cat¨¢strofe¡± que significar¨ªa una condena para sus respectivos pa¨ªses. En su momento, el mandatario estadounidense sugiri¨® que habr¨ªa un ¡°punto de quiebre¡± para sus connacionales. ¡°No estoy seguro de que el p¨²blico lo soporte¡±, dijo unos meses antes de ser condenado.

El Centro Democr¨¢tico ha compartido varias publicaciones en este sentido. La m¨¢s reciente, un video del abogado Abelardo de la Espriella en el que loa al expresidente durante ocho minutos: ¡°Si Uribe cae, Colombia se ir¨¢ por un despe?adero que no tendr¨¢ retorno¡±, alega. Seg¨²n el analista Ariza, sus simpatizantes plantean que ¡°pr¨¢cticamente el pa¨ªs entrar¨¢ en una guerra civil si lo condenan¡±.

El juicio de Uribe seguir¨¢ adelante una vez el Tribunal Superior de Bogot¨¢ resuelva sobre la tutela de la defensa. El abogado Bernate precisa que es una ¡°noticia falsa¡± que esta acci¨®n sea una estrategia dilatoria, pues el tiempo que se tome la alta corte no contar¨¢ para la prescripci¨®n de los delitos. Si los magistrados rechazan la petici¨®n, Sandra Heredia seguir¨¢ en cabeza del proceso; si la admiten, la jueza deber¨¢ aceptar la recusaci¨®n y la justicia deber¨¢ examinar si es la m¨¢s adecuada para dirigir el juicio.