Petro atacando la verdad

Las noticias no son de quien las da, sino del p¨²blico. He ah¨ª un axioma que deber¨ªa hacer suyo el presidente Gustavo Petro, ahora que anda en la ret¨®rica de condenar a los medios de comunicaci¨®n por darle realce a las denuncias hechas por su Gobierno y continuar indagando sobre esos asuntos. ?O fue que el presidente de Colombia se hizo al monopolio sobre la informaci¨®n y las investigaciones period¨ªsticas?

Hasta hace unas semanas, el primer mandatario no rebajaba a los medios de ser aliados de los narcotraficantes y de ser responsables de todo lo peor de Colombia. Pero cuando por fin W Radio decide retomar una de las denuncias presidenciales para ampliarla y demostrar los alcances de una red de corrupci¨®n que lleva d¨¦cadas enquistada en Colombia, los comunicadores responsables de dicha informaci¨®n se convierten en plagiarios, seg¨²n ha dicho Petro. Como dice el viejo refr¨¢n: pago porque bogas y palo porque no bogas.

Las noticias no son de quien las da, sino del p¨²blico. Es un concepto que adem¨¢s deber¨ªa ser comprendido por el presidente y su coro de seguidores convencidos de que tienen una suerte de patente exclusiva para el desarrollo de una informaci¨®n determinada, en este caso el robo a los recursos de la salud, as¨ª que ning¨²n otro reportero o medio podr¨¢ avanzar en esa l¨ªnea investigativa. Si el presidente y su Gobierno no revelan m¨¢s, ?entonces nadie lo puede hacer?

Insistir en que la noticia es un refrito es mentir. Eso lo sabe bien el presidente, pero no le importa. ?Qu¨¦ lo hace actuar as¨ª? ?Est¨¢ acorde con los principios de la libertad de expresi¨®n que el presidente de un pa¨ªs se?ale a periodistas y los estigmatice porque llevaron m¨¢s lejos que ¨¦l mismo la denuncia sobre el robo de los dineros de la salud? ?Ha dicho algo el presidente sobre los delicados se?alamientos a miembros del personal de Casa de Nari?o? Por ahora aparte de repetir aquello que ya cont¨® en el pasado, no ha ofrecido nada nuevo. S¨®lo condenas a los comunicadores.

Si tanta mezquindad se uniera m¨¢s bien en la carrera por develar toda la informaci¨®n posible sobre los responsables de 35 a?os de robo a la salud para construir una verdad que llegue hasta el actual Gobierno (pues Petro no puede excusarse de haber nombrado a Mauricio Mar¨ªn, as¨ª como tampoco puede lavarse las manos por lo que hayan hecho funcionarios de Casa de Nari?o), seguro podr¨ªamos tener absoluta claridad sobre el negocio que ha enriquecido a unos pocos. Podr¨ªamos saber qui¨¦nes hicieron las normas perfectas para el robo (son varias, no se queden solo con la Ley 100); de qu¨¦ forma se convirti¨® al Ministerio de Salud y la Superintendencia en unos alcahuetes de este sistema corrupto; qu¨¦ ha pasado con las IPS que no ceden a los corruptos; qui¨¦nes participan del negocio as¨ª sea comisionando por el hecho de estar en el Gobierno; qui¨¦nes administran el negocio; en fin, esas y m¨¢s cosas.

Pero con el debatico de ¡°La W se apropi¨® de una investigaci¨®n del Gobierno¡±, s¨®lo se logran efectos perversos: polarizar, acallar el esc¨¢ndalo y permitir que Mario Ur¨¢n y sus amigos (pol¨ªticos de varios partidos) sigan haciendo de las suyas. Verg¨¹enza ha de sentir ese dem¨®crata que descalifica a aquel que informa lo correcto, porque, por envidia o con qui¨¦n sabe qu¨¦ otro fin, prefiere ahogar la verdad antes que darle vuelo, para que el p¨²blico tome decisiones en verdadera democracia.